El Ministerio de Defensa comenzó el despliegue de medios y tropas de las Fuerzas Armadas Argentinas en la frontera del norte y noreste del país. Mediante una Resolución, la 347/2025, el gobierno autorizó el despliegue, denominado “Operación Presidente Julio Argentino Roca” en una clara provocación hacia los medios de izquierda de la anterior Administración, que prohijaban la acción de grupos indigenistas.
Este importante despliegue de las instituciones castrenses fue autorizado por un lapso de tiempo que llega hasta fines del presente año y estará enfocado en fortalecer la vigilancia y control en las denominadas Zonas de Seguridad de Fronteras, comprometiendo hasta diez mil efectivos, buena parte del Ejército Argentino que, una vez más, deberá llevar el esfuerzo máximo.
La cartera de Defensa hizo saber que la Ley de Seguridad Interior 24059 dispone que las instituciones armadas deben “coadyuvar a las Fuerzas de Seguridad Interior en el resguardo de la libertad, la vida y el patrimonio de los argentinos”. Este movimiento se basa en antiguas normativas que establecen que el servicio de protección ejercido por Gendarmería y Prefectura en las zonas de seguridad de fronteras podrá ser apoyado con medios y personal de las Fuerzas Armadas.
Merece la pena recordar que la denominada Ley de Seguridad Interior estipula que las misiones de apoyo a las Fuerzas de Seguridad Federales deben concernirse a tareas de apoyo en construcción, transporte, con elementos de ingenieros y comunicaciones, tareas de intendencia, sanidad y otras de apoyo en el terreno.
¿Qué ocurrió con los operativos anteriores?
Por las indicaciones del MINDEF, las operaciones anteriores como Escudo Norte, Fortín I y II, Fronteras, e Integración Norte, no obtuvieron el resultado buscado. El Ejército desarrolló misiones efectivas en la frontera Norte, aunque plagadas de problemas con la Justicia Federal y Gobernaciones provinciales. Las patrullas de la Fuerza terrestre localizaron y neutralizaron en el terreno numerosas incursiones de contrabandistas, narcos y hasta cazadores furtivos extranjeros, que luego fueron liberados por la Justicia, con reprimenda incluso hacia los miembros del Ejército.
Esta nueva “Operación Julio Argentino Roca”, título emblemático y, sin lugar a dudas, provocativo, implicará la participación de casi diez mil efectivos para enfrentar el crimen organizado y el narcotráfico. Las reglas de enfrentamiento están bajo un título de carácter reservado y, por primera vez, las rubricó un ministro de Defensa.
Con la nueva conducción política de la Argentina se busca complementar a las Fuerzas de Seguridad Federales (Gendarmería y Prefectura) y poder controlar y vigilar las extensas líneas fronterizas. En diciembre pasado, la administración de Milei derogó un decreto de Néstor Kirchner que limitaba el accionar de las Fuerzas Armada únicamente a un ataque externo que proviniese de un estado extranjero.
En un acto simbólico, el ministro de Defensa Luis Petri, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, decretaron el inicio de esta operación en un área crítica y virtualmente fuera de control del Norte argentino. Según la ministra Bullrich, se han recuperado dos poblaciones: Oran y Aguas Blancas afines a Bolivia y epicentro de actividades ilícitas.
Años atrás, se desarrollaron operativos intensos con el despliegue de radares para un fortalecimiento del control aéreo, en un área continuamente infiltrada por vuelos ilegales. Aviones, helicópteros y drones de la Fuerza Aérea Argentina, con el apoyo de tropas en el terreno, fueron desplegados en el terreno hostil, actuando eficazmente pero con resultados finales nulos.
Pronto veremos si estas nuevas normativas dictadas por la administración de Javier Milei son efectivas y reales. Los militares argentinos afrontarán operaciones en un terreno hostil, no solo por el clima y la orografía, sino también funcionarios provinciales corruptos y políticos afines al narco. (Luis Piñeiro)
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