El estudio ha sido presentado por el Secretario General de Política de Defensa Alejandro Alvar González y por el profesor Jordi Suriñach, director del equipo investigador responsable del informe. Este trabajo fue encargado por el Ministerio de Defensa tras la firma de un Convenio de Colaboración entre el Ministerio y la Fundación Bosch i Gimpera.
El estudio analiza el impacto de económico, cultural y social derivado de las actividades del Ministerio de Defensa y sus Organismos Autónomos. Para ello se ha partido el análisis en dos bloques, estudiando por un lado el impacto económico dado que este se puede cuantificar y por otro el intangible de difícil cuantificación.
Por la parte económica, el impacto se puede medir en términos de Producción, Valor Añadido Bruto (VAB), población ocupada y recaudación fiscal derivadas de las actividades del Ministerio de Defensa. Para ello se estudian los sectores económicos que se benefician de los flujos económicos derivados de la actividad de Defensa y la relevancia de estas actividades en el conjunto de la economía española.
Para ello se han usado los datos del año 2010 y se han separado los efectos en tres tipo: directos, indirectos (derivados del efecto multiplicador de las relaciones entre sectores económicos) e inducidos (derivados de las rentas de los trabajadores implicados empleados en la adquisición de bienes y servicios).
Estudiando tablas input-output se puede ver que estos efectos tienen impactos en tres variables principales como son la producción, la ocupación y el Valor Añadido Bruto (VAB) y en la recaudación de impuestos. Los resultados de esta parte del estudio son claros: a partir del gasto inicial de 9,359 millones de euros en 2010 del Ministerio de Defensa y sus Organismos Autónomos, de un VAB directo de 5.036 millones y 128.028 ocupados directos, la actividad generó en ese año un incremento adicional del VAB de 7.075 millones de euros y 129.987 ocupados adicionales repartidos por todos los sectores de la economía.
Por tanto, generaron un VAB total de 12.111 millones de euros correspondientes a un 1,2 % del Producto Interior Bruto (PIB) del país y 310.015 ocupados (1,7 % del total de ocupados del país). Para verlo más claramente y siguiendo con los datos de 2010, se puede decir que por cada 1.000 euros destinados al Ministerio de Defensa se generaron 1.294 euros de PIB y que por cada 100 ocupados directos se generaron 72 puestos de trabajo adicionales en el país. De igual manera, por cada 1.000 euros empleados por el Ministerio de Defensa, se contribuyó con una recaudación impositiva de 416 euros (en términos de IVA, IRPF e Impuesto de Sociedades).
Los efectos intangibles son de difícil cuantificación pero se pueden dividir en aspectos psicológicos como los valores asociados a la profesión militar como puedan ser patriotismo, disciplina, sacrificio, así como la defensa del patrimonio histórico, artístico y cultural o la capacidad para integrar inmigrantes en la sociedad. Así mismo se podrían integrar aquellos efectos monetarios pero que es difícil cuantificar como son los museos militares, el patrimonio cultural y natural perteneciente al Ministerio o el papel de las Fuerzas Armadas en misiones internacionales de mantenimiento de la paz.
Hay otros efectos monetarios cuya cuantificación también es compleja como podrían ser los efectos económicos sobre su zona de las instalaciones militares, la investigación y desarrollo militar que tiene aplicaciones civiles o el efecto sobre las exportaciones así como las capacidades de gestión y liderazgo propias de las Fuerzas Armadas que son cada vez más valoradas y empleadas por el sector civil.
El informe está disponible en la web Subdirección General de Publicaciones y Patrimonio Cultural y puede descargarse directamente. (J.N.G.)