Se han producido estos días nuevos avances en el programa por el que Europa va a desarrollar un futuro carro de combate, programa que se conoce como FMBTech (European Main Battle Tank Development) que no hay que confundir con el programa franco-alemán del MGCS (Main Ground Combat System).
Sin entrar en disquisiciones, ni técnicas ni económicas, de que no es nada normal que Europa no esté trabajando conjuntamente para obtener un carro de combate que sea común a todos los países, lo que ahora se conoce es que desde la Unión Europea se propugna una apuesta de inversión empresarial que incluye a nada menos que 13 de sus naciones miembros y a Noruega.
Llama la atención que España se encuentre entre los anteriores, pero con una mínima presencia. Es extraño, cuando desde el Ejército de Tierra van a necesitar, en la década de los años cuarenta un carro de combate disruptor que pueda servir para reemplazar a los actuales Leopardo 2E que habrán llegado ya a sus casi cuarenta años de vida.
El programa de fondos provenientes de la Comisión Europea (EDF, European Defence Fund) de 2023 contempla inversiones de 19 millones de euros que van a ser distribuidas, para avanzar en FMBTech, va dirigido a empresas como las francesas Thales, Hendsoldt France SAS o MBDA France que están acompañadas con la italiana CY4GATE SPA, la eslovaca MSM Land Systems SRO o el polaco Wojskowy Instytut Techniki Pancernej i Samochodovej.
La representación de empresas europeas para el programa FMBTech es especialmente amplia, pero la española mínima. (Octavio Díez Cámara)
La única presencia española, que puede considerarse mínima si tenemos en cuenta que son muchas las compañías que representan a Francia, Italia o Finlandia, es GMV Aerospace and Defence SA. Pese a esa aparente limitación, hay que dejar claro que el programa del carro de combate propiciado por la Comisión Europea es sólo una línea inicia de trabajo sobre algunas tecnologías que podrían ser determinantes para avanzar en un diseño y desarrollo que pudiese ser real y el punto de partida para conseguir su fabricación en serie.
Pese a esa referencia, FMBTech debería tener más peso económico y una mejor perspectiva a futuro. Europa debe, si quiere conseguir la anhelada independencia en cuanto a capacidad realista de Defensa se requiere, apostar por núcleos empresariales en los que participen conjuntamente empresas y países y por objetivos claros en cuanto a familias de carros de combate, de corbetas, de aviones de combate, de vehículos blindados, de piezas autopropulsadas…, que, en buena medida, fuesen comunes a todos los países.
Apostar por grandes series fabriles incidiría en un mejor rendimiento económico a la hora de adquirir y de mantener. La comunalidad de equipos sería óptima cuando tuviese que trabajarse en común y un soporte importante si políticamente se avanza hacia una propuesta futura de una capacidad militar europea suficiente y disuasora. (Octavio Díez Cámara)
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