Los resultados de las pruebas fueron muy satisfactorios, lo que supone un avance hacia la capacidad de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra para operar embarcadas, un proceso iniciado hace un año, y aproximan un poco más la plena Certificación Aeronaval para el Tigre y el Cougar, y con carácter más limitado para el Chinook.
Tras la Evaluación Operativa y la Capacitación de Pilotos, la Certificación Aeronaval es uno de los últimos escalones que hay que superar para lograr la plena interoperabilidad de las unidades de helicópteros del Ejército con el Juan Carlos I.
Además de estas pruebas diurnas, en los próximos meses se realizarán otras similares por la noche en visual nocturno y con las gafas de visión nocturna, así como actividades de integración logísticas y operativas, necesarias para completar el proceso.
Fotografía: El Chinook en una de las tomas (FAMET)