Aunque España no participó en la Segunda Guerra Mundial, en sus cementerios están sepultados muchos militares caídos durante el conflicto sobre su territorio o en sus costas, como es el caso de los dos únicos polacos enterrados en España.
La mayoría de los caídos y sepultados en España eran del Imperio británico y alemanes, pertenecientes principalmente a las tripulaciones de aeronaves o marinos que participaban en la denominada batalla del Atlántico, cómo los dos polacos, que eran aviadores. El 27 de abril, con la colaboración de la Embajada de Polonia, la asociación española Poland First to Fight organizó un acto para conmemorar el 80º aniversario de su muerte en acción en la Segunda Guerra Mundial (SGM), sus restos descansan en el cementerio británico de Bilbao.
Estos dos militares fueron el teniente coronel Stanislaw Poziomek y el sargento Adam Sankowski, ambos miembros del 304º Escuadrón Polaco de Bombarderos de la Real Fuerza Aérea o Royal Air Force (RAF), que murieron en abril de 1944 al ser derribados sus bombarderos Vickers Wellington, en los que realizaban patrullas antisubmarinas sobre el gofo de Vizcaya en el curso de la batalla del Atlántico.
El 7 de abril de 1944, el Wellington matriculado HF121 fue derribado por aviones alemanes sobre ese escenario del norte de España. La totalidad de su tripulación, compuesta por 6 polacos, murió al caer su avión frente a las costas vascas, pero sólo pudo ser recuperado el cuerpo del cabo Adam Sankowski (sargento en la RAF), que había nacido en Varsovia el 11 de enero de 1921.
El otro de los homenajeados es el teniente coronel Stanislaw Pozomiek, que había nacido el 22 de marzo de 1908 en Potoczek, y que ingresó en el Ejército Polaco, graduándose con el rango de segundo teniente de Infantería en 1931. Pasó después a la Fuerza Aérea y, tras el estallido de la SGM escapó a Rumanía, desde donde pudo llegar a Francia el 15 de marzo de 1940.
Ceremonia a los caídos en el cementerio británico de Bilbao. (foto Poland First to Fight)
Tras la caída de Francia pasó al Reino Unido y allí se unió a las unidades de la RAF formadas por antiguo personal de la Fuerza Aérea Polaca en Inglaterra, siendo en concreto durante meses jefe de dicho 304º Escuadrón. Había sido condecorado con una Cruz Virtuti Militari (la máxima condecoración polaca al valor) y con cuatro Cruces del Valor, la Insignia de Observador y con la Cruz de Vuelo Distinguida británica.
Cuando murió volaba a bordo del Wellington HF188 (QD-A), que fue derribado el 11 de abril de 1944 en el golfo de Vizcaya también por la aviación alemana, igualmente en este caso de los 7 ocupantes que fallecieron a bordo del bimotor sólo se recuperó el de dicho piloto. En ambos casos muy probablemente fueron abatidos por los cazas pesados Junkers J-88C-6 de la V/KG 40, una unidad de cazas pesados de la Fuerza Aérea alemana o Luftwaffe, que operaba desde la base aérea de Bordeaux-Merignac, una instalación aeronáutica del suroeste de Francia, donde ahora se fabrican los Dassault Rafale.
La misión de V/KG 40, desde su creación en 1942 era la de interceptor a los bombarderos del Bomber Command o Coastal Command, cuando buscaban a los submarinos alemanes, su gran actividad y las pérdidas que ocasionó a sendos Mando de la RAF, llevo a ésta a desplegar a su vez cazas bimotores al escenario, primero Bristol Beaufighter y posteriormente De Havilland Mosquito.
Volviendo el acto de recuerdo a los dos citados combatientes polacos, al que asistieron la agregada de Defensa de Polonia, la capitán de navío Dorota Stachura y el consul de Polonia en Pamplona, consistió, primero, en una pequeña exposición y una conferencia sobre el papel de las Fuerzas Aéreas polacas en la SGM impartida por Poland First to Fight en el centro municipal del distrito de Deusto (Vizcaya).
Posteriormente se celebró una solemne ceremonia de homenaje en el cementerio británico de Bilbao, donde reposan los dos aviadores, durante la cual el presidente de Poland First to Fight, Alberto Trujillo, dijo “recordamos hoy a trece hombres valientes (en referencia las dos tripulaciones) que dieron sus vidas por Polonia, honor a su memoria”, para que posteriormente, tras escuchar el himno nacional de Polonia, la agregada a polaca dirigiera el denominado Apel Pamieci, que es el solemne recuerdo a los caídos de las Fuerzas Armadas polacas y finalmente, depositar unas flores en la tumbas de ambos aviadores. (Julio Maíz)