Medio siglo de submarinos nucleares
Revista Defensa nº393, Enero 2011, Camil Busquets
Camil Busquets i Vilanova, 12 de noviembre de 2016
Sin ningún género de duda, la propulsión naval nuclear fue la revolución técnica más importante desde que el vapor relegó a la vela a un papel más bien deportivo y de asueto, cuando no de pura enseñanza. El primer buque nuclear de la historia fue, precisamente, un submarino, ya que podía obtener un mayor provecho de aquella nueva propulsión, pues lo convertía en un verdadero y genuino navío de esa clase, al evitarle la recarga de baterías y la dependencia del aire atmosférico en sus motores térmicos y en la propia vida de la dotación.
Hacia 1950, el llamado padre del submarino nuclear, el almirante Hyman G. Rickover, comenzó a definir lo que debía ser el corazón del submarino de propulsión nuclear, para lo que se crearon las correspondientes oficinas técnicas y se llevó hasta el reactor de Arco (Idaho) un sumergible entero de verdad, ya que el reactor disponible resultaba demasiado grande y de ese modo podían verse mejor las medidas y espacios disponibles. Para los primeros estudios y modelos se partió de uno alemán del tipo XXVI, dado que sus formas de casco parecían las más adecuadas, aunque probablemente menores del tamaño necesario.
Foto: 171 m. de submarino (eslora máxima) y 26.500 ton., lo mayor que jamás ha existido: un clase “Typhoon” (colección Josep de Dios). El que finalmente se adoptó fue el S2W, o reactor para submarino modelo dos, fabricado por Westinghouse. El buque desplazaba 3.180 ton. en superficie y 3.500 en inmersión, medía...
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