La contraofensiva ucraniana
Aunque los puntos de vista son muy diversos y las informaciones muy sesgadas, lo cierto es que los resultados de la ofensiva ucraniana no son, al menos de momento, los que Kiev anunciaba y esperaba. Los avances son poco relevantes y las pérdidas muy significativas. Son varios los factores que están influyendo en que la operación se desarrolle con más dificultades de las previstas: la presión, el triunfalismo y la preparación del adversario.
La presión es siempre mala compañera en la toma de decisiones, mucho más si estas se refieren a operaciones militares. Zelenski había pedido a sus aliados el suministro de carros de combate y vehículos acorazados prometiendo lanzar una ofensiva que se proclamaba definitiva. El objetivo era romper el frente en el sector de Zaporiyia, penetrar profundamente hasta llegar a la costa del mar de Azov partiendo en dos a las fuerzas rusas que sufrirían una severa y determinante derrota. Una vez recibido el armamento, la ansiedad o necesidad por obtener resultados podría explicar que Kiev haya ejecutado ciertas acciones con poca precaución y mucha precipitación.
El triunfalismo tampoco es buen consejero en la planificación y conducción de campañas militares. En este caso parece que la ofensiva se daba por ganada incluso antes de comenzar. Sobre la base de esta errónea premisa parece que en no pocas operaciones se ha obrado con un notable exceso de confianza provocado por pasados triunfos. Es cierto que las fuerzas ucranianas consiguieron un notable éxito en la ofensiva del verano del 2022, sin embargo, en aquella ocasión la sorpresa fue un factor decisivo. Los rusos se vieron obligados a abandonar vastos territorios donde la guarnición era insuficiente y donde no existían posiciones defensivas propiamente dichas.
La preparación del adversario es, a nuestro juicio, el factor más determinante. El hiper pregonado anuncio de la ofensiva y de una buena parte de sus planes anuló el factor sorpresa que, como acabamos de señalar, fue esencial en la ofensiva del año pasado. Si el adversario sabe dónde, cuándo, cómo y con qué vas a atacar, lo menos que cabe esperar es que prepare su defensa, si además le concedes varios meses para fortificarse y acumular fuerzas, la defensa será sólida y la penetración difícil y costosa…
Vehículos acorazados destruidos cerca de Orikhiv: un tanque Leopard 2A6 (Alemania), dos M4A2 Bradley IFV (Estados Unidos) y un vehículo de zapadores BMR-2 (origen soviético).
Los defensores rusos han tenido tiempo para fortificar sus posiciones y desarrollar un plan de obstrucciones y destrucciones para instalar todo tipo de obstáculos, muy en particular los diseñados contra tanques y vehículos (campos de minas, erizos y tetraedros, zanjas y taludes…). Estos obstáculos han provocado que, en los primeros días de combate, muchos de los medios acorazados suministrados a Ucrania hayan quedado destruidos o inutilizados al penetrar en la zona de seguridad del dispositivo defensivo ruso (ver abajo video 1).
Por otra parte, las unidades rusas estaban alertadas sobre la naturaleza del ataque, la cantidad y características de los tanques y blindados occidentales que serían empleados en la ofensiva eran cuestiones bien sabidas (incluso la prensa no especializada difundió ampliamente el número y procedencia de los distintos modelos). Esta información permitió a las unidades rusas hacer el pertinente acopio de medios para neutralizar la anunciada avalancha acorazada. Entre los sistemas empleados por las tropas del Kremlin destacan el dron kamikaze Lancet y el helicóptero de ataque Ka-52 Alligator.
El Lancet – cuya producción ha sido notablemente incrementada – ya fue tratado en un anterior artículo por lo que ahora nos centraremos en el Aligator que, como bien señala el Financial Times está provocando serios quebraderos de cabeza a las fuerzas ucranianas.
El Ka-52 Alligator
El Ka-52 Alligator es un helicóptero de ataque en servicio en las Fuerzas Armadas rusas desde 2010. El aparato fue diseñado por Kamov Design Bureau a partir del Ka-50 “Tiburón Negro” y es fabricado por la compañía Progress Arsenyev Aviation. Se trata de un helicóptero muy maniobrable con capacidad para operar en condiciones climatológicas adversas y de visibilidad reducida (incluyendo el combate nocturno).
Foto: Kamov Ka-52 Aligator, en la imagen se puede observar el singular rotor coaxial, la ancha proa con cabina doble en línea, el cañón Shipunov A2A42 bajo la cabina, un set de misiles en el ala izquierda y un depósito de combustible en la derecha.
El aparato tiene una longitud de 16 metros, una altura de 4,9 y un peso máximo al despegue (aeronave + carga de pago + combustible) de 10.800 kilogramos. Desarrolla una velocidad máxima de 300 km/hora con una velocidad de crucero de 260 km/hora. Puede volar a una altitud de hasta 5.500 metros. En condiciones operativas normales su radio de acción es de unos 450 km.
El helicóptero Ka-52 es fácilmente reconocible por su característica proa y sus singulares rotores. La proa es más ancha de lo habitual porque alberga una cabina doble en paralelo (la mayoría de los helicópteros de ataque montan cabina en tándem). Respecto a su sistema motriz, dispone de un doble rotor coaxial de contra-rotación y, por no ser necesario, carece de rotor de cola (en este caso también difiere de la mayor parte de diseños que conservan el clásico sistema de rotor único compensado mediante rotor de cola). El sistema de contra-rotación es de mayor complejidad técnica y más difícil mantenimiento, pero ofrece notables ventajas en cuanto a estabilidad y potencia, además los niveles de ruido son menores por lo que el vuelo es algo más sigiloso.
El Ka-52 dispone de una variada panoplia de armamento para actuar contra una gran gama de objetivos: concentraciones de personal, posiciones defensivas y fortificaciones, vehículos de toda clase, pero sobre todo, carros de combate. Cuenta con dos alas con seis puntos de anclaje para, en función de la misión y la situación, fijar diversas combinaciones de armamento y depósitos de combustible. Dispone de un cañón automático Shipunov A2A42 de 30 mm con un alcance de 2.500 metros y una cadencia máxima de hasta 800 disparos por minuto.
También puede montar el sistema de lanzacohetes de 80 mm B8V-20 (ocho cohetes convencionales no guiados). En lo que respecta a misiles cuenta con varias posibilidades: el Ataka (guiado SACLOS por línea de visión y radiocontrol con un alcance de hasta 4.500 metros) el 9M120, el 9K121 VIKHR (guiado laser con un alcance de hasta 8.000 metros) o el más moderno Izdeliye 305E (guiado óptico inteligente con capacidad de adquisición y seguimiento de objetivos y una alcance de hasta 14.500 metros).
Aunque al principio de la invasión estos helicópteros tuvieron un muy modesto papel ya que al sobrevolar territorio ucraniano podían convertirse en fácil presa, como así ocurrió en varias ocasiones, de las defensas aéreas del adversario. Sin embargo, ahora están teniendo un muy alto rendimiento, operan desde las líneas propias, localizan los objetivos que se aproximan a la zona de seguridad y gracias al alcance de sus misiles los neutralizan con un alto porcentaje de efectividad. Su actuación es especialmente eficiente durante la noche ya que los tanques y otros medios acorazados son fácilmente localizables con los medios de visión nocturna (en particular con las cámaras térmicas), por su parte las tripulaciones de los vehículos – debido a la gran distancia – no suelen apercibirse de la presencia de los helicópteros que pueden apuntar y conducir el misil con notable tranquilidad y precisión (ver abajo video 2).
Las informaciones del frente (incluyendo videos y otro material gráfico) acreditan como la planeada y anunciada blitzkrieg de Kiev está encontrando más dificultades de las previstas. De momento los medios acorazados que debían romper el frente y penetrar en profundidad no lo han conseguido. Además las muy significativas pérdidas han obligado a cambiar las tácticas.
Así, desde hace unos días se viene observando que la mayoría de los ataques ucranianos son llevados a cabo por unidades de infantería ligeras y de pequeña entidad que mediante infiltraciones y acciones puntuales tratan de traspasar las líneas rusas y conquistar algunas posiciones. El futuro apunta a una guerra de desgaste que, según parece es lo que Moscú lleva tiempo buscando para consolidar los territorios ocupados y, si se dan las circunstancias, ampliarlos en algún sector.
VIDEO 2: https://www.southfront.org/kiev-forces-launched-more-futile-attacks-in-different-directions-videos/