La previsión de tener que actuar en conflictos convencionales nada clásicos, como los que ya se atisban a futuro en el entorno del indo pacífico, habría llevado a los responsables del Cuerpo de Infantería de Marina de los Estados Unidos (USMC, United States Marine Corps) a una serie de cambios revolucionarios en su potencial expedicionario global.
Uno de ellos es el que afecta directamente a la preparación de los que son sus combatientes, los Marines. Tradicionalmente, se había apostado en que cada uno de esos profesionales de la milicia fuese un tirador experto con el arma básica de dotación, que ahora es el fusil de asalto tipo M4 del calibre 5,56x45mm, y se adiestraban intensamente en extraer del arma su máximo potencial incluso a grandes distancias, por lo que son capaces de neutralizar al adversario a 500 metros de su posición.
La máxima del USMC en ese sentido “every Marine a rifleman” se va a transformar.
Se propugna, y ya se estaría trabajando en ese sentido tal como ha informado recientemente el Marine Corps Training and Education Command (TECOM), en que cada combatiente sea también un piloto de drones. La idea es que, como se busca que cada vez sean más las aeronaves controladas a distancia usadas en cometidos de ataque directo a objetivos o en misiones de vigilancia o reconocimiento puntual y zonal, todos ellos tengan al menos una capacidad básica para pilotar drones.
Pequeños drones pueden adaptarse con facilidad para llevar dispositivos explosivos y que el Marine pueda ser más letal en un rango de hasta 20 kilómetros. (USMC)
Se buscaría llevar más lejos la distancia en que cada Marine puede ser letal. Con el uso de la tecnología aérea, asociada a los drones que de origen comercial o militar se están generalizando en el entorno del combate últimamente -en Ucrania se ha demostrado su aportación positiva y su economía frente a sistemas de armas especialmente costosos y difíciles de obtener-, se propugna desde el USMC que puedan ampliar el rango de letalidad personal y llevarlo hasta una distancia de 15 a 20 kilómetros de la posición propia.
En ese sentido, a la vez que introducen nuevos sistemas de drones, siguen investigando con otros para adaptarlos desde conceptos convencionales a otros que pueden incluir pequeñas ojivas explosivas para ser usados como medios kamikaze o dispositivos con los que dejar caer los artefactos sobre un determinado lugar de interés. Los trabajos conceptuales se apoyan en una unidad recientemente organizada, el Marine Corps Attack Drone Team (MCADT) que está ubicado desde el año pasado en la Base de Quantico en Virginia.
Se va a apostar por los drones como vectores de ataque en un contexto en que su obtención es sencilla y su costo especialmente bajo, sobre todo si se tiene en cuenta el potencial particular y general que son capaces de generar. A corto plazo se apostaría por formar en el arte del vuelo de esas aeronaves controladas a distancia a algunos Marine de cada pelotón y avanzar para que todo el grupo supiese al menos los fundamentos básicos del control y operación de los drones.
Es una buena noticia para el USMC y seguramente esa búsqueda de preparación específica va a ser pronto seguida por otras unidades y ejércitos. En España, las banderas de la Brigada de la Legión “Rey Alfonso XIII” llevan ya tiempo trabajando en desarrollar una idea similar. (Octavio Díez Cámara)
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