Dos de los bombarderos B-1B Lancer de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos pertenecientes al destacamento actualmente desplegado en la base de Morón (España) volaron hasta la turca de Incirlik, la 39th Air Base Wing, el pasado 15 de abril, base de utilización conjunta con la United States Air Force (USAF).
Se trata, técnicamente, de una misión de entrenamiento rutinaria planificada desde hace mucho tiempo por parte de la unidad provisional que los encuadra, la denominada Bomber Task Force (BTF) 24-2, de la que ya hemos informado recientemente. Pero la decisión de reforzar la capacidad de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en el siempre problemático Oriente Medio se produjo a las 48 horas del primer ataque directo de Irán contra Israel.
La misión de los bombarderos Rockwel B-1B desplazados en Turquía es oficialmente la de entrenarse junto con aviones de combate turcos, misión que empezó incluso antes de aterrizar en la base otomana. Una vez redesplegados, los Lancer están realizando más entrenamientos con la Fuerza Aérea de Turquía. "Nos gustaría agradecer a nuestros anfitriones turcos por su papel en esta vital oportunidad de capacitación y por su apoyo continuo a nuestro equipo que vive y trabaja en la base de Incirlik", afirmó el coronel Kevin Lord, comandante de la 39th Air Base Wing.
Como ya publicamos, en esta importante base aérea, al sur de Turquía, además de los anfitriones turcos y la USAF, operan actualmente sendos destacamentos del Ejército de Tierra español y la Marina de Polonia.
Mas allá de este entrenamiento conjunto para fomentar la interoperatividad entre ambas fuerzas aéreas de la OTAN, la presencia de los B-1B es un claro elemento de disuasión frente a Irán en caso de un agravamiento de la actual crisis en Oriente Medio, iniciada con el asalto de los terroristas de Hamas al sur de Israel el pasado 7 de octubre. (Julio Maíz)
