Desde que comenzaron a llegar en 2005 los primeros Ospreys del pedido de 360 que tiene en marcha la Infantería de Marina estadounidense, se han ido incorporando a este convertiplano mejoras en los sucesivos aparatos hasta configurar varias versiones.
El objetivo de los marines es homogeneizar la flota a la versión más moderna, la Block C, por ello la Oficina de Programa del Osprey ha adjudicado un contrato de casi 70 millones de dólares a Boeing y Bell Helicopter (del grupo Textron) para modificar tres convertiplanos MV-22B en el marco del programa V-22 Common Configuration-Readiness and Modernization (CC-RAM).
De hecho el primero de estos tres aparatos llegó la semana pasada a las instalaciones de Boeing en Filadelfia donde se realizará la mayoría del trabajo. El resto se completará en las instalaciones de Bell en Forth Worth, Texas, estando previsto que el trabajo con los otros dos aparatos comience el año que viene.
El objetivo del programa es además de homogeneizar la flota, aumentar la disponibilidad de los aparatos y su fiabilidad. El plan contempla la modificación de los aparatos del Block B a la configuración Block C, trabajo que permitirá además alargar la vida útil de estas aeronaves.
Además de en la Infantería de Marina estadounidense, que lo emplea para desplegar tropas y pertrechos durante asaltos principalmente desde sus buques anfibios, el Osprey está en servicio en la Fuerza Aérea, dando apoyo al Mando de Operaciones Especiales de los Estados Unidos (USSOCOM), en forma de versión específica CV-22B. También se ha desarrollado una versión de transporte para apoyar los portaviones de la Marina Estadounidense denominada CMV-22B y diseñado para las misiones Carrier Onboard Delivery (COD).
El único cliente internacional hasta la fecha es Japón que ha encargado cinco aparatos de los que el primero ya está en pruebas. Israel también iba a adquirir este aparato si bien canceló la compra de los seis previstos. (José Mª Navarro García)
Fotografía: Uno de los MV-22B de los marines estadounidenses (Boeing)