En un encuentro con los medios el pasado martes, el Jefe del Estado Mayor del Aire (JEMA), el general Javier Salto Martínez-Avial, ha expuesto la actual situación, necesidades y objetivos a medio y corto plazo de la institución castrense. El JEMA quiso destacar el alto componente tecnológico implícito en el Ejército del Aire (EA), sujeto a constantes avances, y por tanto demandante de recursos, necesitando por su forma de operar un presupuesto estable en el tiempo y un modelo de financiación que permita programar con antelación las compras y gastos.
Los aviadores son un elemento clave para el funcionamiento de la Institución por su formación, cualificación, motivación y entrega. En apenas diez años el personal, generador de las horas de las horas de vuelo que necesita el EA para su misión, se ha visto reducido de manera significativa en 5.000 efectivos (civiles y militares). Son profesionales con perfiles muy valorados y demandados por las empresas (como pilotos o mecánicos), teniendo actualmente Ejército del Aire importantes carencias.
Con respecto al material, por su misión, por los medios que emplea y por el ámbito en el que opera, la institución necesita disponer de alta tecnología. Diversos sistemas de armas están al final de sus ciclos de vida, algunas capacidades deben recuperarse y otros sistemas que proporcionan capacidades esenciales necesitan modernización. Es prioritaria la sustitución del avión de entrenamiento básico CASA (actualmente Airbus Defence and Defense ) C-101 de la Academia General del Aire, que debería sustituirse a partir del último curso académico, previsto en el 2020-2021, el relevo de los cazabombarderos F-18, el mantenimiento de la capacidad VIGMA (Vigilancia Marítima) de los C235 (D4) y la modernización del Sistema de Mando y Control Aéreo (radares y centros de mando y control).
El Ejército del Aire aspira a renovar a corto plazo otros sistemas como el reactor de entrenamiento avanzado Northrop-CASA F-5M o el avión de patrulla marítima Lockheed Martin P-3M Orion, en el medio plazo; explotar los sistemas de armas recientemente implementados o en proceso de implementación, como el transporte A400M, el RPAS (Remotely Piloted Aircraft System) MQ-9 Predator-B o el helicóptero NH90; progresar en el desarrollo de capacidades en el ámbito del espacio y ciberespacio; y asegurar el sostenimiento de todos estos sistemas de armas y de las infraestructuras necesarias para su operación.
Consciente de la situación económica y de las inversiones ya realizadas, el AJEMA se ha marcado como objetivo cambiar las tendencias actuales y adentrarse en una senda de recuperación para conseguir una fuerza aérea del siglo XXI. El general Salto marca así mismo como necesidad prioritaria incrementar el personal, hasta llegar al entorno del 25% sobre del total del personal de las Fuerzas Armadas, y conseguir un presupuesto y un modelo de financiación estable y adecuado a la misión. (Julio Maíz Sanz).
Fotografía: El cazabombardero Eurofighter es un elemento fundamental en el presente, pero sobre todo en el futuro, del Ejército del Aire. (Foto: Julio Maíz/defensa.com)