El 17 de marzo de 2014, el Destacamento Mamba iniciaba su despliegue en la base de Libreville (Gabón) en apoyo de las fuerzas francesas en su misión en la República Centro Africana (RCA). Comenzaba entonces un periplo que, en este año 2019 del 150º aniversario de la Tabla Periódica de los Elementos y el 5º aniversario del Destacamento Mamba, llevaría a las distintas tripulaciones a “doctorarse” en “tierras raras”.
El despliegue del Destacamento fue aprobado en Consejo de Ministros de 5 de diciembre de 2013, y dentro del marco de la Resolución 2122 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para la protección de la población y prestación de ayuda humanitaria en la República Centro Africana (RCA).
En este marco, comienzan los “vuelos tácticos”, es decir, los realizados por aeronaves de transporte militar dentro de una Zona de Operaciones. Son vuelos llevados a cabo por aeronaves caracterizadas generalmente por ser turbohélices capacitadas para transporte de carga y soldados, con una rampa trasera que se puede abrir en vuelo, despegues y aterrizajes en pistas cortas, capaces de realizar vuelos a baja cota, buena maniobrabilidad y ruedas con baja presión para tomas en campos de vuelo no preparados.
Con estos requisitos, la dotación inicial de aeronaves del Destacamento Mamba es un C-130 Hércules, que apoya la movilización de 2.000 efectivos franceses dentro de la operación Sangaris y el traslado de ayuda logística. Las primeras tripulaciones conocerán pronto la pista de aterrizaje de Bangui, en el límite norte de la selva ecuatorial y en pleno conflicto: mosquitos, temperatura y humedad elevada, alojamientos de circunstancias y restricciones de movimiento.
En agosto de ese mismo año, 2014, Francia inicia la operación Barkhane y un “partenariado” con el Grupo 5 Sahel (G5S) para la lucha antiterrorista en los pueblos del Sahel. Esta operación, continuación de la operación Serval y Epervier, forma parte de una estrategia de pre-posicionamiento. A partir de entonces, las necesidades logísticas, amenazas y condiciones de los campos de vuelo donde el Destacamento Mamba tiene que operar se amplían. El avión C-130 Hércules del Ala 31 es reemplazado el 7 de octubre por un C295 (T-21) del Ala 35.
Tanto la una como la otra son dos aeronaves muy versátiles. A diferencia del C-130, un transporte militar táctico pesado (rango de carga de 15 a 30 Tns), el T-21 es un transporte militar táctico medio (rango de carga de 5 a 15 Tns) que opera entre 5 y 10 Tns entre personal y carga.
Ante la pérdida de capacidad de carga y rango de vuelo del C-130, el T-21, de tamaño más reducido, presenta las ventajas de mayor maniobrabilidad y la capacidad de tomar en campos aún más reducidos, en distancias inferiores a los 700 metros y en campos de tierra en los que aeronaves de mayor peso no podrían entrar. Dicha prestación ha quedado demostrada en tomas en el reducido campo de vuelo no preparado de Bouar (RCA), en plena sabana, o en otras pistas largas pero con alertas que requieren frenar en corto espacio y dirigirse a zonas seguras.
Pistas y campos exóticos
A finales de 2014 empiezan las misiones a pistas y campos de vuelo exóticos. Dakar representa un salto de hasta 9-10 horas que obliga a cálculos de los supervisores de carga saliendo de un clima ecuatorial húmedo para sobrevolar el Golfo de Guinea y aterrizar en las arenas desérticas y costeras de Senegal.
Se intercalan misiones a Abeche y Faya (Chad), que suponen salir de la zona tropical hacia el norte evitando los cúmulos, en ocasiones inmensos, que se desarrollan hasta miles de pies por encima de la aeronave, para tomar en pistas donde el calor y la sequedad son extremas. Llanuras de polvo con poblados de chozas de barro.
En el año 2015 se ampliarán los vuelos hacia el oeste por el cálido Sahara hasta Madama, Niamey y Bamako, y se acabará por conocer las peligrosas tormentas de arena. Por el golfo de Guinea, se tocarán las ciudades tropicales costeras de Abidjan y Lomé. Mientras que en la zona ecuatorial los vuelos se extenderán en Burkina Faso (Ouagadougou), Camerún (Yaounde, Ngoundere, Douala, Foumban) y República Democrática del Congo (Kitona y Kinshasa): humedad y calor asfixiantes en la tupida selva ecuatorial.
Nuevos campos
Sin abandonar las pistas visitadas, a partir del año 2016 las misiones realizadas demandan cruzar nuevamente desde la zona ecuatorial, por la tropical, hasta sabanas y desiertos. Coincidiendo con el aumento de las hostilidades de los grupos terroristas en el norte de Malí, el Destacamento Mamba ampliará destinos: Atar, Gao, Aguelal, Tessalit, Diffa… El T-21 se adapta a todos ellos y la posibilidad de misiones a realizar son inmensas: transporte táctico de personal y carga, posibilidad de evacuación médica, transporte MERCAPEL, defueling, etc.
Esta versatilidad hace que la aeronave se emplee en nuevos campos, poniendo a prueba su resistencia y prestaciones, especialmente cuando a partir del 7 de mayo de 2018 el Gobierno español da su apoyo a los países del G5S, materializándolo en parte a través del Destacamento Mamba.
Los campos de vuelo con nombres impronunciables seguirán aumentando en la lista de destinos alcanzados por el C295 con motivo de las ampliaciones de las operaciones: Toumbouktou, Menaka, Man, Bouar. El corazón de África y el corazón del Sahel. Serán frecuentes las maniobras de descenso rápido, vuelos a baja cota, medidas ante el posible empleo de MANPADS (Man Portable Air Defence Systems) y dotaciones adiestradas de Force Protection.
El T-21 cumple el compromiso de España con nuestro aliado Francia y su partenariado del G5S en el marco de la operación Barkhane y las misiones de Naciones Unidas y la Unión Europea en la República Centroafricana, MINUSCA y EUTM-RCA respectivamente, sobrevolando selvas sin fin y océanos de arena. El cautivador cielo de África es una experiencia inolvidable para las tripulaciones, las cuales podrán dejar la impronta de su “Vítor” en la Base Aérea Commandant Guy Pidoux en Libreville, Gabón.
Fuente y fotos: Estado Mayor de la Defensa