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Sábado, 23 de noviembre de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

El flaco favor del Ministerio de Defensa a la industria nacional

Este lunes la Cadena Ser y Europa Press informaban de la intención del Ministerio de Defensa de paralizar la entrega de “400 bombas de precisión láser” a Arabia Saudí, que ya había pagado 9,2 millones de euros por ellas y estaba pendiente de recogerlas.

El argumento del Ministerio encabezado por Margarita Robles es que este tipo de armas podrían ser usadas contra la población civil de Yemen. En  marzo de 2015 Arabia Saudí emprendió una campaña de bombardeos contra Yemen en la que se organizó una coalición árabe que pretende restaurar la legitimidad del gobierno del presidente yemení Abd-Rabbu Mansour Hadi frente al alzamiento de los hutiés que apoyan al ex presidente Ali Abdullah Saleh.

Tras el ataque saudí del pasado 9 de agosto que se cobró las vidas de menores el Ministerio de Asuntos Exteriores anunció que revisaría las condiciones de venta de armamento a los países de esta coalición.

La fecha del nuevo anuncio no es baladí pues tiene lugar un día antes de que la Secretaria de Estado de Comercio Xiana Méndez Bértolo reciba este martes a los directores de Amnistía Internacional, FundiPau, Greenpeace y Oxfam Intermón, las cuatro ONG que pusieron en marcha la iniciativa Armas Bajo Control. Estas se han opuesto a la exportación de armamento español a países como Arabia Saudí o Israel y reclaman mayor transparencia y control en la exportación de armas.

El contrato al que se refiere la noticia fue firmado en 2015, cuando el titular del Ministerio era Pedro Morenés y su incumplimiento supondrá que España deberá devolver el dinero por unas bombas que estaban pendientes de recogida en “una base militar de Aragón”.

El anuncio, que resulta bastante impreciso, se referiría probablemente a bombas aire-superficie con kits de guiado láser, sistemas desarrollados por una de las empresa de referencia en el sector a partir de la incorporación de los kits de guiado en bombas convencionales de diferentes tamaños. Incluso en la nota de prensa de Europa Press se refiere a bombas “del Ejército Español”.

También podría tratarse de la combinación de cuerpos de bombas fabricadas en España y kits de guiado de otro fabricante, posiblemente estadounidense, dadas las compras que ha realizado Arabia Saudí en los últimos años. Baste ver el contrato que firmó con Estados Unidos en noviembre de 2015 por valor de 1.920 millones de dólares que incluía diferentes tipos de bombas de guiado láser de la familia Paveway.

Repercusiones

Si tenemos en cuenta el importe del contrato español, comparado por ejemplo con el citado estadounidense su importe resulta irrisorio, si bien su impacto en forma de daño a la credibilidad de la industria de defensa puede ser muy grande. En el mercado de Defensa existen suficientes oferentes internacionales para que Arabia Saudí, o cualquier país al que se decida no suministrar un sistema de armas, no cuente con empresas españolas si cree que el suministro puede estar en peligro, incluso una vez se han firmado los necesarios contratos y pagado el precio correspondiente. La señal que se envía al mercado es que somos un proveedor o socio poco fiable.

La exportación de sistemas de armas forma parte de la política de Estado de un país, es usada como herramienta diplomática y es en última instancia una forma de sostener la base industrial de Defensa, sobre todo en un país como España, que emplea muy pocos fondos para su Ministerio de Defensa. Las exportaciones contribuyen a asegurar que las Fuerzas Armadas propias dispondrán de proveedores nacionales con los que cubrir sus diferentes necesidades.

La política de un gobierno en este sentido no debe ser ambigua y generar más incertidumbre de la que ya padecen los programas nacionales. España cumple la legislación internacional en referencia a la exportación de sistemas de armas, por lo que si el gobierno considera que estas no deben exportarse, deberían prohibirse totalmente. Es más debería prohibirse su fabricación en España e incluso se deberían disolver las Fuerzas Armadas, usuarias últimas de estos equipos.

Resulta ingenuo pensar en que la cancelación de esta exportación supondrá una diferencia en las operaciones que realiza Arabia Saudí actualmente e igualmente ingenuo resulta prohibir el uso de este tipo de armas fuera del territorio nacional al país comprador. De igual manera es previsible que si el conflicto con Yemen se amplía en el tiempo, las corbetas de fabricación española entren en combate como ya lo hace actualmente la Marina saudí. ¿Se decidirá no instalarle sistemas de armas españoles como si esto supusiera alguna diferencia?.

Si España quiere mantener la base industrial de la Defensa y no lo hace vía presupuestos nacionales no debería dificultar, sino fomentar la exportación de sistemas de armas y sobre todo respetar los contratos firmados. Si el cliente resulta cuestionable o se sospecha que las armas van a ser usadas contra población civil (ya sea propia o ajena) no debería firmarse los contratos en un primer momento. (José Mª Navarro García)

Fotografías:

·La ministra de Defensa Margarita Robles visita a unidades de La Legión ubicadas en el acuartelamiento Montejaque en Ronda (Ministerio de Defensa)

·Las corbetas de Navantia para Arabia Saudí (SAMI)


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