Además le solicitaron al mandatario facilitar similares entrevistas con el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira y el presidente del Codicen, entidad rectora de la educación Primaria ,Secundaria y Técnica, Robert Silva, para hacer una revisión de los textos de historia donde según el colectivo, “se cuenta una historia distorsionada sobre los ocurrido durante los últimos 40 años”, contándose inclusive a algunas víctimas, falsamente, como beligerantes.
“Se denomina guerrilleros a quienes fueron terroristas, se hacen plaquetas, en algunos casos, a quienes fueron asesinos de nuestras familias”, sostuvo Burgueño.
“Hay un relato amnésico donde no se ha contado sobre torturas, secuestros, robos y atentados, a nuestras familias y queremos que se diga la verdad”, señaló ,quien es referente de la agrupación, junto a Sergio Molaguero, quien secuestrado en los 70 , por ser hijo de un industrial (probablemente uniendo temas políticos a encargos mafiosos de la competencia), fuera salvajemente torturado durante casi tres meses por una célula encabezada por Jorge Vázquez, ex viceministro del interior y hermano del anterior presidente, Tabaré Vázquez.
La Asociación impulsa un proyecto de ley de reparación. El objetivo es que sea similar a la ley de reparación de las víctimas de la dictadura militar. En busca de apoyo político y de organizaciones sociales ya se reunieron con diversos partidos políticos. Además, solicitaron entrevistas con el izquierdista Frente Amplio, el Instituto Nacional de Derechos Humanos y la Organización de Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Según dijo Burgueño, el presidente Lacalle se comprometió a apoyar el proyecto de ley de reparación en caso de que haya consenso con los partidos políticos. Vale recordar que allegados y simpatizantes a ex terroristas han levantado monumentos varios, inclusive a asesinos seriales.
La organización lleva contabilizados 78 víctimas de la sedición izquierdista, contando civiles, policías y militares, aunque en los últimos meses, dijo Burgueño, se habrían sumado aquellas familias que en la época aceptaron bajo presión terrorista, catalogar determinadas muertes con un trasfondo político, no aclaradas como "accidentales". (Javier Bonilla)