Aunque ha vendido decenas de miles de armas en las últimas décadas en Uruguay, la empresa austríaca ve ralentizado su proyecto de instalar una planta regional en el país, a lo que aspira desde 2009, para el armado y la fabricación de partes de pistolas 9 milímetros en Uruguay, en espacios facilitados por el Servicio de Material y Armamento del Ejército Nacional y autorizada la iniciativa por el Ministerio de Defensa, catalogada oficialmente como un proyecto “urgentísimo”. El titular de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, culpa a otras fábricas de armas de obstaculizar este plan, “CZ, H&K y Jericho”, afirma, refiriéndose en realidad con esta última a IMI, industria que, sin embargo, ha mostrado una total apertura hacia las Fuerzas Armadas uruguayas.
“Si a usted le dan a elegir y se ilustra no por sabe cuál optar, porque son a cual mejor. Acá en Uruguay todas las empresas extranjeras de cualquier tipo, hasta las que venden galletitas, tienen sus representantes, que son uruguayos generalmente”, aludiendo a lo que es, especialmente para proveedores militares, policiales, náuticos o aeronáuticos, una exigencia legal. Localmente no se cree que pueda existir mala voluntad por parte de Fernández Huidobro sino “asesores incapaces o infieles” - esto último por comprometer al ministro en un tema menor frente a los arduos requerimientos urgentes de cazas, OPVs, VTS y helicópteros SAR planteados actualmente- según altas fuentes.
En realidad existe un problema de marco legal, que se podría solucionar con la creación de una unidad ejecutora (para atender ese negocio dentro del Estado, dependiendo en forma directa de Ministerio Defensa y no del Servicio de Material y Armamento/ SMA, aunque se trabaje y se coordine con esa dependencia), además de establecer con exactitud las relaciones y compromiso de Glock América con su casa central, lo que se tiene fácil dilucidación.
Respecto a las sospechas de lobbismo por parte de otros representantes, Eduardo Gómez Haedo, un acreditado empresario local del ramo, encargado local de H&K, Noben y Fassmer, aclara: “Si bien es cierto que nos puede complicar al principio una ensambladora local también es verdad que se crea un precedente, un marco normativo, preparación de mano de obra y otros ítems que mañana bien podríamos aprovecharlo nosotros u otra firma, beneficiando ulteriormente a todo el sector, así que por nuestra parte, ningún palo en la rueda, no es nuestro estilo.”
Una vez instalada, Glock, actualmente la principal proveedora de pistolas de las Fuerzas Armadas, de Seguridad y de agencias privadas, promete entregar al Ministerio de Defensa cinco pistolas de cada 100 que venda en Uruguay y la región, pagando, además, la vigilancia del predio encargado de su fabricación y almacenamiento, todo perfectamente alcanzable de crearse la estructura legal adecuada, a la que probablemente se podría haber dado curso al redactar la Ley de Presupuesto. Por no haberlo hecho en esa oportunidad ahora se hace necesaria una ley especial, para lo cual hay que sortear a los grupos de presión contrarios a la industria bélica, provenientes de la izquierda radical, de gran expresión parlamentaria. (Javier Bonilla)