Las autoridades de la cartera de Defensa presentaron en un inusual acto un rotundo desmentido a la adquisición de cazas JF-17 Thunder que fuera comunicada en numerosos medios de información y redes como un acto ya confirmado, lo que pusimos aquí en cuestión. La misiva del Ministerio de Defensa argentino indica que sólo se ha solicitado la inclusión en el próximo presupuesto el año 2022 de la autorización de gestionar créditos por valor de 664 millones de dólares para “la adquisición de aviones de caza polivante, para la vigilancia y control del espacio aéreo”.
Asimismo, la oficina del ministro aclaró que “no se ha expedido acerca de la adquisición de aviones supersónicos de ningún origen y se encuentra en la etapa de evaluación técnico-financiera de cinco alternativas”, las cuales son ofertas de Corea, Israel, China, Rusia y EEUU”.
Autoridades del ministerio y de la Fuerza Aérea Argentina evitan dar precisiones sobre el tema. Como saben nuestros lectores, el país carece desde hace muchos años de una defensa aérea moderna y eficaz. Los intentos varios de acceder a nuevos jets de defensa aérea, han fracasado continuamente y en este momento, la Argentina solo dispone de unos pocos aviones de combate A4AR Fightinghawk, completamente inadecuados para hacer frente a las necesidades perentorias de la Defensa Nacional. Hubo ofertas varias, desde Mirage F-1 españoles, IAI Kfir israelíes actualizados, los Dassault Mirage 2000 hasta los FA-50 Fighting Eagle de la coreana Korea Aeroespace Industries (KAI), pero por otra razón política y económica, nunca se concretaron.
Está claro que el tratamiento del futuro presupuesto incluirá montos para dichas adquisiciones, como vienen figurando en dichos borradores hace años. Diferentes situaciones, como la enorme tasa inflacionaria en el país, el acuerdo a cerrar con el Fondo Monetario Internacional y la escasez de fondos dirimirán la situación. (Luis Piñeiro)
