El día de ayer, la Fuerza Aérea Brasileña interceptó un avión bimotor Embraer Seneca procedente de Perú que ingresó clandestinamente en el espacio aéreo brasileño. La acción se desarrolló bajo la coordinación del Comando de Operaciones Aeroespaciales (COMAE) y resultó en la incautación de aproximadamente 500 kilogramos de droga (marihuana y hachís).
La aeronave, un Embraer EMB-810 Seneca, matrícula PT-RFU, fue detectada por los radares del Sistema Brasileño de Defensa Aeroespacial (SISDABRA) al ingresar al espacio aéreo nacional. Inmediatamente, la Fuerza Aérea Brasileña, (FAB) activó sus medios aéreos para la interceptación: aeronaves A-29 Super Tucano, E-99 y H-60 Black Hawk, además de plataformas orbitales (satélites) para obtener información de inteligencia.
Tras recibir la orden de aterrizar, la aeronave realizó un aterrizaje forzoso en una pista de tierra, aproximadamente a 80 kilómetros de Manaus , chocando contra unos árboles. Tras el aterrizaje, los pilotos prendieron fuego al avión, junto a la droga y, como es habitual, huyeron del lugar.
La interceptación ocurrió siguiendo los protocolos de las Medidas de Policía del Espacio Aéreo (MPEA). Los procedimientos previstos para la investigación y cambio de ruta se fueron cumpliendo progresivamente. Esta acción forma parte de la Operación Ostium, parte del Programa Integrado de Protección Fronteriza (PPIF), con el objetivo de reprimir actividades delictivas en la frontera.
Se trata de una operación de refuerzo de la vigilancia del espacio aéreo sobre la región fronteriza de Brasil, realizada de forma permanente, todos los años por la Fuerza Aérea Brasileña. El objetivo es prevenir vuelos irregulares que puedan estar vinculados a delitos como el narcotráfico.
Desde 2017 estás operaciones cuentan con la colaboración del Satélite Geoestacionario de Defensa y Comunicaciones Estratégicas (SGCD). (Javier Bonilla)
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