El Presidente de la República de Chile, Gabriel Boric, anunció su tercer cambio de gabinete con la modificación de cinco ministerios (Educación, Energía, las Culturas, Desarrollo Social y Bienes Nacionales) y cinco subsecretaría . En el caso de la de Defensa, asumió como subsecretario Ricardo Montero Allende, del Partido Socialista, que hasta ahora era el jefe de Gabinete de la ministra de Interior, Carolina Tohá.
Montero reemplaza a Víctor Barrueto, ex presidente del Partido por la Democracia (PPD), que había asumido ese cargo tan solo el 10 de marzo de este año. Este ex presidente de la Cámara de Diputados y ex intendente de Santiago reemplazó entonces al muy bien considerado Gabriel Gaspar, independiente cercano al Partido Socialista. Ese enroque del llamado socialismo democrático tuvo lugar ahora a la inversa.
Montero fue durante el segundo Gobierno de la presidente Michelle Bachelet el jefe de gabinete de Jorge Burgos en el Ministerio de Defensa entre 2014 y 2015 y luego en Interior, permaneciendo en el cargo con la llegada de Mario Fernández a esa cartera. Fue coordinador general de los diálogos ciudadanos del proceso constituyente impulsado por la ex mandataria.
En las elecciones para la asamblea constituyente se presentó como candidato por el 18° distrito (Región del Maule) como parte del pacto Lista del Apruebo. Obtuvo el escaño con 6.128 votos, correspondientes al 5,5 por ciento del total en esa zona. Tiene 40 años y realizó sus estudios básicos y medios en el Colegio del Verbo Divino.
Cursó Derecho en la Pontificia Universidad Católica, titulándose en 2009. Posee un master en Defensa y Seguridad del Colegio Interamericano de Defensa (Estados Unidos y otro en Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Barcelona (España). Tras su paso por la Convención Constitucional y el rechazo el 4 de septiembre de 2022 a la propuesta de nueva Carta Magna de esa instancia, su incorporación al equipo de Tohá generó críticas, incluso desde el propio PS.
“Si van a comenzar a instalar en los cargos del Gobierno a los principales responsables de la debacle del 4-S, mejor cierren la puerta por fuera y no nos pidan nada. Al menos conmigo no. No aprendieron ni entendieron nada de nada”, señaló el senador Fidel Espinoza. “Los convencionales, por decoro, deberían alejarse un tiempo de la primera línea de la actividad política”, dijo el senador PPD Jaime Quintana en relación a Montero.
“Como Colectivo Socialista estamos abiertos para los acuerdos más amplios posibles, pero no vamos a estar dispuestos a una segunda cámara que no tenga dientes. Tiene que tener incidencia en la tramitación de leyes”, dijo Montero. Si bien públicamente los constituyentes socialistas habían asumido públicamente la defensa de un Congreso bicameral (es decir que mantuviera dos ramas legislativas como el Senado y la Cámara), la redacción final de esas indicaciones causó malestar en el PS, pues rebajaba el poder de esta segunda instancia legislativa. Ello golpeaba severamente los intereses de varias colectividades tradicionales, cuyo principal respaldo reside en las regiones.
Montero formó parte de un movimiento universitario que se convirtió años después en el NAU, la semilla de lo que sería luego Revolución Democrática (Frente Amplio). En 2007 perdió en las elecciones del Centro de Alumnos de Derecho, en una contienda contra Diego Schalper (entonces sindicalista y hoy diputado de Renovación Nacional). Ya en su época de estudiante comenzó a trabajar como voluntario de un Techo para Chile para la emergencia del terremoto de 2010, donde conoció al sacerdote jesuita Felipe Berríos, una de las figuras más influyentes de su carrera política.
Después de ser parte de un proyecto social en Brasil para construir viviendas en las favelas de Sao Paulo, Montero regresó a Chile y fue fichado por Jorge Burgos, quien lo convirtió en su jefe de gabinete en el Ministerio de Defensa.
Con Burgos, quien fue otro de sus mentores políticos, llegó en 2015 al Ministerio del Interior, donde hizo buenas relaciones con el entonces subsecretario de la cartera Mahmud Aleuy (Partido Socialista), hombre de confianza de la entonces presidente Michelle Bachelet. Por entonces, en 2015, fichó en el PS. Tras la renuncia de Burgos a Interior, Montero se quedó trabajando con el nuevo ministro Mario Fernández, quien lo promovió como coordinador nacional del Proceso Participativo Constituyente que realizó la presidente Bachelet.
Su abuelo fue Carlos Montero Schmidt, ministro del Interior de Carlos Ibañez del Campo y presidente del disuelto Partido Democracia Agrario Laborista, que apoyó a Eduardo Frei Montalva en 1964. Sin embargo, tras la reforma agraria, la familia de Montero tomó distancia y se acercó a la derecha. Dentro del Partido Socialista no es considerado un delfín de Elizalde ni de Aleuy, ni tampoco se le conoce un sector al que pertenezca. Él suele remarcar que su identificación política es más bien con el “bacheletismo”.
Una vez dentro de la Convención, Montero se erigió como una de las figuras relevantes del Colectivo Socialista. En esa línea, fue apoyado para ser el coordinador de la Comisión de Sistema Político -la instancia más estratégica de la Convención- donde comparte el rol con Rosa Catrileo (Mapuche).
