El último día antes de la prescripción de cinco años del caso, un fiscal de la región chilena de Magallanes, en el extremo sur de América, ha formalizado la investigación contra dos generales ingenieros de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) en el accidente del tetraturbohélice Lockheed Martin KC-130 Hercules ocurrido el 9 de diciembre de 2019 en el Mar de Drake, mientras volaba entre Punta Arenas y la Antártida.
El avión se destruyó en el mar y se pudo recuperar menos del 1 por ciento, que impide que nunca se sepa cabalmente qué ocurrió, pese a lo cual, tras cuatro años, los querellantes han buscado asimilarlo sin ninguna base al accidente de un KC-130 del US Marine Corps de julio de 2017. La diferencia es que, en el caso de Chile, las escasas evidencias apuntan a que el avión impactó íntegramente contra el mar y no colapsó en vuelo, como el avión de los Marines, lo cual ya invalida la demanda judicial
Las investigaciones se encontraban prácticamente agotadas hacia 2022 y todas concluían que no era posible establecer las causas de este lamentable accidente. Sin embargo, en 2023 los querellantes presentaron en una causa civil un informe que indicaría varios problemas en el área de mantenimiento, área que ya había sido revisada por las investigaciones previas sin encontrar fallos, entre ellas la del Centro de Prevención e Investigación de Accidentes de Brasil, la Universidad Católica de Chile, la USAF y la misma Fuerza Aérea de Chile.
Ese peritaje de los querellantes fue revisado por un equipo de expertos en C-130 Hercules, quienes lo descartaron, por presentar problemas metodológicos, informaciones erróneas, tergiversadas y en algunos casos, falsas. Sin embargo, pareciera ser que la causa penal no tuvo acceso a estas observaciones y, en 2024, la Fiscalía contrató a un perito que habría copiado el informe de los querellantes, sin advertir las falencias que presentaba, lo que le ha valido una denuncia por plagio.
Por su lado, la defensa ha acusado al fiscal regional ante el Fiscal Nacional, por negligencia y falta de objetividad en la investigación, denunciando además el uso de normativa no aplicable, información errónea y falsa, además de plagio en el peritaje de la Fiscalía. Todo lo anterior, además de los escasos restos recuperados, hacen que las acusaciones de la Fiscalía sean inverosímiles y que más parezca una operación de comunicación o la provisión del fundamento para las millonarias indemnizaciones que están solicitan en el caso civil que se lleva en paralelo.
La Fuerza Aérea de Chile opera una de las flotas de C-130 Hercules más actualizadas de Iberoamérica, destacando por aplicar una serie de programas de modernización, entre los cuales figura el cambio de ruedas y frenos, de aviónica y, recientemente, la incorporación de las nuevas hélices NP2000 de Collins Aerospace, siguiendo muy de cerca el estándar de los C-130 Legacy que opera la USAF.
