El Ministerio de Defensa de Dinamarca está conversando con Estados Unidos la posibilidad de vender cazabombarderos Lockheed Martin F-16A/B MLU Fighting Falcon excedentes de su Real Fuerza Aérea a Colombia y Argentina a través de su programa de ventas militares al exterior FMS (Foreign Military Sales) a un precio unitario de 15 millones de dólares, que no incluiría armamento ni pods.
La oferta consiste en 6 ejemplares para el primero de esos países y 12 para el segundo, que precisa una oferta de armamento aire-aire y aire-superficie y de al menos 1 Boeing KC-135R Stratotanker de reabastecimiento de combustible en vuelo.
El caso colombiano sería una solución ante el permanente retraso en la compa de aviones de combate nuevo, en el que se han evaluado el Eurofighter Typhoon, el Dassault Rafale y el Saab Gripen, aunque los analistas consideran que por razones económicas hay pocas posibilidades de hacerse con alguno de esos modelos y que lo idóneo sería que incorporara F-16 de segunda mano, complementados por aviones de ataque ligeros de última generación, como el Leonardo M-346. Incluso se ha hablado que podría recibir F-16 que operó la Guardia Aérea Nacional de Corea del Sur. El caso es que necesita urgentemente encontrar un sustituto de sus veteranos IAI Kfir de origen israelí. Otra opción sería recibir después F-16V Block 70 nuevos.
El caso argentino es más complejo, pues actúan las presiones de Londres para que no incorpore aviones de combate, como herencia del conflicto sobre las Islas Malvinas, lo que ha impedido que cerrara una negociación con respecto al coreano KAI T/A-50, por el veto británico ejercicido sobre componentes de su procedencia que lleva a bordo, lo que ha llevado a que sus opciones sean sólo o china o rusa. Para evitar una mayor penetración de Beijing y Moscú en el Cono Sur de América es por lo que Washington intenta que Londrs no se oponga a que reciba F-16 de segunda mano.
Fotografía: F-16 de la Real Fuerza Aérea danesa.