Desde octubre de 2019, Chile ha tenido que enfrentar una serie de complejas situaciones sociales, que por un lado dejaron de manifiesto la impreparación de sus órganos de inteligencia y orden público, teniendo que irremediablemente acudir a sus Fuerzas Armadas.
Lo anterior generó una serie de requerimientos operacionales, que han obligado el despliegue de unidades militares en una serie de escenarios no “tradicionales” o asimétricos, de gran exigencia no solo para el recurso humano, también para el material. La primera crisis, en octubre de 2019, tras la Declaración de Estado de Emergencia, implicó la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles para reestablecer el orden público y garantizar el respeto del Toque de Queda. Sucesivamente, esas mismas unidades se vieron fuertemente implicadas en la imposición de las medidas de cuarentena sanitaria aplicadas por la pandemia del Covid-19
A partir de octubre de 2021 y tras la aprobación del Estado de Excepción Constitucional en la denominada “Macrozona sur”, las Fuerzas Armadas se han visto involucradas en operaciones de apoyo a Carabineros de Chile, en un esfuerzo para reducir el complejo conflicto armado que acecha áreas de la Araucanía, habiéndose demostrado la presencia de narcotraficantes, terroristas y crimen organizado.
Sin embargo el frente más complejo ha sido el denominado TON (Teatro de Operaciones Norte), donde una masiva ola de inmigración ilegal ha dejado de manifiesto las debilidades de las Fuerzas de Seguridad y la misma frontera.
Unidades del Ejército operan estrechamente con Carabineros de Chile para frenar la inmigración ilegal. Los medios no resultan ser los más indicados.
El exiguo refuerzo a Carabineros y la magnitud de la crisis obligaron a establecer el Estado de Excepción Constitucional de Emergencia, básicamente para permitir el despliegue de unidades, en este caso del Ejército, para la protección y contención de la inmigración ilegal. Dichas unidades se han desplegado en vehículos de cargo, básicamente Hummer M1097, Land Rover Defender, UNIMOG U4000 y en algunas ocasiones incluso, los en este caso poco adecuados Mowag 6x6.
Es en este contexto ha quedado visible la clara falta de tecnología para enfrentar esta crisis. Estrictamente, Carabineros dispone de tan solo un Beechcraft King Air B200GT con cámara L3 Wescam Wizard adecuado justamente para misiones nocturnas de vigilancia a los que se suman visores nocturnos monoculares Bushnell Stealth para el personal. La seguidilla de eventos de los últimos años ha también significado un alto desgaste y significativas pérdidas de vehículos policiales, existiendo aun un déficit de vehículos 4x4 adecuados para operar en la compleja geografía del norte de Chile.
La seguidilla de eventos descritos dejan en claro la falta de protocolos y medios para enfrentar hoy el problema de inmigración y el nuevo gobierno, de querer enfrentar en profundidad dicha situación, deberá asignar significativos fondos para la incorporación de medios UAV (unmanned aerial vehicle) o vehículos aéreos no tripulados, masificar el uso de visores nocturnos y evaluar soluciones tecnológicas remotas que permitan la observación y control remoto de la frontera. La aplicación de estas medidas permitirá también terminar con la presencia de las Fuerzas Armadas en operaciones que pueden ser consideradas distractoras de sus funciones fundamentales y así devolver estas funciones a los órganos de Seguridad tradicionales, en el caso de Chile, Carabineros y Policía de Investigaciones. (Cristián Marambio)
Fotografía portada: El único Beechcraft King Air B200GT de Carabineros de Chile adaptado a misiones de vigilancia.