Los ingenieros militares de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) no solo construirán tres de los siete tramos del Tren Maya, una de las tres obras magnas del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, sino que se encargarán de toda la obra y además la administrarán para beneficio propio.
Las ganancias del proyecto del Tren Maya, que conectará a los principales puntos turísticos de la Península de Yucatán (comenzando por Cancún) y una parte del Golfo de México, serán en su totalidad para la SEDENA.
El Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR) estima que esas ganancias serán del orden de los 352 mil 600 millones de pesos (14 mil millones 387 mil 115 euros) con el Tren Maya operando a plena capacidad en sus casi 1,500 kilómetros de recorrido por los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, en el sureste mexicano.
El costo de la construcción del tren fue calculado por FONATUR en 112 mil 200 millones de pesos (4 mil 578 millones de euros), y a esa cifra se le sumarán 33 mil 800 millones de pesos (1,379 millones de euros) por costos de operación y mantenimiento de la obra en sus primeros años de funcionamiento.
La revelación sobre este inesperado giro en la estrategia de desarrollo del actual gobierno la hizo precisamente Rogelio Jiménez Pons, director general de FONATUR, en una entrevista con un diario mexicano especializado en economía y finanzas.
El Tren Maya es una de las tres obras magnas proyectadas por el presidente de México, junto con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) que se construye en las inmediaciones de la Base Aérea Militar Número 1 (BAM-1) y la refinería de Dos Bocas, que se edifica en el estado de Tabasco, de donde es originario el presidente López Obrador.
El director de FONATUR precisó que las ganancias que se obtengan por la operación del Tren Maya serán en su totalidad para la SEDENA, resaltando que esos recursos no ingresarán a las arcas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), sino que irán directamente a las finanzas del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.
Jiménez Pons agregó en la entrevista con el diario El Financiero que “está perfecto que sea un premio a las fuerzas armadas. Si nosotros tenemos una visión nacionalista de largo plazo patrimonial, que esto sea un negocio, pero del Estado, nosotros vamos a tratar de hacer que esto sea un negocio en beneficio del mayor número de mexicanos, qué mejor que el Ejército se encargue de este negocio, nos garantiza muchas cosas y particularmente que no se privatice”.
Pons explicó que el Tren Maya tiene un factor de “seguridad nacional”, porque hay zonas de conflicto en el sureste del país, en donde operan cárteles, grupos de trata de personas y de venta ilegal de ganado, por lo que la participación de los militares disminuiría el impacto que dichas actividades tendrían sobre el proyecto.
“En el momento que metes a una institución con ciertos valores, con cierta disciplina, con rigor y a sabiendas que no se va a privatizar nunca, porque va a ser del Ejército, pues adelante con eso, entonces haces una institución sólida, que pueda ver el proyecto a largo plazo. Y la comercialización ya la vemos aparte”, añadió.
La zona en la que se construirá el Tren Maya está enclavada en territorios utilizados por párteles del narcotráfico para el aterrizaje de aeronaves cargadas con cocaína, armas y dinero. Es también una zona con fuerte presencia y disputa constante de cárteles de la droga como los Zetas, el Cártel del Golfo y el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La ruta del Tren Maya pasará por puntos fronterizos con Belice y Guatemala, caracterizados por el flujo de migración indocumentada procedente de Centro, Sudamérica y otros países del Caribe. En Chiapas, uno de los estados que tocará el tren, persiste la presencia de la guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN, enero 1994) y en Oaxaca, estado aledaño, la del Ejército Popular Revolucionario (EPR, 1996). (Jorge Alejandro Medellín)
