De acuerdo al Proyecto de la Ley de Endeudamiento del 2022, presentado al Congreso de la República para su debate y aprobación, el Presupuesto Institucional de Apertura (PIA) del Sector Defensa se plantea en unos 1.707 millones de dólares. Esto representaría una reducción del orden del 17,5, es decir unos 361 millones en comparación con el año anterior.
En términos prácticos, un 97,02% del Presupuesto de Defensa del 2022 se desglosará de la siguiente manera: 56% al pago de salarios, 18,3% a pensiones y prestaciones sociales, un risible 0,01% a donaciones y transferencias (fondos no reembolsables recibidos por parte de gobiernos, instituciones y organismos internacionales u otros entes del estado) y un 22,71% a bienes y servicios. De este último rubro, se estima que no más de un 5% - alrededor de 19,3 millones de dólares – estará destinado al mantenimiento y operaciones militares. Del 2,98% restante, un 0,38 % a proyectos de inversión, 2,29% al pago del servicio de la deuda pública (que cubre los pagos de los programas de adquisición de los últimos años) y 0,31% a gastos diversos.
Así, se verían reducidos no solo los gastos para la adquisición y contratación de bienes, pago de servicios, proyectos de inversión o infraestructura y salud, sino en la capacitación, entrenamiento y perfeccionamiento de su personal. Más grave aún, se podrían ver afectadas seriamente, por dar algunos ejemplos, las operaciones militares - en especial las que se realizan en contra de Sendero Luminoso en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) – y las de apoyo y ayuda humanitaria en caso de desastres, así como los índices de operatividad, al no poder cumplir adecuadamente con Programas de Entrenamiento y Mantenimiento.
De darse esta reducción, las Fuerzas Armadas sufrirían, una vez más, una merma, sumamente preocupante, en sus capacidades operacionales y de respuesta esencial, y por ende de su capacidad disuasiva. Más aun, una parte importante de las plataformas actualmente en uso se encuentran, o están muy cerca, de alcanzar la obsolescencia tecnológica, por lo que urge programar su renovación.
En comparación, el Presupuesto Inicial de Apertura (PIA) de 2021, como dimos a conocer en el Anuario Latinoamericano de la Defensa 2021, ascendió a 2.068 millones de dólares. Equivale apenas al 0,96% del Producto Bruto Interno (PBI) y es considerado como uno de los Presupuestos de Defensa más bajos de la historia del Perú, situación poco alentadora, si lo comparamos con los de Argentina, Chile y Ecuador que equivalen, respectivamente, al 1, 3 y 2,8% de sus PBI. Del monto total del Presupuesto de Defensa 2021 un 93.93% se orienta al pago de servicios (51,64%), pensiones y prestaciones sociales (17,61%), donaciones y transferencias (3.56%) y bienes y servicios (21,12%). Del 6,07% restante, se estima que un 2,99 % se orienta a proyectos de inversión, 2,76% al pago del servicio de la deuda pública y un 0,32% a gastos diversos.