Tras la reciente y apresurada convocatoria, desordenada e in extremis, del Ministerio de Defensa uruguayo a todo postor que ofreciera buques para su Armada que el interesado juzgase adecuados para misiones de patrulla de altura, nuevos o usados, hay preocupación ahora en el ámbito naval por la oferta de buques de un astillero especializado fundamentalmente en la construcción de pesqueros para cumplir esa misión.
Tras el fracaso del anterior y muy controvertido llamado a compra directa asesorada (con la recomendación polémica de los asesores de la operación hacia la opción china), en principio por dos navío nuevos, así como de otra gestión, también polémica, por navíos noruegos Clase Nordkapp reacondicionados, a un coste similar a los nuevos, la muy probable preferencia gubernamental por pesqueros usados y adaptados (patrulleros nuevos proyectados sobre diseños originales de pesqueros) dotados con algún radar, cañón de 40 mm, ametralladora y bote semirrígido a bordo, provoca profunda disconformidad en el ambiente naval y los proveedores más acreditados, tras 12 años de búsquedas infructuosas para dotar a la Armada de Uruguay con navíos tipo OPV y ante el grave estado de deterioro del escaso material actualmente utilizado.
El aparentemente favorecido en esta instancia, sería el astillero gallego Cardama, y las unidades serían más livianas, incluso, que las cubanas Río Damuji, adoptadas por el país caribeño tras perder al Pacto de Varsovia como proveedor, convirtiendo militarmente antiguos pesqueros del doble de tonelaje y eslora al ofrecido en esta ocasión.
El Ministerio de Defensa habría decidido visitar a un astillero en particular tras la visita a feria de defensa española, FEINDEF, celebrada este mes en Madrid, del subsecretario uruguayo de Defensa, Cnel. Rivera Elgue, sin visitar muchos más astilleros ni siquiera en la Península Ibérica, los cuales también habrían invitado a diversas autoridades a hacer lo propio.
¿Por qué el jerarca no fue acompañado de técnicos navales acreditados en construcción y mantenimiento marítimo, sino con el Secretario de Gabinete del Comandante en Jefe, el polémico Almirante Jorge Wilson, el CN Marcelo Da Silva? ¿Por qué la oferta se presenta sólo al Ministerio de Defensa, inicialmente? ¿Por qué sus autoridades parecen preferir a un grupo empresarial con escasísima experiencia en ensamblar Patrulleros Oceánicos y con muy pocas entregas de unidades nuevas en los últimos años? ¿Por qué razón no han venido aún a Uruguay ni jerarcas de la empresa ni referentes, ingenieros, idóneos o peritos marítimos a presentar estos proyectos ante sus pares?
Si bien comprobamos la presencia del subsecretario Elgue en España, y parte de su agenda en ese país, hemos intentado contacto, sin obtener retorno, con la firma gallega Cardama. El tema de las patrulleras oceánicas en Uruguay se ha extendido desde fines del año 2011, cuando se comenzaron gestiones por las portuguesas Clase Viana do Castelo, luego dos preselecciones para Lurssen/NVL OPV 80, etc. Hasta hoy. (Javier Bonilla)