Mientras sigue sin planes para dotarse de aviones de combate, la Fuerza Aérea Uruguaya, que desde hace poco cuenta con un segundo A37B Dragonfly en orden de vuelo, podría alistar una tercera unidad en breve, gracias a las gestiones y buenos oficios del Comando Aéreo Logístico.
De esta forma se podría cumplir mínimamente con cierta defensa del espacio aéreo nacional, minado por el narcotráfico en la última década, pese a que la deteccion mediante sensores e información regional es bastante eficaz.
Simultáneamente se está trabajando con la compañía Pyxis y la embajada británica en aumentar esas posibilidades, u otras similares, mediante inteligencia artificial, con datos proporcionados por el Servicio de Sensores Remotos Aeroespaciales, con un amplísimo abanico de información gráfica, algo así como el Servicio Geográfico Militar desarrolla en el ámbito terrestre.
Al mismo tiempo, se instrumentan cursos de formación en materia de aeronaves UAV del entorno británico, en dónde se utilizan desde los L3 Harris hasta los portugueses Tekever AR5 con IA y radar de apertura sintética, pasando por el Elbit/ Thales Watchkeeper 450. El área de transporte recibirá tres aeronaves Tecnam P2012, tanto para tareas propias como para programas de eliminación de plagas agrícolas.
Respecto a los vectores mayores (los KC-130H Hercules de la Fuerza Aérea Uruguaya) uno está en Portugal, realizando tareas de mantenimiento mayor en Ogma, y el otro en un impasse técnico, ya que hace años que no se dispone de motores de repuesto y ha fallado uno de ellos durante un reciente retorno de la Antártida, por lo cual aún no pudo completarse el recambio de dotaciones científias en la base uruguaya.
Todo indica que la actual conmemoración de los 111 años de la Aviación Militar del Uruguay se dará, una aniversario más, en un marco de singular austeridad. (Javier Bonilla)