La potenciación de la Real Armada de Marruecos no solo contempla la adquisición de nuevas unidades, también la puesta a punto de las ya existentes. Buen ejemplo son los trabajos en curso en la corbeta Lieutenant Colonel Errahmani que se está llevando a cabo Navantia en Cartagena.
El pasado mes de octubre llegaba a esa factoría el navío de escolta marroquí Lieutenant Colonel Errahmani (501) para ser sometido a trabajos mayores de revisión y mantenimiento. Esta corbeta, de la Clase Descubierta, fue entregado a la Marine Royale de Marruecos en 1983 por los entonces astilleros de la Empresa Nacional Bazán (actualmente Navantia). Su construcción se inició en marzo de 1979 en los astilleros de Ferrol (La Coruña), siendo botada el 26 de febrero de 1982, y asignada el 28 de marzo del citado 1983. La firma española construyó entre los años setenta y principios de los ochenta un total de nueve de estos navíos de escolta, de los que seis fueron destinados a la Armada española, dos a Egipto, siendo la última unidad construida la Lieutenant Colonel Errahmani. Estamos ante una corbeta que desplaza 1.520 toneladas a plena carga y tienen 88,8 metros de eslora (largo) y 10,4 de manga (ancho).
Este navío de escolta ligero ha participado en múltiples ejercicios conjuntos con la US Navy norteamericana, la Marine Nationale francesa, la Armada y otras flotas de la OTAN, tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo. Fue el buque insignia de la Marine Royale desde su entrada en servicio hasta la incorporación de las dos nuevas fragatas de la Clase Floréal, bautizadas como Mohamed V (611) y Hassan II (612), que fueron asignadas en 2002 y 2003 respectivamente.
La Lieutenant Colonel Errahmani, tras finalizar los trabajos realizados en la plataforma que utiliza Navantia para acometer las reparaciones, ha sido recientemente puesta a flote y atracada en los muelles de la factoría sita en la Ciudad Departamental mediterránea, donde se finalizarán los trabajos. (Julio Maíz Sanz)
Fotografía: La corbeta “Lieutenant Colonel Errahmani” en el curso de los trabajos en la planta de Navantia. Foto: José Damian González.