El 31 de marzo el Gobierno español consiguió lo que por ahora parece un importante éxito diplomático tras aprobarse el borrador de las direcciones de la negociación entre Reino Unido y la Unión Europea, que incluye una petición española según la cual el futuro del peñón será decidido bilateralmente por España y Reino Unido.
El borrador del presidente del Consejo Europeo Donald Tusk consta de 26 puntos de los cuales el 22 hace clara referencia al asunto que nos ocupa ya que “después de que Reino Unido deje la Unión, ningún acuerdo entre la Unión Europea y Reino Unido podrá ser aplicado en el territorio de Gibraltar sin un acuerdo entre España y Reino Unido”. Esto quiere decir que Gibraltar no será incluido en las negociaciones entre Reino Unido y la Unión Europea y que solo cuando Reino Unido se haya marchado podrá hacerse una propuesta a la que España tendrá que dar el visto bueno.
Esta propuesta satisface plenamente a España como confirmó el portavoz Iñigo Méndez de Vigo ya que no contempla la posibilidad de otorgarle un status especial a Gibraltar, como reclamaba el ministro principal de la colonia, Fabian Picardo. Sin embargo esta propuesta es solo un borrador que tendrá que ser aprobado el próximo 29 de abril en Bruselas durante una cumbre especial de los 27 Estados Miembros.
Hasta ahora la Unión Europea no se había pronunciado con claridad en un asunto como este que enturbiaba las relaciones de dos Estados miembros, sin embargo ahora que Reino Unido abandonará la Unión, Bruselas parece ponerse de parte obviamente del Estado que permanece.
¿Clima belicista?
Las respuestas en Reino Unido no se hicieron esperar, comenzando por Picardo, que achacó la redacción del borrador a “las predecibles maquinaciones de España”. Le siguió el ministro de Exteriores Boris Johnson que anunció que el Gobierno británico seguiría apoyando de forma “implacable y como una roca” a la colonia. El actual ministro de Defensa Michael Fallon declaró que la intención del Gobierno británico era “proteger Gibraltar hasta el final” y advirtió de que “la soberanía del peñón no puede sufrir cambios sin el consentimiento de los gibraltareños”. Sin embargo también se han alzado voces criticando que la primera ministra Theresa May no incluyera a Gibraltar entre los temas de la carta sobre el Brexit remitida por esta a Bruselas. El líder del Partido Liberal Democrata, Tim Farron considera “un enorme error estratégico”
Las declaraciones comenzaron a intensificarse cuando el ex líder del Partido Conservador, el lord Michael Howard afirmó que “hace 35 años, otra mujer y primera ministra mando una fuerza de choque a la otra punta del mundo para defender la libertad de otro pequeño grupo de británicos contra otro país de habla hispana… estoy absolutamente convencido de que nuestra premier mostrará la misma resolución”. En clara alusión a que la actual primera ministra Theresa May podría emular la acción de Margaret Thatcher que derivó en la guerra de Las Malvinas.
La intervención más reciente en este sentido ha sido la del antiguo contraalmirante de la Royal Navy Chris Parry, que recomienda intervenir adecuadamente en las capacidades militares si se quiere defender la posición sobre Gibraltar, aunque cree que la tensión actual no derivará en un conflicto militar con España.
Parry viene a decir que “si el Gobierno quiere hacerse oír sobre Gibraltar, o sobre cualquier otro lugar, tiene que invertir adecuadamente en la capacidad militar para respaldar eso. Estamos mucho menos fuertes que en las Malvinas, mucho más débiles. Nuestra capacidad para hacer realidad nuestra voluntad en términos militares es significativamente menor. Somos mucho menos poderosos y somos más débiles en nuestros activos de combate, en particular por la forma en el que este Gobierno ha invertido en su Defensa, con recursos totalmente vergonzosos. Sin embargo, la capacidad militar de Gran Bretaña supera enormemente a España, y si se trata de una guerra, el Reino Unido es tres veces más potente. Podríamos paralizar España en el medio plazo y creo que los estadounidenses probablemente nos apoyarían también.“
Cabe esperar que el Gobierno español no responda a estas provocaciones propias de otro tiempo y fruto sin duda de la preocupación por la situación actual de Reino Unido. En cualquier caso no resulta previsible que en España se empleen términos como este pero sí se podría reforzar la acción española con la intensificación de las tareas de vigilancia en la entrada de Gibraltar. Según muchos expertos, la mejor forma de mejorar la posición española en relación a la colonia es tomar las medidas que hagan menos interesantes económicamente el Peñón. Estas van desde la aplicación estricta de los controles de acceso tanto a personas como a mercancías, incluyendo el cierre de la verja. Lo mismo con el control de las actividades españolas en Gibraltar, los activos e intereses británicos en España que son incompatibles con la residencia en la colonia o la revisión de la normativa europea respecto a los paraísos fiscales, el comercio electrónico o el sector de las apuestas online, que se benefician de las particularidades de Gibraltar. (José Mª Navarro García)
Fotografia: Preocupación en Gibraltar por el futuro de La Roca.