Ante la cada vez más cercana incorporación del sistema de RPAS MQ-9 Reaper, prevista para el próximo año, la División de Planes del Ejército del Aire está ultimando el Plan de Implantación del sistema. El programa del Remotely Piloted Aircraft Systems (RPAS) Reaper es uno de los más importantes de las Fuerzas Armadas (FAS) españolas por la capacidad de obtener datos para la inteligencia y la acción del Estado en su conjunto que otorgará. Así, aunque el sistema será asignado y es responsabilidad del Ejército del Aire, encargado de operarlo, la información que obtengan será directamente gestionada por el Centro de información de las FAS (CIFAS) que depende directamente del Estado Mayor de la Defensa (EMAD), que además determinará donde se desplegará.
Aunque la División de Planes, que manda el general de Brigada Enrique Biosca, todavía no ha finalizado ni adelantado su pormenorizado estudio, la Base Aérea de Talavera la Real (Badajoz) se perfila como la futura sede del sistema RPAS MQ-9 Reaper español. A pesar de que todavía no existe una decisión oficial, el anunciado despliegue, por un medio provincial, hasta en tres bases diferentes del sur, las de Morón y Albacete, además de la citada de Talavera, no parece lógico, ya que propiciaría la dispersión de un equipo que consta principalmente de dos estaciones de control y cuatro aeronaves, muy alejada de los normales parámetros operacionales.
Siguiendo los lógicos condicionantes de que el sistema Reaper se instale en la base del sur de España (en búsqueda de buena meteorología), con una actividad de salidas aéreas baja y un mínimo tráfico aéreo en la zona, en los que insisten las fuentes castrenses consultadas, se nos confirma indirectamente que la base aérea en que estarán desplegados será la citada de Talavera.
Hablamos de una discreta instalación, ubicada a unos pocos kilómetros de la ciudad de Badajoz, donde actualmente tiene sede la Escuela de Caza y Ataque del Ejército del Aire/Ala 23 del Ejército del Aire, que ópera con apenas una veintena de veteranos, aunque modernizados, biplazas de reacción Northrop F-5M, con un discreto número de salidas diarias. A dicha particularidad se añade el poco tráfico de vuelos comerciales al anexo al aeropuerto de Badajoz, actualmente prácticamente limitado a vuelos chárter.
Adicionalmente, en otras bases del Ejército del Aire se crearían estructuras de apoyo para poder operar el sistema, como podrían ser la Base Aérea de Son San Juan (Mallorca) o el Aeródromo Militar de Lanzarote, en caso de tener que desplegar el Reaper sobre escenarios como el Mediterráneo Occidental o en el Sahel, punto fundamental de la política de defensa española en el marco del plan Frontera Avanzada.
Paralelamente se está realizando la formación de las tripulaciones que manejarán los primeros Reaper. Esta fase de instrucción, que comenzó a principios del año pasado, se centra en cuatro militares del Ejército del Aire (dos oficiales y dos suboficiales). Estos profesionales se encuentran actualmente en la base de la United States Air Force (USAF) de Holloman, sita junto Alamogordo (Nuevo México), donde estarían efectuando la tercera fase de su instrucción, la denominada de Missión Control Element (MCE), que se alargará hasta junio, según ha informado el Boletín Oficial de Defensa.
La última y cuarta fase se cursará en la base aérea de Crech, también de la USAF, en Clark County (Nevada), que corresponde al denominado curso de Launch and Recovery Element (LRE). Esta parte de la instrucción, que se realizará entre finales de junio y finales de septiembre, habilita propiamente para la realizar las maniobras de despegue y aterrizaje de la voluminosa aeronave sin piloto. (Texto y fotografía: Julio Maíz Sanz)
Fotografía: RPAS MQ-9 Reaper. Foto: Julio Maíz / defensa.com