Para el Comandante de la Flotilla de Aeronaves de la Armada Española, el capitán de navío José Luis Nieto Fernández, el único sustituto del AV8B+ capaz de operar en plataformas navales como el LHD Juan Carlos I es el F-35B. Abordamos en la segunda parte de esa entrevista la sustitución de los Harrier y las futuras necesidades de la FLOAN para poder adaptarse a los nuevos escenarios
Respecto a los Harrier, ¿está previsto modernizar o implementar sus equipos y/o armamento cara a aumentar sus capacidades?, ¿hasta qué fecha estarán operativos?, ¿es el F-35 el único posible sustituto?
Los aviones AV8B+ de la Novena Escuadrilla embarcados en el LHD Juan Carlos I son un elemento fundamental de la capacidad de proyección del poder naval. Como todos sabemos, el programa de sostenimiento de este avión es multinacional entre los países que operan el Harrier (España, Italia y Estados Unidos) y tanto la Marina de los Estados Unidos como la Marina italiana van a reemplazar progresivamente el AV8B+ por el F35 Joint Strike Fighter, aunque a día de hoy no está definido todavía cuando se producirá la baja definitiva del Harrier, todo parece indicar que no será antes del 2030.
Lo que está claro es que el único sustituto del AV8B+ capaz de operar en plataformas navales como el LHD Juan Carlos I es el F-35B que tiene capacidad de despegue corto y toma vertical, por lo que la Armada lo considera como una opción para mantener una robusta capacidad de proyección del poder naval. Como Comandante de la Flotilla de Aeronaves y piloto de AV8B+ me encantaría poder ver a nuestro LHD Juan Carlos I operando con F-35B de la Flotilla de Aeronaves.
¿Qué otras capacidades necesita la FLOAN de cara a seguir dando un apoyo eficaz a la Armada, en un escenario tan cambiante?
Hasta ahora nos hemos centrado en el material, pero creo que nuestro mayor reto para seguir siendo eficaces en la generación de las unidades aéreas embarcadas que necesita la Flota es contar con el personal motivado, preparado y adiestrado, por lo que es fundamental seguir siendo capaz de atraer al mejor personal, formarlos como marinos y como pilotos, dotaciones de vuelo, controladores y mantenedores. En este sentido creo que el elemento más característico de nuestro personal es su profesionalidad y su especialización, así como la aceptación de la enorme responsabilidad individual que requiere llevar a cabo los cometidos relaciones con el vuelo y el sostenimiento de aeronaves.
La seguridad y aeronavegabilidad del material de la Flotilla reside en los aciertos y decisiones de nuestro personal, lo que exige como he dicho antes una enorme responsabilidad y especialización. Soy consciente que más allá del material, el presente y el futuro del Arma Aérea descansa en los actuales oficiales, suboficiales y marineros. Ellos son los futuros jefes de las distintas escuadrillas y responsables de las distintas divisiones de mantenimiento.
¿Qué nos podría comentar acerca de colaboraciones de la FLOAN con otras fuerzas similares, como el USMC, y otros aliados de la OTAN, y otros países?
Creo que es muy satisfactoria. Actualmente la Flotilla de Aeronaves tiene un piloto de intercambio con los Infantes de Marina de los EE.UU. y otro con la Marina Italiana que nos permite mantener un alto nivel de conocimiento mutuo. Además, los ejercicios en el marco de la OTAN y la UE son constantes por lo que la capacidad de operar con ellos está garantizada.
¿Qué representa para un profesional de la Armada ser el Comandante de una Unidad como la FLOAN en la celebración del Centenario de la Aviación Naval?
Como su Comandante vivo este momento consciente de la responsabilidad de contribuir a dar a conocer la historia de la Aviación Naval española, de sus hombres y mujeres, sabiendo que este Centenario es una oportunidad inmejorable de valorar en su justa medida lo conseguido hasta la fecha. En este sentido creo que este Centenario debe servir de merecido homenaje a muchos marinos que nos han precedido y que han llevado en el uniforme con ejemplaridad las alas de la Aviación Naval, y que gracias a su trabajo perseverante han hecho posible la eficaz Flotilla de Aeronaves que tengo el privilegio de mandar.
Estoy convencido que el conjunto de actividades que se están desarrollando y organizando permitirá reflexionar sobre los importantes avances de la Aviación Naval, que ha sabido afrontar y superar enormes retos gracias a la labor de equipo y a las decisiones y aciertos de muchas personas de la Armada. En ese sentido, confío que podamos reflejar una parte de las gestas que se esconden tras cada uno de los hitos alcanzados, y así rendir un sincero homenaje a todos aquellos marinos que dejaron su vida en el empeño.
Por último, ¿Qué puede contarnos de su trayectoria profesional, sobre todo en lo que respecta a su desempeño como piloto naval?
Mi vocación siempre ha sido ser marino, ya que desde muy pequeño mi padre, que era oficial de la Armada, me mostró las distintas actividades de nuestros buques de guerra, por eso no fue una sorpresa cuando decidí ingresar en la Escuela Naval Militar. La vocación de piloto surgió algo más tarde, en mi caso particular cuando de Guardiamarina de Primero tuvimos la oportunidad de embarcar en el portaviones “Dédalo” y presenciar una demostración aeronaval. La Armada en aquellos años operaba, además de un amplio abanico de helicópteros, los AV-8A, los famosos “Matador”, y estaba comenzando a formarse la Novena Escuadrilla con los más avanzados AV-8B.
Yo creo que fue en ese momento cuando decidí intentar ser piloto naval, y no solo por el atractivo que pueda tener ser piloto de la Armada, sino por el futuro que se abría en aquellos primeros años de la década de los noventa a la Aviación Naval con la incorporación definitiva del portaviones “Príncipe de Asturias”. Respecto a trayectoria como piloto naval, después de recibir el despacho de oficial de la Armada en 1989 fui seleccionado para realizar el curso de reactores en EEUU, donde recibí mis alas de piloto naval en 1991. Una vez finalizado el curso me incorporé a la Novena Escuadrilla donde estuve destinado hasta el año 2002. Durante ese tiempo tuve la oportunidad de volar en el AV-8B y después en el AV-8B+, este último con unas capacidades muy superiores de ataque al suelo todo tiempo. Además, en ese periodo estuve dos años como piloto de intercambio en el Escuadrón VMA-513 del Cuerpo de Infantería de Marina de los EEUU basado en Yuma (Arizona), lo que constituyó una magnífica oportunidad de mejorar el conocimiento mutuo en el empleo del Harrier embarcado.
Durante mi tiempo de servicio en la Novena Escuadrilla tuve la inmensa suerte de volar en una escuadrilla con un material y unos profesionales excelentes, de vivir la incorporación a la Flota del moderno portaviones “Príncipe de Asturias” como ya he dicho, y de contribuir a la entrada en servicio del AV8B+, un avión que supuso un salto tecnológico muy importante con su capacidad todo tiempo de ataque al suelo con armas de precisión, y que fortaleció significativamente la capacidad de proyección del poder naval de la Armada. (Julio Maíz)