Canadá quiere dotar a su Fuerza Aérea de una flota de 88 aviones de combate F-35A. Según su ministra de Defensa se han iniciado ya las negociaciones con Lockheed Martin.
Estos 88 aviones de combate de 5ª generación reemplazarán de prosperar las negociaciones a la veterana flota de CF-118, designación local del F/A-18 Hornet, que opera la Fuerza Aérea. El Ministerio de Defensa afirmó que la adquisición costará 19.000 millones de dólares canadienses (unos 13.669 millones de euros) aunque el monto final puede variar, sobre todo por el armamento y equipamiento que se elija.
La decisión supone un giro político del primer ministro, Justin Trudeau, que al llegar al poder en 2015 se comprometió a no adquirir el F-35A para la Real Fuerza Aérea de Canadá en aras de un recorte de gasto en Defensa. En estos 7 años, para la sustitución de los cada vez más veteranos Hornet, se recurrió a “parches” como la compra en 2018 de 25 F/A-18 de segunda mano procedentes de Australia, a fin de mantener operativa la flota y la defensa aérea del gigantesco país.
"Debemos asegurarnos que nuestra próxima flota de aviones de combate sea flexible, ágil y apta para enfrentar un amplio espectro de amenazas", dijo la ministra de Defensa, Anita Anand.
El Gobierno de Canadá, en el nuevo contexto global de la defensa, efecto directo de la guerra en Ucrania, no ha tenido más remedio que reactivar el programa de relevo del F/A-18 Hornet, ya que de no hacerlo tendría que confiar la protección integra de su espacio aéreo al vecino Estados Unidos, con los que comparte el mando de defensa aérea de Norteamérica o North American Aerospace Defense Command (NORAD).
En 2010, el anterior gobierno canadiense, del conservador Stephen Harper, decidió adquirir 65 unidades del F-35A, pero en 2015, con la llegada al poder del Partido Liberal de Trudeau se canceló la compra. Canadá se comprometió entonces a no adquirir nunca F-35 e inició en 2019 un concurso público para reemplazar la flota de CF-118. Pronto se retiraron de la carrera para hacerse con el programa las multinacionales europeas Airbus Defence & Space y Dassault Aviation, que se habían presentado con sus aviones de combate Eurofigther y Rafale respectivamente, tras acusar al Ministerio de Defensa canadiense de favorecer a Lockheed Martin y Boeing, que presentó su F/A-18E/F Super Hornet bloque III.
Ahora, Trudeau tras años “deshojando la margarita” ha optado por el F-35A, además de determinar que si las negociaciones no fructifican (poco probable), se comenzarían unas nuevas con la sueca Saab, cuyo avión Gripen E ha sido elegido por Ottawa como la segunda mejor opción.
Para Canadá la compra de los nuevos cazabombarderos de última generación es "esencial" para su protección y "mejorar" la soberanía sobre las regiones árticas, muy cerca de Rusia, país que lleva años incrementando allí su presencia en términos militares. (Julio Maíz Sanz)
Fotografía: La Aérea de Canadá podría ser un nuevo usuario del F-35A (foto Ahunt)
