El siempre efectivo pero a menudo denostado A-10 Thunderbolt II de la Fuerza Aérea Estadounidense tiene en marcha ya su sustituto o es al menos lo que se deduce de la aprobación por parte del Congreso estadounidense de los primeros 400 millones de dólares para el programa OA-X.
El OA-X, por Observation Attack Experimental contempla la adquisición de 300 aeronaves de relativa simplicidad y bajo coste para su empleo en conflictos de baja intensidad donde no sea necesario el despliegue del F-35 en misiones de apoyo aéreo próximo (CAS por sus siglas en inglés). Así que podríamos plantearnos que más que un reemplazo total, como siempre se ha planteado, al menos sí que se está pensando en adquirir un complemento actualizado, más aún si como veremos, se trata de productos maduros ya consolidados sin problemas de desarrollo.
Por tanto el Congreso a aprobado la inclusión de 400 millones de dólares en el presupuesto de Defensa para 2018, denominado formalmente National Defense Autorization Act, aunque de seguir adelante, el coste debería ampliarse si tenemos en cuenta el número de aviones. Como su propio nombre indica, el OA-X será una plataforma para misiones apoyo y de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR) de ahí que se hayan tenido en cuenta requisitos tanto para su operación como plataforma de armas, como de sensores.
Aunque estará desplegado en zonas previsiblemente de baja amenaza aérea, el avión deberá contar con sus propios equipos defensivos de detección de misiles y de alerta de radar (Missile Aproach Warning System o MAWS y Radar Warning Receiver o RWR respectivamente), además de lanzadores de señuelos y bengalas. La cabina y el compartimento del motor estarán blindados.
El pasado mes de agosto la Fuerza Aérea Estadounidense organizó unas evaluaciones en la base aérea Holloman en Nuevo México donde se presentaron finalmente cuatro candidatos como son el Hawker Beechcraft AT-6 Wolverine, el Embraer/Sierra Nevada Super Tucano A-29, el Air Tractor AT-802U y el Textron Scorpion, recientemente rediseñado y el único propulsado por reactores de los cuatro. Incluso tras estas pruebas la Fuerza Aérea anunció su intención de desplegar dos de estos aparatos, el Super Tucano y el Wolverine, en misiones reales como parte de la evaluación final.
Los tres primeros son plataformas convencionales aptas para misiones COIN, con el Super Tucano como candidato más posible en función de las ventas y operaciones realizadas por sus múltiples clientes, más aún cuando el avió brasileño es comercializado también por la estadunidense Sierra Nevada Corporation, empresa que lo suministró a la Fuerza Aérea Afgana en el marco de un programa de ayuda estadounidense. El Air Tractor es un avión de fumigación adaptado para misiones COIN que se ha dotado de moderna tecnología y exportado a varios países. El Scorpion es un avión a medio camión entre un avión de combate a reacción de pequeño tamaño y una plataforma ISR propulsada por hélice del que ya nos hemos ocupado en anteriores ocasiones y que ofrece un bajo coste de operación, en torno a 3.000 euros hora, criterio muy importante en esta licitación si tenemos en cuenta los más de 42.000 dólares que cuesta la hora de vuelo del F-35A.
Entre los requisitos del programa están los ya mencionados de supervivencia, pero también de operación en pistas no preparadas, una operatividad no inferior al 90 % de día y de noche, poder operar en pistas al menos de 2.000 metros de altitud, poder realizar misiones de cinco horas o ser capaz de desplegarse por sus propios medios en trayectos de 1.600 km.
Para aumentar su efectividad, deberá disponer de equipos de transmisión y recepción de video y datalinks para coordinar su acción con las tropas en tierra, poder emplear equipos electroópiticos para misiones ISR y disponer de cuatro pilones para emplear armamento de todo tipo, desde bombas no guiadas, armamento de precisión, cohetes y ametralladoras internas o en contenedores. (José Mª Navarro García)
Fotografías:
·Una pareja de A-10 en 2014 (USAF)
·Un Super Tucano de la Fuerza Aérea Afgana (USAF)