El Mediterráneo Oriental ha sido escenario del más que estricto seguimiento por parte de un submarino convencional ruso de la clase Kilo, quizás dos, a uno de los nucleares de la Royal Navy británica de la clase Astute. La semana pasada uno de los tres SSN (Submarine Nuclear) de la clase Astute de la Royal Navy se aproximaba a las costas de Siria, muy probablemente para participar con sus misiles de crucero BGM-109 Tomahawk Bloque IV en el ataque de la coalición contra este país que se materializó la madrugada del 14 de abril.
A fin de obstaculizar dicha opción uno, o dos, submarinos rusos de los denominados proyectos 877 o 636, que la OTAN designa como clase Kilo, acosaron bajo el agua al submarino nuclear británico. No en vano los Kilo, a los que los expertos occidentales les conocen popularmente como “Black Hole” (agujero negro) por la dificultad para detectarlos cuando van sumergidos, tienen entre sus principales misiones las de cazar submarinos nucleares, de hecho a veces se utiliza para calificarlos la designación SSK (Submarine hunter-Killer).
Al submarino británico también le habrían seguido dos fragatas rusas de la Flota del Mediterráneo y un avión de guerra antisubmarina o ASW (Anti Submarine Warfare), muy probablemente el Ilyushin Il-38N que fue basado en la Base Aérea de Hmeymim (Siria) en vísperas del ataque occidental, según hizo público un medio ruso.
Este juego del gato y el ratón, que duro varios días entre los submarinos de ambas potencias navales, al que se sumaron los referido medios rusos y un avión Boeing P-8A Poseidon de los que la Marina de Estados Unidos tiene basados en Sigonella (Sicilia-Italia) que apoyó al navío aliado, fue revelado el pasado domingo por varios medios británico. El acoso de los submarinos rusos habría sido el factor principal que finalmente evitó que el moderno SSN de la clase Astute lanzara alguno de sus BGM-109 contra Siria. Según los medios británicos, incluidos los especializados, se daba por hecho que el submarino británico iba participar en el ataque, lo que al final no ocurrió.
Lo cierto es que los navíos rusos y británicos se han acosado últimamente muchas veces en el Mediterráneo, este último incidente significa un paso más en esa escalada, siendo el primer enfrentamiento serio entre submarinos en un momento de alta tensión entre ambos países por el conflicto sirio. (Julio Maíz Sanz).
Fotografía: Submarino nuclear británico de la clase “Astute” en concreto el HMS “Ambush”. Foto: Crown Copyright.