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Viernes, 22 de noviembre de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Los riesgos devenidos del auge de los drones generará un mercado para asegurarlos de 1.000 millones

El número de sistemas de aeronaves no tripuladas (UAS, por sus siglas en inglés) se incrementara drásticamente a medida que su tamaño y precio disminuyen. Esta tecnología innovadora puede llevar a cabo tareas simples o complejas y peligrosas, aunque también plantea problemas de seguridad, como el riesgo de colisiones, ataques terroristas o incidentes cibernéticos.

Tanto si su uso es comercial, para inspecciones industriales, fotografía aérea, patrulla de fronteras, entregas urgentes y estudios sobre cultivos, como si es recreativo por parte de millones de personas, los drones o sistemas de aeronaves no tripuladas (UAS) tienen el potencial de convertirse en un negocio de varios miles de millones de dólares y de ofrecer tecnologías que resuelvan problemas en numerosos sectores. Sin embargo, el aumento del número de drones en el cielo también plantea una serie de nuevos problemas sobre la seguridad, desde las colisiones y los accidentes a los ciberataques y el terrorismo. Para garantizar la seguridad de las operaciones con UAS, es necesario que haya un registro sistemático de las aeronaves no tripuladas, así como una educación y formación sólidas de los operadores, según indica un nuevo informe de aviación de la compañía aseguradora Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS): “El auge de los drones: manejando los riesgos únicos asociados a los sistemas de aeronaves no tripuladas”

«El número de incidentes y cuasi incidentes ocurridos hasta la fecha y relacionados con los UAS son ya suficientes como para generar inquietud respecto a la probabilidad de que aumenten las colisiones y otros siniestros a medida que se multiplican las cifras de drones en operación», afirma James Van Meter, un responsable de aviación de AGCS.

A medida que disminuye el tamaño y el precio de los drones y aumenta su facilidad de uso (además, el cambio normativo, particularmente en EE. UU., reduce las barreras de entrada), las perspectivas de crecimiento se están disparando: la Federal Aviation Administration (FAA) estadounidense prevé que, para finales de 2016, en EE. UU. se utilizarán más de 600 000 UAS solo para uso comercial, el triple de las aeronaves sin tripulación registradas. Asimismo, se espera que 1,9 millones de UAS tengan un uso recreativo. A escala mundial, se prevé que el mercado de UAS alcance los 4,7 millones de unidades, como mínimo, antes de 2020, con la estimación de que el mercado para la aplicación comercial de la tecnología de los UAS se dispare de los 2.000 millones a los 127 000 millones de dólares.

La legislación española al respecto a pesar de ser muy reciente está en proceso de revisión para adaptarse a las rápidas evoluciones de  esta tecnología, al mismo tiempo la EASA (Agencia Europea se Seguridad Aérea), ha desarrollado un borrador, de lo que ellos entienden deberían ser la bases de un reglamento comunitario al respecto de la seguridad en el uso de los UAS.

Pensados para tareas simples o peligrosas

«Los UAS para uso comercial aumentarán considerablemente en los próximos diez años porque son efectivos para llevar a cabo tareas tanto simples como peligrosas», explica Thomas Kriesmann, suscriptor sénior de aviación general de AGCS. Se estima que los accidentes laborales (como las caídas desde el tejado que pueda sufrir un empleado durante la inspección de un edificio) y las pérdidas por indemnizaciones a los trabajadores disminuirán en consecuencia. Los UAS también tienen el potencial de solucionar problemas y ahorrar costes en el futuro en otros sectores, en países en desarrollo y en situaciones de ayuda por catástrofe. Entre los nuevos usos se incluyen el transporte de sangre y vacunas a lugares remotos de África, la lucha contra los incendios agrícolas, el control de plagas e, incluso, la entrega a domicilio de pizza y café.

Las aseguradoras también utilizan cada vez más los UAS para simplificar las evaluaciones del riesgo en proyectos de construcción o infraestructuras y aumentar su seguridad. La gestión de las solicitudes de indemnización también puede realizarse con mayor rapidez y efectividad mediante el uso de drones que estudien los daños después de catástrofes de gran calibre. Por ejemplo, cuando algunas zonas de Tianjin (China) dejaron de ser accesibles como consecuencia de las grandes explosiones del año pasado, las imágenes de alta resolución tomadas por los UAS después de las explosiones se compararon con fotografías previas para determinar cuántos vehículos se habían destruido. Allianz incluso ofrece apoyo a un mercado de colaboración entre pilotos y empresas, FairFleet, que pone en contacto a pilotos con empresas que necesiten los servicios de UAS, mediante la oferta de coberturas en materia de seguros y servicios de indemnización de siniestros.

En España la oferta de servicios de seguros para UAS la hace a través de Allianz Seguros, dentro de la colaboración interna que existe entra AGCS y Allianz Seguros, dado el carácter masivo que se espera para esta tipo de seguros.

Las colisiones en pleno vuelo y la pérdida de control, principales motivos de preocupación

Sin embargo, también deben considerarse los nuevos riesgos y el posible mal uso de la tecnología de los UAS. Los UAS plantean dos problemas de seguridad prioritarios: las colisiones en pleno vuelo y la pérdida de control. Puede haber una colisión en pleno vuelo si el piloto no puede ver ni evitar a tiempo la aeronave tripulada, especialmente aquellas que suelen volar por debajo de los 500 pies, como los helicópteros y las avionetas agrícolas, y en el despegue o aterrizaje de la aeronave. Los informes de avistamiento de UAS por parte de pilotos, ciudadanos y fuerzas del orden se han multiplicado por cinco en el último año en EE. UU.; mientras tanto, ha habido una serie de cuasi incidentes en todo el mundo, algunos de ellos, en China, Dubái y el Reino Unido.

La pérdida de control puede ser consecuencia de un fallo de sistema o de que el UAS vuele fuera del alcance de la señal. AGCS detecta un riesgo importante en la pérdida de control provocada por interferencias de las frecuencias y otros factores. El hecho de que un piloto pierda el control de un UAS durante la inspección de un edificio puede traducirse, fácilmente, en una responsabilidad total de más de 5 millones de dólares si, por ejemplo, el UAS se estrella contra un camión o una tienda. Incluso un UAS pequeño podría, por sí solo, provocar daños de hasta 10 millones de dólares si impacta contra el motor de un avión. Un riesgo incipiente es la posible amenaza terrorista de que se utilicen UAS para atacar infraestructuras claves, como una central eléctrica convencional o nuclear o un acontecimiento en directo. Otros panoramas posibles incluyen que piratas informáticos tomen el control durante el vuelo y provoquen un accidente o accedan a la señal de radio y transmitan datos registrados de valor de la aeronave desde otra estación de control («spoofing» o suplantación de identidad). También existen muchos motivos de preocupación en la opinión pública respecto a los UAS en el ámbito de la privacidad.

Mejorar la seguridad de los UAS: necesidad de formación y registro

Un motivo de preocupación importante es la falta de normas o reglamentaciones coherentes para operar con seguridad los UAS en todo el mundo. «En muchos lugares, la formación de pilotos y las normas de mantenimiento son reducidas o inexistentes —explica Van Meter—. Además de la reglamentación, la educación seguirá siendo clave para garantizar que los UAS se operan de forma segura». La formación desempeña un papel fundamental en la reducción del riesgo de incidentes, ya que la operación de los mismos llevada a cabo por principiantes supone una situación importante de siniestros. La formación debería incluir meteorología, instrucciones de emergencia, legislación del tráfico aéreo (incluidas las normas del vuelo sobre edificios), mantenimiento del sistema, cálculo de la duración del vuelo y uso de la imagen de la cámara de abordo.

En muchas partes del mundo no existe la obligación de registro de los UAS, lo que permite en la práctica que el usuario permanezca en el anonimato en caso de incidentes con pérdidas. «Sin embargo, en el futuro, la identificación del UAS y del operador será esencial para mantener una responsabilidad adecuada en términos generales —declara Kriesmann—. Tarde o temprano será necesaria la introducción de sistemas similares a la matriculación de los automóviles».

«Seguros de drones» para riesgos múltiples

Los seguros pueden proteger, tanto a los operadores como al público, ante el riesgo de una colisión en pleno vuelo, así como ante lesiones, o daños materiales o a la propiedad a terceros. Los fabricantes, los propietarios y los operadores de UAS, así como las empresas que los venden y aquellas que los ofrecen como servicio, están expuestos a riesgos. Los llamados «seguros de drones» constituyen un área del sector de los seguros de rápido crecimiento y ya se encuentran disponibles diferentes coberturas en función del tipo de uso. «Si usted regenta una cafetería o un negocio de camiones de transporte necesita un seguro para llevar a cabo su actividad. Los drones no son diferentes —explica Van Meter—. La mayoría de los operadores comerciales de UAS necesitarán al menos 1 millón de dólares de cobertura en materia de seguros para protegerse frente a la exposición al riesgo». Si suponemos que se cumplen las previsiones de crecimiento del sector comercial, se estima que el mercado de seguros de drones llegue a valorarse en más de 500 millones de dólares al final de 2020 en EE. UU. A escala mundial, su valor podría acercarse a los 1.000 millones de dólares en los próximos diez años.

 


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