La Royal Australian Air Force (RAAF) tomó posesión de sus últimos aviones biplazas de entrenamiento Pilatus PC-21 en su base de East Sale, en Victoria. Dentro de su proyecto de Formación de Pilotos AIR5428 el Gobierno australiano adquirió 49 de estos aparatos por 1.500 millones de dólares para sustituir a sus PC-9A, del mismo fabricante suizo, que a final de año cumplían treinta años de servicio adiestrando a miles de aviadores de las tres Fuerzas Armadas, con base también en Pearce. Desde principios del año que viene los PC-21 la RAAF igualmente los utilizará también en Edinburgh para ensayos en vuelo y evaluación y para control aéreo avanzado desde Williamtown. El contrato lo han ejecutado el Ministerio de Defensa, Lockheed Martin, Pilatus y Jet Aviation. Este mismo modelo es el que también ha elegido por sorpresa, pues el favorito era el Beechcraft T-6 Texan II y cuenta con cabina de pilotaje presurizada, aire acondicionado, sistema anti g y generación de oxígeno a bordo.
Un sistema de gestión de potencia digital y una compensación automática de guiñada hacen que sea fácil de volar en el circuito, al tiempo que proporciona el rendimiento requerido para una capacitación avanzada. Puede volar sostenidamente a baja cota a velocidades de más de 320 nudos y sus alerones asistidos hidráulicamente y los spoilers producen sensaciones como las de los cazas de 200º por seg. El fabricante considera que los pueden volar los alumnos desde el primer día de instrucción, eliminado la necesidad de una flota de entrenamiento elemental, acercando también la brecha entre los tradicionales turbohélices y los cazabombarderos. Su motor es un Pratt and Whitney PT6A-68B de 1.600 CV, tiene una longitud de 11,2 m., altura de 3,8 y envergadura de 9,1; peso básico de 2.280 kg. y máximo de 4.250; alcance de 1.333 km.; techo de 25.000 pies y velocidad máxima de 685 km/h.
Fotografía: Pilatus PC-21 australiano.
