El Mar del Japón o Mar del Este ha sido de nuevo escenario de un incidente entre navíos de la marina militar china y las de países occidentales, en este caso a cargo del destructor chino “Ningbo” y la fragata australiana “Toowoomba”.
Las aguas circundantes a Corea del Norte son patrulladas por aviones y navíos al servicio de la llamada Célula de Coordinación de Cumplimiento del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas o United Nations Security Council Enforcement Coordination Cell (UNSC ECC), con la misión de documentar las violaciones de las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad al régimen comunista asiático de Pionyang por sus actividades nucleares y su programa de misiles balísticos.
Esa fuerza aeronaval internacional está formada por personal y medios de ocho países: Francia, Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Canadá y la Australia.
Aunque la República Popular de China es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, no parece muy favorable a las misiones llevadas a cabo en favor de la USNC ECC, por lo que, desde hace meses, las fuerzas aeronavales de su Ejército Popular de Liberación (ELN) han provocado múltiples incidentes, a veces graves, en aras de boicotear la acción de esos aviones y navíos.
El pasado mes de octubre, el Ministerio de Defensa canadiense denunciaba así la peligrosa interceptación de un avión de patrulla marítima CP-140 Aurora (designación canadiense del veterano P-3 Orión), que participaba en una de esas misiones de control al servicio de la ONU, por parte de aviones de combate Chengdu J-10 y Shenyang J-16 chinos.
El último de estos incidentes ocurrió en el Mar de Japón el 14 de noviembre, en aguas internacionales, aunque de la Zona Económica Exclusiva [ZEE] de país del sol naciente. En concreto ha sido protagonizado por la fragata de la Real Marina de Australia, HMAS (Her Majestic Australian Navy) “Toowoomba”, que fue objeto de intimidación por parte de un destructor de la Marina China.
Según las explicaciones dadas por el Ministerio de Defensa australiano, en el marco de una misión en favor de la célula del UNSC, el navío de escolta hubo de pararse para permitir a los buceadores retirasen una red de pesca que se había enredado en sus hélices y dificultaba la propulsión, informó que iba a realizar tal operación a través de “canales marítimos apropiados, utilizando señales internacionalmente reconocidas”.
Sin embargo, mientras navegaba por la zona, el “Ningbo”, un destructor chino del tipo 956EM, se acercó a la fragata australiana. A pesar de haber "reconocido las comunicaciones" de advertencia emitidas desde la HMAS “Toowoomba”, continuó su aproximación antes de activar su sonar de casco antisubmarino "de una manera que presentaba un riesgo para la seguridad de los buzos australianos", que "se vieron obligados a salir del agua", informó el Ministerio de Defensa de Australia.
Los exámenes médicos realizados posteriormente revelaron que estos buzos habían "sufrido heridas leves, probablemente debido a los pulsos de sonar emitidos por el destructor chino", añadió el departamento del Gobierno de Canberra, antes de denunciar la "conducta peligrosa y poco profesional" del navío de combate chino.
Este incidente ocurrió menos de dos semanas después de que Australia y China confirmaran los “significadores progresos”, en sus relaciones diplomáticas y sobre todo comerciales, en el marco de la visita, a primeros de noviembre, del primer ministro australiano, Anthony Albanese, a China, donde se reunió con el presidente chino, Xi Jinping.
Esta no es la primera vez que Australia denuncia el comportamiento peligroso de las fuerzas del ELP chino. Así, en junio de 2022, un avión de patrulla marítima P-8A Poseidon de la Real Fuerza Aérea Australiana o Royal Australian Air Force (RAAF) fue abordado por un de los aviones de combate chinos J-16, que además lanzó en las cercanías del aparato polimotor bengalas y chaffs para aumentar el efecto de acoso. (Julio Maíz)