La firma del contrato con el consorcio Águas Azuis, liderado por la empresa alemana Thyssenkrupp y EMBRAER, está programada para la segunda quincena de febrero. El proyecto "Clase Tamandaré", que se espera que consuma algo menos de $ 2 mil millones de dólares, ha logrado un progreso crucial en las últimas semanas.
A mediados de diciembre, el presidente Jair Bolsonaro sancionó la ley abriendo un crédito suplementario de $ 1,000 millones para la contribución de la Unión a la Empresa de Gestión de Proyectos Navales (Emgepron) vinculada a la Marina. Este acuerdo contable permite sortear el límite de gasto y no tiene un impacto inmediato en el resultado primario del gobierno federal. La capitalización de las empresas públicas está fuera de la regla que impide el crecimiento de los gastos presupuestarios. Al mismo tiempo, el gasto primario del Tesoro Nacional en un aumento en la financiación de este año regresa como un superávit de propiedad estatal, porque todavía no habría pagos de Emgepron al consorcio.
La elaboración del proyecto ejecutivo para lo que ya se concibe como fragatas ligeras, debería durar aproximadamente un año. Se construyen en el astillero Oceana en Itajaí, Santa Catarina, con un 31,6% del contenido local para el primer barco y un promedio del 41% para las otras unidades de la serie. El cronograma de entrega de los buques se extiende desde 2024 hasta 2028. El objetivo es controlar las aguas jurisdiccionales brasileñas y la zona económica exclusiva, que totaliza más de 4,5 millones de kilómetros cuadrados y se conoce como la "Amazonía Azul".
El consorcio Águas Azuis está formado por Thyssenkrupp Marine Systems, Embraer Defense y Atech, una subsidiaria del Grupo Embraer. Los ganadores del concurso fueron anunciados en mayo. Existe una disposición para la transferencia de conocimientos técnicos y experiencia, con amplio acceso y derecho a usar tecnologías, en forma de licencias generales.
Los involucrados en el proyecto "Clase Tamandare" estiman la generación de mil empleos directos y cuatro mil indirectos. La idea es utilizarlo como punta de lanza para el desarrollo de un nuevo grupo naval dual (militar y civil) en Itajaí, que experimentó un período de euforia en el final de la última década, con los astilleros en pleno apogeo. (Javier Bonilla, corresponsal del Grupo Edefa en Brasil)