Hasta 31 de los 33 bloques que componen la primera de las fragatas F-110 destinadas a la Armada se encuentran ya en diferentes fases de construcción por parte de Navantia, empresa que lidera este vital programa para la industria naval y de defensa española.
El programa daba oficialmente su pistoletazo de salida el 23 de abril de 2019, con la firma de la orden de ejecución entre el Ministerio de Defensa y Navantia que, según el calendario previsto, finalizaría en 2032. Las tecnologías desarrolladas en este ambicioso programa tecnológico e industrial serán fundamentales para el sostenimiento mantenimiento o una eventual modernización de media vida de las F-110, así como para poner en marcha programas para otras marinas militares, como ya ocurrió con las fragatas F-100 de Navantia, que dieron paso a programas para Australia y Noruega.
Hablamos del programa de construcción naval más importante de la época moderna, ya no sólo por la inversión, la más alta hasta la fecha: el Ministerio de Defensa, con el concurso de partidas adelantadas por parte del de Industria, va destinar un total de 4.317,8 millones de euros, para construir 5 fragatas F-110. Es, además, un tractor de la industria naval y de defensa en España.
En este sentido, el director del astillero de Navantia de Ferrol (La Coruña), Eduardo Dobarro Rubido, nos comenta: Estamos ante un programa, liderado por Navantia, pero que cuenta con la participación de la mayoría de las empresas de defensa españolas, que está en torno al 75 por ciento. Igualmente, para producir navíos como las F-110 todo un ‘high-class’ en la categoría de navíos de combate, estamos colaborando dichas empresas y con varias universidades, inicialmente con las gallegas, para desarrollar proyectos tecnológicos, que aplicaremos a esta serie, y otros futuros desarrollos de la empresa. Además, estamos ante el programa que está convirtiendo al astillero de Ferrol, en todo un referente mundial en el uso de las nuevas tecnologías en la construcción naval.
En una de las gradas de Ferrol ya se puede ver a la “Bonifaz” en un avanzado estado de construcción.
El “Land Based Test Site“
Estas afirmaciones se sustentan en proyectos ya en marcha muy ambiciosos, que, como él destaca, transcenderán más allá del programa F-110, como el denominado Land Based Test Site (LBTS), que gestionará múltiples sistemas, fundamentales para el programa y otros futuros. Para alojar el nuevo LBTS y a su cualificado personal se está construyendo un nuevo edificio en el varias veces centenario astillero gallego, ahora de Navantia.
La empresa cuenta para crear estás instalaciones con la experiencia de la puesta en marcha, actualmente en fase final, del denominado Centro de Integración de Sistemas en Tierra (CSIT), que se asienta en la Base Aeronaval de Rota (Cádiz).
En su muelle nº1 se está completando un edificio, que coronará un mástil instrumentalizado como el que llevaran las fragatas F-110, que servirá para probar las múltiples tecnologías que portarán estos navíos en esta pieza clave para su capacidad de combate, incluido el sistema de combate AEGIS, cuyo principal elemento es el radar de estado sólido en banda S AN/SPY-7(V)2, que suministra el líder mundial en sensores navales, la multinacional estadounidense Lockheed Martin.
Actualmente el mástil está en fase final de construcción en Ferrol, desde donde se trasladará a la macro instalación andaluza de la Armada, donde tendrán puerto base las 5 fragatas F-110, o clase Bonifaz, en recuerdo del almirante castellano, que armó una flota en la zona del Cantábrico, que fue decisiva para la reconquista de Sevilla, por parte del rey Fernando III, allá por el siglo XIII.
Volviendo al astillero de Ferrol, el incipiente LBTS ya empieza a dar importantes frutos en su objetivo de ser base para probar los nuevos desarrollos tecnológicos, como es el mockup del Sistema de Servicios Integrado (SSI), creado en colaboración con la Universidad de Vigo (Pontevedra) que, que mediante una red neuronal de unos 2.000 nodos, proporciona una reducción significativa de cables en el buque e integra funcionalidades como la iluminación, megafonía, supervisión, cámaras de televisión, servicios de acceso inalámbricos, y sensorización diversa, que permite la interacción con los miembros de la dotación. Así, Navantia Sistemas ha realizado unas pruebas para comprobar la visibilidad nocturna en el SSI, probando uno de los requisitos impuesto en la operación de las aeronaves en estos futuros buques de la Armada.
En concreto, el ensayo ha tenido lugar en el recientemente creado y citado LBTS. Allí, un piloto de la Flotilla de Aeronaves (FLOAN) de la Armada ha asistido para comprobar la visibilidad alcanzada con un equipo de visión nocturna, o Night Vision Goggles (NVG), no solo con el color verde, que a priori es el que se muestra más compatible con este modo de visión, sino también con otros, como el azul, rojo e incluso la iluminación convencional en blanco.
Durante estos test se ha empleado como objetivo de referencia la tabla de la USAF 1951, utilizada para pruebas con NVG, siguiendo manuales de aviación de aplicación internacional. La posibilidad de que un helicóptero opere desde un navío de escolta las 24 h. de los 7 días de la semana es fundamental para considerarlo de primera clase, tecnología que tendrán las punteras F-110 de la Armada, o las que desarrolle Navantia para otras marinas militares de primer orden.
Construcción primaria de los bloques, con el cartel que anuncia el objetivo final de todo el personal del astillero.
Nuevas tecnologías
Además, el SSI es un sistema muy importante, que forma parte de un proyecto más ambicioso, buscando que las fragatas F-110, y sus posibles desarrollos para otros clientes, sean Smart Ship, diseñados y construidos por un astillero totalmente digitalizado, o 4.0, como lo denomina la empresa, que es el principal objetivo global actualmente.
Así, el gemelo digital revolucionará la vida de las F-110 en todos sus aspectos, desde el mantenimiento al control operativo desde tierra, entre múltiples campos. Esta puntera tecnología será fundamental para el adiestramiento de la dotación, que será de en torno a sólo 150 profesionales, frente a los 200 de las del tipo anterior F-100/105, tanto en el empleo del navío como en su coordinación con otras unidades de la Armada.
También será fundamental para asegurar la aplicación de los continuos avances en el campo de la inteligencia artificial y la ciberseguridad. En el campo del mantenimiento, que también será inteligente, dará capacidades en este campo de realidad aumentada, virtual y teleasistencia, cuando este en operaciones.
En este campo, desde Navantia nos explican que las fragatas F-110 contarán con impresoras 3D, con las que se puedan crear un gran número de piezas de repuesto, con la consiguiente ventaja de aligerar en gran parte los almacenes de éstos que embarcan los navíos. El gemelo digital será también fundamental para asegurar una alta conectividad, capacidad analítica y monitarización, lo que potenciará las capacidades de las F-110. Finalmente, reseñamos que este desarrollo está pensado para adaptar su diseño a las tecnologías de otros potenciales clientes y durante la larga vida operativa del buque.
Aunque, el aspecto fundamental para saber la eficacia de un navío, es su materialización en la mar, “ninguna nación adquiere equipamiento naval de primera clase sin comprobar in situ sus expertos la eficacia de los anunciado”, apunta Navantia, por lo que, además de los referidos desarrollos, deberán plasmarse en la primera fragata que se entregue a la Armada.
En paralelo a estos proyectos y desarrollos tecnológicos, el astillero de Ferrol está en plena actividad de construcción de los bloques de la primera fragata y en las primeras fases de la construcción del segundo navío de la citada clase Bonifaz. El ritmo de construcción, que implica actualmente a 1.700 empleados de la plantilla de Navantia y a unos 2.000 de las empresas auxiliares (en conjunto el impacto laboral asciende a cerca de 9.000 personas), permitiría la botadura de la fragata “Bonifaz” (F-111) en noviembre de 2025, incluso adelantar esa fecha unos meses.
Además, dicha actividad, podría permitir la puesta quilla del segundo de los navíos de la clase, el Roger de Lauria (F-112), a finales de este año 2024, tras el inicio de su construcción con el tradicional primer corte de la chapa (de acero), que aconteció el pasado 16 de diciembre de 2023.
Las nuevas técnicas de construcción de los bloques, en las que resalta que están cuasi totalmente acabados, respecto a lo tradicional, como sería el caso de sus tuberías, cableados, provistos de su sobre todo en el apartado de los controles de calidad y certificación de los trabajos, permiten un rápido y eficaz ensamblaje en la grada de Ferrol, donde actualmente en torno a una docena ya están ensamblados y van dando forma al futuro buque de escolta. Toldos sobre la estructura permiten seguir con el rápido ritmo de los trabajos aunque llueva, cosa muy frecuente en esta zona Noroeste de España.
Igualmente, el estudiado sistema de compras progresivas de los miles de sistemas y elementos, que suministran los múltiples proveedores, van siendo entregados al ritmo de fabricación impuesto por Navantia, para lograr la máxima eficacia financiera. Así, unos de los elementos fundamentales de la fragata recientemente suministrados son los sonares, que aseguran la relevante capacidad de guerra antisubmarina, o Anti-Submarine Warfare (ASW). Hablamos de los punteros sistemas suministrados por la empresa francesa Thales, como es el de casco UMS-4110 (BlueMaster), y el más complejo remolcado de profundidad variable CAPTAS (Combined Active & Passive Towed Array Sonar) 4 compacto.
En este punto, resaltamos que en las especificaciones técnicas del encargo, que gestiona la oficina del programa de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa, se ponía especial énfasis en la marcada capacidad ASW que deben tener las F-110.
Volviendo a la construcción de los bloques, en unos terrenos adjuntos a las gradas donde se construirán las fragatas se están realizando los trabajos de preparación del terreno para levantar una nueva planta de fabricación, que estará totalmente digitalizada. La nueva factoría, que implica una inversión de 100 millones de euros y el hito más importante en la instalación en 40 años, dará como resultado, tras su inauguración a principios de 2026, que Navantia cuente con la planta de fabricación más moderna del mundo, dada la total automatización, que permitirá ir desde el corte de chapa hasta el pintado de los bloques una vez finalizados.
Será fundamental para la fase final de construcción de dichas fragatas destinadas a la Armada, y para la hipotética construcción de navíos para la exportación, similares a las F-110, o rediseñados para el cliente, que podría solicitar un incremento de capacidades, en campos como los del armamento antiaéreo, mediante el aumento de células de lanzamiento vertical. (Julio Maíz)