El pasado 13 de enero la Casa Blanca anunció que los próximos dos portaaviones de la clase Gerarld R. Ford de la Marina de los Estados Unidos o US Navy llevarán el nombre de los expresidentes norteamericanos Bill Clinton y George W. Bush.
En Estados Unidos, los portaaviones suelen recibir nombres de personalidades que desempeñaron papeles destacados en la historia de la US Navy, o de buques icónicos (como el Enterprise), lo que no evita polémicas, como cuando en 2020 los partidarios del movimiento Black Lives Matters iniciaron una campaña para cambiar el nombre de dos anteriores portaviones: el USS “John C. Stennis” (CVN-74) y del USS “Carl Vinson” (CV-70).
Alegaba que los políticos que daban nombre a estos buques, dos parlamentarios del Partido Demócrata, habían sido contrarios al movimiento de los derechos civiles, aunque este revisionismo histórico, no llego a materializarse.
Volviendo a las actuales propuestas, que recuerdan a los presidentes que lideraron Estados Unidos entre 1993/2001 y 2001/2009 respectivamente, estos futuros portaaviones de propulsión nuclear aún no están en construcción y tampoco se han emitido contratos con Huntington Ingalls Industries (HII), empresa constructora de estos macro navíos de 100.000 toneladas y 333 metros de eslora.
HII ha propuesto que la US Navy adopte una estrategia de contratación de compra en bloque para estos portaaviones, en vez de individualmente, similar al enfoque utilizado para el encargo de los futuro USS “Enterprise” (CVN-80) y el USS “Doris Miller” (CVN-81), que recuerda al marinero negro de la US Navy, cuyo heroico comportamiento durante el ataque japonés a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, le hizo acreedor de la cruz se la Marina o Navy Cross.
Durante una sesión informativa la semana pasada, el presidente de HII, Chris Kastner, expresó la preferencia del constructor naval por que el CVN-82 se compre en los presupuestos del denominado año fiscal 2028. (Julio Maíz)