En marzo de 2022, tras años de retrasos debidos a cuestiones presupuestarias, se iniciará en la factoría de la empresa Navantia sita en Ferrol (La Coruña) la construcción de la primera fragata del tipo F-110, que, junto a sus 4 hermanas, servirán para renovar la imprescindible capacidad que dan los navíos de escolta a la Armada española.
La fragata F-110, que ya están casi en la fase de cuenta atrás para la entrada en servicio, será continuadora del liderazgo tecnológico de Navantia, que ha permitido poner a punto navíos anfibios multipropósito o las capaces fragatas F-100. Además, supone un hito relevante, tanto para la defensa de España, pues aposenta la capacidad para ejercer el control en las aguas de soberanía propia, donde se tenga que patrullar y nos habilita para hacerlo en otras que sean de interés, tanto para las alianzas trasnacionales en las que participamos, como para la Armada.
Esta reforzará su núcleo de buques de mayor porte y capacidad de combate con un navío que incorporará las tecnologías más recientes para conseguir la máxima eficacia y rentabilidad. Aportará potencial para vigilar zonas, apoyar acciones anfibias con el fuego de sus armas, ejercer el control del mar, negando a los submarinos su presencia en un área determinada mediante sus modernas capacidades antisubmarinas, o ASW (Anti-Submarine Warfare) y tendrá buenas aptitudes para la lucha antiaérea y antibuque, o Anti-Aircraft Warfare (AAW) Anti-Surface Warfare (ASuW), respectivamente.
Las F-110 son el mejor exponente de las sinergias que la industria de defensa española puede conseguir trabajando unida y contando con los necesarios recursos para desarrollar los más avanzados equipos. El diseño y construcción de estas naves será el catalizador de proyección de futuro en el ámbito naval militar, no sólo porque estarán en servicio hasta más allá de los años 50, sino porque su llegada apuntalará una capacidad constructiva imprescindible para abordar proyectos como las F-120, que serán imprescindibles más pronto que tarde en el camino ya establecido que requerirá reemplazar a las actuales F-100.
También quiere interesar, con un proyecto válido y audaz, a otras marinas de nuestro entorno que busquen navíos polivalentes tecnológicamente avanzados, bien resueltos y con unos requerimientos de dotación mínimos. La gran capacidad de otear el horizonte de Navantia la está llevando a trabajar en diseños de futuro, como es el del demostrador Smart 4000, que presentó a principios de noviembre en el marco de la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (FEINDEF). Según se pudo ver en el pabellón de la empresa española en ese evento, ya se contaba con una maqueta del diseño de su futro navío de combate, muy futurista, de tipo furtivo (stealth).
Este puntero proyecto naval se ha realizado utilizando las tecnologías de 3 dimensiones desarrolladas por el Centro de Excelencia de Fabricación Aditiva de Navantia (CEFAN), ubicado en el Astillero de Puerto Real (Cádiz), siendo la Smart 4000 un ejemplo de las capacidades que da esa instalación a la naval. Es un proyecto que se nutrirá inicialmente de los múltiples desarrollos realizados para la F-110 y sobre todas las evoluciones que vayan siendo incorporadas a las sucesivas fragatas de la serie, cuyas última unidad se entregaría al inicio de la próxima década y a posibles que se vendan a otros países.
Armamento y sistemas
Las fragatas F-110 contarán con un completo y complejo armamento, empezando por sus sistemas de autodefensa, lo último que ha sido seleccionado, para hacer frente a escenarios de guerra gris. En este campo, han surgido nuevos tipos de amenazas asimétricas, bastante más peligrosas que las de los piratas que operan en las costas de Somalia o del golfo de Guinea, como serían las de algunas marinas militares, como la de Irán, y terroristas islámicos, que utilizan buques suicidas, que deben ser neutralizados con sistemas automáticos, guiados por sensores y con una rápida y potente capacidad de fuego.
Navantia en la última etapa ha contratado una serie de montajes de estaciones de equipos (armamento) de control remoto, o RCWS (Remote Controlled Weapon Station) a la empresa, asentada en Alcalá de Henares (Madrid), Escribano Mechanical & Engineering (EME). La entente se produce tras las pruebas y la elección realizada por la oficina del Programa F-110, que forma parte de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), que es el organismo del Ministerio de Defensa que tiene la palabra final en todo lo concerniente a este nuevo tipo de navío, que también se definirá como Clase Almirante Bonifaz, que es el nombre de la primera unidad (F-111).
EME suministrará sus RCWS Sentinel 2.0, equipadas con una ametralladora pesada Browning de 12,7 mm. y la Sentinel 30, armadas con un cañón MK44 Bushmaster de 30 mm., aunque también podrían portar un arma de 40 mm. Como pieza principal de artillería, a proa llevarán un cañón automático de 127, que suministrará la multinacional italiana Leonardo, que puede disparar además de munición convencional de este extendido calibre, la de tipo inteligente y de alcance extendido, que están en constante evolución.
Respecto a la capacidades de guerra convencional, destaca la que tendrán el campo de la ASW, que es imprescindible potenciar de cara sobre todo a un escenario como el Mediterráneo, en el que los submarinos se han multiplicado con las constantes compras por parte de las naciones del Norte de África y la presencia de los de la Federación rusa, que estará asegurada con una serie de sensores de la francesa Thales. En concreto suministrará un conjunto integrado compuesto por los sonares BlueMaster (UMS 4110) y CAPTAS 4 Compact.
Asimismo, suministrará el equipo de comunicación submarino TUUM-6 y el acústico digital BlueScan, sistemas que, tras un acuerdo con la española SAES en 2019, ésta pasa a responsabilizarse de la adaptación e integración de esta tecnología en las F-110. Con este equipo el futuro escolta español estandariza su capacidad ASW con la de otros países de la OTAN y aliados occidentales, al igual que la de ataque contra un potencial submarino hostil, mediante los extendidos torpedos norteamericanos Raytheon MK54.
Además, el nuevo navío sumará el sistema antiaéreo lanzador de misiles desde células verticales Mark 41 VLS (Vertical Launching System), en el caso de la F-110, dotado de sólo 16 silos, que se antojan escasos frente a otros proyectos contemporáneos, como son las Tipo 26 británicas (dotadas de 24) o los proyectos basados en éstas últimas para Australia y Canadá, que instalarán 32. En todo caso, desde los VLS las nuevas fragatas españolas tendrán una buena capacidad AAW frente aeronaves, misiles antibuque y otras amenazas aéreas, ya que podrán lanzar los misiles RIM-66 Standard SM2 y los RIM-162 Evolved SeaSparrow Missile (ESSM).
También, para batir navíos de cierto porte, las F-110 contarán con los misiles antibuque RGM-84 Harpoon, veterano, pero continuamente renovado, ingenio inteligente de Boeing, que junto a los referidos de AAW, también utilizan las fragatas F-100, que se traduce en que ya existe en España una buena parte del sistema logístico, necesario para el empleo de este complejo arsenal Made in USA. También, cara a su prevista larga carrera operacional, se prevé reserva de espacio para instalar nuevas tecnologías armamentísticas como las de energía dirigida.
Protección
Aunque las capacidades de combate son vitales para sobrevivir en los modernos conflictos, también es imprescindible tener la máxima protección en el campo de la ciberseguridad, dado que tanto grupos terroristas, como potencias extranjeras –es el caso de Rusia- se han convertido en una clara amenaza en este ámbito. Así, en marzo de 2021, Navantia anunciaba que había firmado un contrato con la española Telefónica para diseñar, desarrollar y, una vez puestas en marcha, comercializar de forma conjunta, soluciones de ciberseguridad y de seguridad tecnológica integral.
En el trasfondo de esta entente está el desarrollo de manera autónoma, en el marco de las empresas nacionales, lo que otorga una total autonomía entre terceras potencias, de un sistema propio de ciberseguridad, tanto en las F-110, como en los submarinos de la clase S-80, que también se configura como uno de los productos estrellas de la naval española. A principios de noviembre, en el marco de la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (FEINDEF), Navantia y Telefónica Tech, oficializaban que ya estaba en marcha esta colaboración conjunta en materia de ciberseguridad
Se priorizan, como es lógico por los plazos de construcción y entrega, los sistemas de protección de los sistemas informáticos de los nuevos submarinos S-80 Plus, cuya primera unidad, el Isaac Peral (S-81), está en fase final de construcción, con la cara puesta a su programada entrega a la Flotilla de Submarinos (FLOSUB) de la Armada a principios de 2023. Dichas actuaciones cuentan, además, con la colaboración con el Ministerio de Defensa, que define los requisitos en este ámbito, centrado en la comunalidad de los sistemas, que se abrirá luego a futuros programas de construcción naval destinados a la Armada o a clientes extranjeros.
La colaboración entre Navantia y Telefónica Tech en el campo de la ciberseguridad se sustenta también en la experiencia previa entre las 2 empresas españolas, que trabajan conjuntamente en proyectos relacionados con la Industria 4.0, la Infraestructura plataforma digital Cloud, tecnología G5 y en otros proyectos de I+D+i. Como vemos, si algo distinguirá a las F-110 con los presentes navíos de la Armada y otras fuerzas navales, es el hincapié puesto en incorporar las últimas tecnologías, que obligará a Navantia en tan compleja construcción a adaptar su instalación a las más modernas técnicas digitales, lo que define la empresa como Astillero 4.0.
Así, las F-110 se distinguirán por incorporar en torno a 2.000 sistemas, que proporcionarán cerca de 400 empresas, buena parte de ellas españolas (Indra Sistemas, Tecnobit, GMV, MBDA España. Hexagon, etc.), por lo que estamos ante un claro proyecto tractor de la industria naval y de defensa española. Cuando no ha sido posible contar con sistemas nacionales de primera categoría, se ha recurrido a líderes de la construcción naval, como es Lockheed Martin, que aporta buena parte de los sensores, encabezados por el sistema de combate Aegis y su radar AN/SPY-7(V)2; además otros grandes de la defensa, como Raytheon, Damen o la citada Thales. Mención aparte sería el trabajo realizado por Navantia en su Centro de Diseño Virtual (CDV), cuyo desarrollo estrella es el denominado gemelo digital de la F-110.
Estamos ante un producto que supondrá un espectacular salto tecnológico para el programa de estas fragatas, además de una palanca para la transformación digital (4.0) del astillero de Ferrol, ya que utiliza tecnologías como Cloud Computing, Machine Learning o Internet de las Cosas (IoT) para apoyar con datos, incluso a miles de millas de distancia, su mantenimiento y operación. Con esta nueva representación virtual, que abarca desde el conjunto del navío, o una parte o proceso en concreto de éste, se podrán ensayar previamente los límites y cómo haría la fragata ante cualquier tipo de actuación, permitiendo, además, seguir el comportamiento de sus sistemas, equipos, armamento, etc., tanto a bordo, como en remoto desde cualquier otro punto del planeta. (Julio Maíz)