Mas allá de anuncios de prensa no especializada, citando fuentes diplomáticas estadounidenses, acerca de lo avanzado respecto de 3 unidades de ese modelo basado en las Stan Patrol 4207,oriundas de los inventarios de la USCG (Guardia Costera de Estados Unidos) donde están siendo sustituidas por la Clase Sentinel, en la Armada Nacional Uruguaya no existe aún consenso favorable a su incorporación, aunque el lamentable y vetusto estado de la flota local pueda ser un punto a favor.
Además, existe una cierta tirantez interna entre distintos cuerpos navales que puedan pretender acceder al lote, ya que, por un lado, la Prefectura Nacional Naval gestiona renovar sus unidades (algunas con 75 años), también, y con idéntico grado de obsolescencia, la División Patrulla evidencia iguales necesidades y aspiraciones.
Asimismo, la puesta a punto de estas embarcaciones en EEUU, de ser aceptadas, tendría un costo de entre dos y cuatro millones de dólares, lo cual dado el exiguo presupuesto regular de la Fuerza, en un principio, pudiera ser un obstáculo para la operación, por otra parte, no prioritaria para la Armada, cuyo interés primordial y destacado, es el de dotarse de buques de patrulla oceánica de aprecible porte, inicialmente habiendo seleccionado, desde hace un lustro, a los OPV Lurssen 80, para lo cual no se han asignado nunca recursos, ni negociado intercambios comerciales e industriales con Alemania.
De los stocks de la Guardia Costera estadounidense, la única opción de probable consenso por parte de la fuerza naval uruguaya serían un par de ex Clase Hamilton, hipotéticamente. sin descartar las Protector, si estas excluyeran gastos de puesta a punto. La embajada estadounidense en Uruguay, tras esta apresurada operación periodística, empieza a considerar seriamente, interactuar con la prensa especializada, tras los mal entendidos registrados a este respecto en las últimas horas. (Javier Bonilla)
