La necesaria sustitución del cazabombardero EF-18 por otro sistema de combate está trascendiendo del ámbito de la prensa especializada a la general y, aunque principalmente se apunta una solución europea, la provisional vendría con una versión modernizada del Eurofighter.
Durante la última edición del Paris Air Show, el entonces secretario de Estado de la Defensa (SEDEF), Agustín Conde, destacó que Europa tiene que desarrollar un avión de combate de quinta generación. “Europa no puede perder ese tren y eso debería agrupar al mayor número de países con industria aeronáutica”, dijo respondiendo a cómo afrontar la necesaria planificación para sustituir al cazabombardero McDonnell Douglas (hoy Boeing) EF-18. Este aparato norteamericano entró en servicio con el Ejército del Aire español en 1986 y actualmente, junto al europeo Eurofighter, es la espina dorsal de la capacidad de combate en la Institución. Estamos ante uno de los mejores sistemas que ha operado España, pero que entra en la etapa final de su vida operativa y está previsto que a finales de la próxima década empiecen a ser dados de baja. Antes, en los próximos años, la veintena de aparatos de la variante F/A-18A destinados en Canarias, que apenas fueron modernizados por imposibilidad técnica, se deberán sustituir.
Foto: Un armero del CLAEX espera la salida de pruebas de un “Eurofighter” (foto Julio Maíz).
Las opciones para sustituir al EF-18 son diversas, aunque lo ideal sería contar en un plazo de unos 20 años con un sistema de sistemas formado por un Eurofighter modernizado y un futuro sistema de combate sin piloto, más conocido por el término inglés de Unmanned Combat Aircraft System (UCAV), a los que les debería acompañar un cazabombardero tripulado de quinta generación. En todo caso, el programa depende de muchos factores, especialmente económicos, ya que con el actual nivel de gasto en defensa en España sería muy difícil alcanzarlo. Aunque el Gobierno señala que el objetivo es llegar progresivamente a invertir el 2 por ciento del PIB (Producto Interior Bruto) en defensa, no se ha podido llegar a un pacto con los principales partidos de la oposición que hiciese que sea un objetivo de Estado.
Respecto al cazabombardero de quinta generación, el diario El País apuntaba en 2017 la hipótesis de que el EF-18, y de paso el Boeing AV-8B Plus Harrier II, que utiliza la Flotilla de Aeronaves (FLOAN) de la Armada, fueran sustituidos por el Lockheed Martin F-35 Lightning II, dando incluso la cifra de que los aparatos a adquirir conjuntamente serían unos 60. El tema saltó a otros medios, por lo que la cuestión centró parte de la rueda de prensa que dio el SEDEF en París el pasado mes de junio en el aeronáutico entorno del Salón de Le Bourget. Durante la comparecencia, en la que estuvimos presentes, el político, aunque sin llegar a descartar al F-35, apuntó a que España se debería sumar al proyecto europeo que pretende desarrollar un nuevo aparato. Sin embrago, él es muy consciente de los plazos que tardaría dicho desarrollo, por lo que comentó que esa solución no estaría a tiempo para sustituir a los EF-18, por lo que se debería buscar una solución intermedia para cubrir la capacidad en el referido plazo, apuntando a una versión modernizada del Eurofighter, en la que, como veremos, está trabajando el consorcio fabricante.
Foto: Uno de los “Eurofighter” biplazas del Ala 11 (foto Julio Maíz).
La solución europea
El SEDEF demostró estar bien informado de los estudios que ya realiza, desde al menos hace un año, Airbus Defence and Space (DS) a petición del Gobierno de Alemania para diseñar un caza europeo de quinta generación, para sustituir a la flota de los aviones de ataque Tornado de la Luftwaffe. En su puesta en marcha también estaría interesada España, según hizo público en Sevilla esta primavera el principal responsable de ese fabricante en nuestro país, Fernando Alonso, que añadió que se buscaba la entrada de Francia en el proyecto, de la mano de su industria, encabezada por Dassault Aviation. Aunque no lo mencionó, sabemos por otras fuentes que la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) española ha solicitado a Airbus DS un estudio similar. Poco después, el 13 de julio, la voluntad política de la puesta en marcha del plan se materializaba al más alto nivel, dado que, en el marco de la cumbre conjunta franco-alemana, el presidente de la República galo Macron y la canciller germana Merkel comunicaban oficialmente la decisión.
El único plazo que se adelantó es que a mediados de 2018 ambos países presentarán un calendario del proyecto de un aparato de combate de quinta generación. En este punto queda claro que, mientras se desarrolla, se necesita, al menos en España, una opción interina, que vendría de la mano de una opción intermedia, que, según apuntó el SEDEF, sería un Eurofighter evolucionado. En concreto, Conde refirió que la intención del Ministerio de Defensa es que España tiene que estar en la evolución del “Eurofighter” y en ese avión de caza de quinta generación. No podemos quedarnos fuera. Esta afirmación está basada en que nuestro país es uno de los pocos del mundo que actualmente puede diseñar, fabricar, ensamblar, certificar y mantener un avión completo. Esto significa que cuenta a día de hoy con un innovador tejido industrial aeronáutico, cuyo volumen de negocio es al 50 por ciento de la aeronáutica civil y de la defensa y que corresponde en un 76 a aeronaves, el 12 a motores y el 12 a equipos.
Foto: El “Eurofighter” IPA-4 es el prototipo de ensayos español utilizado por Airbus DS. Aquí, se le ve portando un misil Taurus KEPD 350 (foto Julio Maíz).
El Eurofighter, que desarrolla y construye un consorcio europeo encabezado por Airbus DS, que lo produce para Alemania y España, la británica BAE que los termina en Warton para la Royal Air Force (RAF) y el grupo Leonardo italiano para la Aeronautica Militare Italiana, es el otro pilar del Ejército del Aire. Aunque la llegada del sistema a la institución se remonta al año 2003, ya desde el pasado siglo se empezó a realizar un importante trabajo para su integración. En su momento, el Ministerio de Defensa de España se comprometió a adquirir 87 unidades (incluido el prototipo IPA.4 propiedad de Airbus DS), aunque al renunciar a los 14 que correspondían a la Trancha 3B, al igual que los otros socios del programa, el número total quedó reducido a 72, de las que hasta la fecha se han entregado 63, según informó el SEDEF en sede parlamentaria, de esta primavera. De ellos se han perdido 2 aparatos en sendos accidentes, por lo que resulta que el Ejército del Aire tendrá un total de 70 Eurofighter en 2019.
También hizo público que quedan pendientes de entregar 9, que son montados en la planta de Airbus DS sita en Getafe (Madrid), estando previsto que la puesta a disposición de éstos al Ejército del Aire se realice de aquí a 2019, quedando cerrada la línea de producción. Los últimos aparatos son de la versión denominada Trancha 3, que, junto a los ya suministrados de la Trancha 2, reúnen unas características técnicas más avanzadas, que permiten una prevista modernización, en la que ya trabaja la industria, así como el Ministerio de Defensa de España, a través de la Oficina del Programa, que depende de la Jefatura de Sistemas Aéreos de Ala Fija de la DGAM. Recordemos que los primeros Eurofighter contratados por España fueron de la Trancha 1, de los que se recibieron 18. Actualmente los emplean el Ala 11, con base en Morón (Sevilla), y el Ala 14 de Albacete, que han demostrado la eficacia y madurez operativa en misiones como las BAP (Baltic Air Pratol) en favor de la OTAN, y en múltiples ejercicios, incluido el Red Flag, que tiene lugar en Nellis (Nevada), en Estados Unidos.
La continua labor del Ejército del Aire
Mientras prensa y políticos apuntan soluciones de futuro, los organismos castrenses españoles no dejan de trabajar en la concreción de los futuros sistemas, como es el caso de la División de Planes del Ejército del Aire. Así, los experimentados profesionales que la forman llevan muchos años estudiando acerca de los requisitos que tendrían que reunir los sistemas de combate que sustituyan al EF-18 o C.15, que es su designación militar española. Su objetivo, en base a las experiencias recabadas, la evolución de los conflictos, etc., fue determinar cómo solucionar la necesidad operativa y crear el denominado Documento de Necesidades Operativas (DNO). Tras este paso, se ha iniciado el proceso de elaboración de requisitos en el seno de la Junta de Programas de Armamento y Material (JUPROAM), que depende de la DGAM, a fin de intentar armonizar las necesidades con los requisitos elaborados por la Armada. Así, en las reuniones organizadas por la JUPROAM para cubrir esta necesidad, que son lideradas por el Ejército del Aire, participa especialmente la Armada, y están presentes otros organismos,
Foto: Formación de EF-18M del Ala 12 y 2 “Eurofighter” italianos (foto Julio Maíz).
La Armada ya hizo patente y presentó en 2009 el DNO y los requisitos que debería de tener el sustituto de sus AV-8B Plus Harrier II, cuya vida operativa tampoco se podría alargar mucho más allá de 2030. Así, el principal objetivo de las actuales reuniones en el seno de la JUPROAM es crear unos requisitos lo más posiblemente convergentes que, una vez aprobados por el JEMAD (Jefe del Estado Mayor de la Defensa), pasarían a convertirse en uno de los programas de la DGAM. En este punto, por ejemplo, la solución podría parecerse a la tomada por Italia, que ha emprendido un programa que contempla dotarse de F-35A y F-35B, estos principalmente destinados a la Marine Militare. El problema para esta vía, que sería muy apta para dotarse en un corto plazo de una solución para ambas necesidades operativas, es que España no entró en su momento en el proyecto del F-35.
Contrariamente, Reino Unido o Italia, que participan desde el principio, han logrado que sus industrias contribuyan muy activamente en el programa global, aunque, de materializarse la compra por España a estas alturas el papel de las empresas nacionales se limitaría poco más que al mantenimiento y sostenimiento, sin lograr transferencias tecnológicas. Dicha circunstancia, en términos económicos y políticos, deja con muy pocas posibilidades a la interesante opción del F-35. Debemos recordar que la Oficina del Eurofighter es la responsable de poner en marcha la programada modernización de éstos, especialmente con un nuevo radar, que se aplicaría a un número todavía no determinado de los aparatos de las tranchas 2 y 3 del Ejército del Aire. Además, la experiencia acumulada sería decisiva para la posible adquisición de más Eurofighter, que apuntó el SEDEF, con los que sustituir a los 86 EF-18 que se tendrán que dar de baja, aunque, obviamente, no se adquiriría tal número de aparatos.
Tampoco se debería obviar la labor desarrollada por el Centro Logístico de Armamento y Experimentación (CLAEX) del Ejército del Aire, que lleva años trabajando en la implementación de las capacidades de los Eurofighter españoles. Con el bagaje de experiencia obtenido en las sucesivas modernizaciones de los EF-18 y otros aparatos ha podido acometer una primera modernización u Operational Flight Program (OFP), de la Trancha 1, que, además de aumentar sus capacidades, abre el camino para participar en la actualización de la flota. El trabajo del CLAEX también se ha centrado en los ensayos del sistema, destacando la labor en la integración del misil aire-aire IRIS-T. La última puesta al día en el aparato se remonta al año pasado, centrándose en el software de Electronic Warfare (EW), o guerra electrónica, solicitada con vistas a la participación en el Red Flag, que se materializó a primeros de año, permitiendo una presentación más eficaz en las pantallas multifunción de lo captado por los sensores. Igualmente, el CLAEX ha introducido mejoras en el software, que, aunque menores, mejoran sustancialmente los cálculos de la envolvente del armamento aire-aire.
“Eurofighter” modernizados
Actualmente, a petición de las cuatro citadas fuerzas aéreas europeas y de Kuwait, que lo ha adquirido, las tres mencionadas multinacionales, junto a sus cientos de proveedores tecnológicos, no dejan de trabajar en diversas fases de modernización del aparato. El programa sufrió un contratiempo, tras la anulación por parte de los socios del programa de la adquisición de los aparatos de la Trancha 3B que se produjo en 2009. Los aparatos de esta Trancha, en el caso de España hubieran sido 14, habrían traído de serie nuevos sistemas previstos en el contrato de desarrollo principal, o MDS (Main Development Contract), como el casco HMD Striker II, tanques de combustible Conformal Fuel Tanks (CFT) que permiten extender el alcance, y posiblemente toberas vectoriales. Pero, sobre todo, hubieran incorporado un radar con capacidad de barrido electrónico activo AESA (Active Electronically Scanned Array) Captor-E, sistema que los expertos consideran uno de los puntos flacos de este excelente sistema de armas. Obviamente, la cancelación de la Trancha 3B no ha significado el fin de las actualizaciones de esta puntera aeronave, que han pasado a desarrollarse mediante las fases de mejoras.
Foto: Un mecánico y un armero realizan las últimas comprobaciones antes de lanzar un “Eurofighter” (foto Julio Maíz).
La primera, puesta en marcha en 2013, fue la P1E (Phase One Enhancement), que se centra en la integración de armamento, como los misiles aire-aire IRIS-T; o en la RAF el ASRAAM, el aire-suelo GBU-16E (Enhanced) o GBU-48, que combina la guía láser con un sistema de GPS; el pleno uso del designador Litening III, y mejoras en los cascos de tipo HEA. Además, permitió modernizar los sistemas MIDS (Multifunctional Information Distribution System) y de identificación amigo-enemigo IFF (Identification Friend-or-Foe) a Modo 5, entre otras mejoras. La siguiente, P2E, que se presentó durante el festival de Farnborough (Reino Unido) de 2014, se dividió en dos subfases, correspondiendo la P2E (A) a la integración del misil crucero Storm Shadow a petición de la RAF, quedando a la espera la del Taurus KEPD 350, que tiene el Ejército del Aire. La P2E(B) es la más importante a nivel global, ya que se centra en la integración del misil Meteor, que aporta una alta capacidad NEZ (No Escape Zone). Este programa, liderado por BAE Systems, estaría muy avanzado y en abril de este hizo público que durante los ensayos uno de los aparatos había disparado con éxito al unísono 2 ejemplares.
El salto más importante viene de la P3E, en concreto de su subfase B que, aunque desarrollada a petición de Kuwait, que firmó en abril de 2016 la adquisición de 28 unidades, se centra en la integración del radar AESA Captor-E, también designado como E-Scan. Mientras, la P3E (A) se centra en la integración, a requerimientos de la RAF, de armamento como el misil Brimstone 2, una interesante munición en la que también se ha interesado el programa español de la DGAM. El diseño y construcción del sensor ha sido materializada por Euroradar, integrada en el grupo italiano Leonardo. No olvidemos que esta firma será quien ensamble los aparatos de Kuwait, lo que permitirá mantener la FAL (Final Assembly Line) de Caselle, sita muy cerca de Turín, en funcionamiento durante varios años más. En julio de 2016, el prototipo británico del Eurofighter IPA5 empezó desde las instalaciones de BAE Systems la fase de pruebas en vuelo desde Warton con el nuevo E-Scan, una vez finalizadas las principales en tierra. A la aeronave británica se sumaba en septiembre de aquel año el alemán IPA8, el más moderno de los prototipos, ya que se trata de un avión de la Trancha 3, para los ensayos de radar desde la planta de Manching, muy cercana a Munich.
Foto: EF-18M del Ala 12, un magnífico sistema, pero que debe sustituirse (foto Julio Maíz).
El siguiente desarrollo, todavía no puesto en marcha, pero del que ya van trascendiendo datos, sería el P4E, que partiría de un aparato que ya tendría integrado el nuevo radar, en conjunción con un mejorado Defensive Aid Sub-System (DASS). Podríamos estar además ante un avance más ambicioso, que nos llevaría a poder incluso crear un Super Eurofighter, que incluiría una modernización integral de los equipos de aviónica, cuya obsolescencia es muy rápida, tanto en su software como en su hardware. El P4E integrará, al menos, armamento que dé altas capacidades antibuque, que proporcionaría el misil MBDA Marte-ER, y de Suppression of Enemy Air Defenses (SEAD), que llevaría a cabo el avanzado sistema multifunción Select Precision Effects At Range (SPEAR) III. Según las perspectivas, muy optimistas, de los británicos, estas incorporaciones podrían estar listas en 2021, y es que les urgen, ya que sendas capacidades se perderían con la retirada de los Tornado, prevista inicialmente para 2019. Contar con Eurofighter con estas posibilidades sería muy interesante para el Ejército del Aire.