Francia es un país que lleva, desde hace bastantes años, apostando por obtener una serie de capacidades que dan a sus Fuerzas Armadas un carácter disuasor y de intervención exterior, que sólo unos pocos países del mundo poseen, y va a insistir en ello con esfuerzos como la Ley de Programación Militar 2024-30. que plantea invertir más de 413.000 millones de euros hasta final de esta década.
Su Ejército de Tierra (Armée de Terre) lleva unos años inmerso en una transformación de sus estructuras y capacidades sustentado por programas como SCORPION (Synergie du Contact Renforcée par la Polyvalence et l'Infovalorisation), que siguen su curso y están permitiendo renovar todo tipo de capacidades ofensivas y defensivas, y por una transformación complementaria que, con el objetivo de estar a punto en la próxima década, contempla que la guerra puede ser una forma real de tratar las diferencias entre países.
Por ese motivo, y liderado por el general de Ejército Pierre Schill, Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, o CEMAT (Chef d’État-Major de l’Armée de Terre) francés, se apuesta por una estructura en la que sobresalen aspectos como la mayor potencia de fuego, un mejor potencial reactivo o una dinámica activa de transformación, que van a permitir desarrollar nuevas capacidades, mejorar la organización y adaptar el funcionamiento del conjunto a los nuevos tiempos y a los combates que se atisban en un horizonte no especialmente lejano.
En su búsqueda se enmarcaría el futuro programa Titan 2040, que ahondará en conseguir esa nueva voluntad combativa en la que tanto la innovación como la iniciativa como las habilidades en ciberseguridad serán claves del éxito en posibles enfrentamientos. En toda esa transformación se están introduciendo las reflexiones que se obtienen de los combates más recientes en Ucrania o Gaza, escenarios bien distintos, porque en el primero se desarrolla un enfrentamiento convencional más clásico y en el segundo una lucha definida por un escenario urbano y el que uno de los contrincantes no es el ejército de un país.
Francia, con nada menos 77.000 de sus 105.000 soldados terrestres incluidos en sus fuerzas principales de combate, ha llegado a la conclusión de que la Infantería va a seguir en el futuro siendo la reina de la batalla en enfrentamientos, en los que los soldados tendrán que avanzar para ocupar posiciones o conquistar las ciudades en una lucha casa por casa.
Su desempeño lo hará principalmente en el marco de estructuras en las que las brigadas inter-armas tendrán el peso de los enfrentamientos y apostarán por combinar sus actuales capacidades con medios de superación de obstáculos, capacidades cibernéticas, potencial de usar la guerra electrónica en beneficio propio y para degradar al adversario…, y aprovechar la ventaja que robots y UAV (Unmanned Aerial Vehicle) de diferente carácter podrán aportar.
Los 6x6 “Griffon” franceses son plataformas versátiles, bien protegidas, con buena movilidad táctica y estratégica y que se pueden adaptar con facilidad a diferentes cometidos y usos (foto Octavio Díez Cámara).
Escenario distinto
Lo que hasta hace pocos años parecía ser un dogma en relación con todo aquello que define las operaciones militares terrestres, se está transformado con inusitada rapidez y ha perdido parte de lo que se suponía era su capacidad real para la lucha. Por ese motivo, el Ejército de Tierra francés ya trabaja en definir cómo va a ser el combate del 2040 y más allá, que, según afirman, se caracterizará por el uso combinado de medios aeroterrestres.
Buscan anticiparse y lo hacen a través de esfuerzos como el del Comandante del Combate Futuro, o CCF (Commandement du Combat Futur), que aprovecha, en un objetivo a más de veinte años de plazo, las sinergias de trabajos que realizan los centros de estudios y prospectiva PEP (Pôle Études et Prospective), de mando y doctrina PCD (Pôle Commandement et Doctrine) y multicampo PMC (Pôle Multi-Champs).
A la vez que avanzan en la estructura derivada del programa SCORPION, que sigue siendo la guía actual en lo que su a transformación se refiere, han identificado que ya son necesarios cambios y evoluciones y que hay que actuar ya en su obtención, evitando así inversiones poco efectivas y buscando estructuras en las que la eficiencia y la rentabilidad operativa definan su especial carácter. Esa evolución les ha llevado a definir el futuro Programa Titan, que está llamado a tomar el relevo del concepto actualmente en desarrollo para ampliar la ambición en el entorno del combate colaborativo aeroterrestre a nivel interejércitos e interaliados.
Se ha llegado a la conclusión, sustentada desde la Dirección General del Armamento, o DGA (Direction Génerale de l’Armement), que les proveerá de sistemas de armas, que a futuro será clave la cuestión de la interoperabilidad, pues determinará los estándares de conexión que permitan el intercambio de información entre ejércitos. Es una apuesta en la que se ha identificado que se requerirán tecnologías de vanguardia, que van a implicar un proceso de renovación profunda del segmento pesado de los medios usados en el combate aeroterrestre y que el combate colaborativo va a ser la piedra angular en los enfrentamientos de las próximas décadas.
El objetivo a futuro se centra en lo que definen como CACI (Combat Aéroterrestre Collaboratif Infovalorisé), términos que podríamos identificar como combate conjunto aeroterrestre potenciado por la información.
Se apoyarán en una transformación numérica de medios interconectados en tiempo real para facilitar el flujo instantáneo de las comunicaciones entre todas las unidades desplegadas, obteniendo con ello, y gracias a que se multiplica la precisión de la información y la velocidad de su transmisión, una mejora sustancial en el conocimiento del teatro de operaciones donde se despliega y así asegurar la superioridad operacional.
El devenir de los combates, con vehículos que avanzan de forma más rápida y segura, aprovecha que la información se comparte de inmediato por todos los que participan en la operación y que la toma de decisiones asociadas a las acciones de fuego es casi instantánea. Es favorable también la reducción de incertidumbre al personal, pues antes de desembarcar de sus vehículos habrán podido observar en equipos personales y colectivos imágenes de los objetivos y conocerán con precisión su ubicación para ser más ágiles y decisivos en sus despliegues ofensivos. Son conceptos que se están probando e introduciendo en muchas unidades francesas, para poder ser, a corto plazo, más diligentes y efectivos.
Se impulsa desde ámbitos oficiales que el Armée de Terre sea más interoperable con los ejércitos de otros países y por el adiestramiento conjunto en diferentes temas del combate (foto Ministère des Armées).
Nuevas plataformas
Los flujos de información y el procesamiento de los datos son mucho mayores y requieren de equipos de transmisión, como la radio definida por software Contact que reemplazará a las actuales PR4G. Su uso, asociado a sistemas como el SICS (Systéme d’Information du Combat de SCORPION), que es una aplicación especialmente intuitiva y funcional, que agiliza la toma de decisiones y las respuestas armadas, puede hacerse desde vehículos 6x6 de la familia Griffon, que incluyen los adaptados como puesto de mando con transmisiones de satélite en movimiento SOTM (SATCOM On The Move) o aquellos configurados como estaciones móviles del satélite Syracuse IV, que facilitan enlaces a distancias de miles de km.
La apuesta por los 6x6 Griffon VBMR (Vehícule Blindé Multi-Rôles), vehículos blindados multifunción de unas 25 ton., que en su versión de transporte con capacidad para 8 militares tiene un costo un poco superior al millón de euros[1], supone un impulso positivo del Ejército de Tierra y se estima que ya dispondrían de unos 300 de los 2.000 que tendrá en 2033. Esa cifra global prevé medio centenar de la versión MEPAC (Mortier Embarqué por l’Appui au Contact) provistos con un mortero embarcado 2R2M de 120 mm. y diferentes versiones especializadas para cubrir cometidos de lo más variado.
El fortalecimiento del Ejército de Tierra francés se sustenta, de momento, porque ya hay previsiones de incorporar algún tipo más compacto para cometidos como los de vigilancia y reconocimiento discreto, en 2 blindados adicionales que comparten cierta comunidad conceptual y de sistemas con el anterior: uno el polivalente VBMR-L (Véhicule Blindé Multirôle Léger) Serval, que es un 4x4 de unas 16 ton., del que está programado que reciban más de 2,000 de diferentes versiones en un plazo que finaliza en 2034; y el otro el EBRC (Engin Blindé de Reconnaissance et de Combat) Jaguar, un 6x6 con barcaza de perfil bajo en el que se incluye una torre con un cañón CTA de 40 mm. y un lanzador doble de misiles contracarro de medio alcance MMP Akeron; estos últimos, de los que se recibirán unos 300 antes de acabar esta década, destinados al Arma Blindada y a la Caballería.
La apuesta de Francia, que ya operaba con unos 600 8x8 VCBI (Véhicule Blindé de Combat d’Infanterie) de 25,7 ton. equipados con un cañón de 25 mm., por generalizar en sus unidades los blindados de ruedas frente a los de cadenas -ya totalmente retirados del servicio activo principal-, es positiva, porque el coste de adquisición y de operación es notablemente más rentable y los últimos desarrollos adoptados ofrecen una movilidad en todo tipo de terrenos que, básica en posibles enfrentamientos futuros de alta intensidad, es especialmente favorable.
Tanto que los 6x6 y 8x8 actuarán conjuntamente con los carros de combate Leclerc XLR, de los que se prevé modernizar hasta 2027 unos 200 ejemplares, que se mantendrán activos hasta que en la década de los años cuarenta, y, dentro del Titan, lleguen las plataformas de combate de propulsión oruga que surjan del programa MGCS (Main Ground Combat System) y que incluirían principalmente un carro de combate y seguramente otros de conceptos disruptores que están aún en fase de estudio y definición.
Las acciones artilleras, con medios capaces de disparos precisos a distancias de 40 km. o superiores, serán determinantes en los futuros conflictos, para los que ya se preparan los franceses (foto Ministère des Armées).
Artillería
No acaba ahí la apuesta francesa por fortalecer sus capacidades: están reforzando su Artillería con más de un centenar de ejemplares del nuevo CAESAR (Camion Équipé d'un Système d'Artillerie) Mk2 de 155/52 mm. sobre camión 6x6; su Infantería con pistolas Glock 17 de 9x19 y fusiles de asalto HK416A5 de 5,56x45 mm., que apuntarán más diligentemente gracias a sus visores de punto rojo Aimpoint CompM5. En su capacidad para el combate aeroterrestre contemplan UAV de vigilancia aéreos y terrestres, como los Delair DT46 y SDT Patroller, medios de lucha anti UAV, como el láser HELMA-P (High Energy Laser for Multiple Applications-Power) o el rifle de radiofrecuencia NEROD, o el refuerzo de sus helicópteros con la llegada de los de transporte NH90 FS específicos para fuerzas especiales, de los versátiles HIL (Hélicoptère interarmées léger) H160M Guepard o de la modernización[2] de los de ataque y reconocimiento Tigre al estándar Mk3 para operarlos hasta mediados de siglo.
Todos esos medios, y otros muchos más que Francia tiene decidido incorporar y aquellos que contemplará como refuerzo en los próximos quince años, serán bienvenidos para las batallas aire-tierra del mañana, que requerirán de unos desafíos operativos que ya se han identificado e implicarán, dentro de un mundo militar que cambia cada vez de forma más acelerada y menos previsible, de una modernización continua e innovadora de capacidades y de estructuras. Es una necesidad operativa que han identificado con precisión y para la cual están realizando ya mejoras en sus fuerzas terrestres, que van a ser continuadas por lo menos durante dos décadas, gracias a una considerable inversión de recursos que intenta, como aseguran desde Francia, satisfacer las necesidades de entornos de tensión en los que la competencia puede llegar a convertirse en confrontación.
Concepto regimental
El Ejército de Tierra francés sustenta sus actuales estructuras sobre la base de los regimientos que, en su caso, son más un elemento operativo que administrativo y tienen una entidad notable, pues superan en muchos casos los 1.000 efectivos en sus plantillas. La transformación en curso y a medio plazo ha hecho que se contemplen algunos tipos especialmente evolucionados.
El concepto interarmas se está aplicando de forma exhaustiva en el novedoso 5º Regimiento de Dragones (5e RD) de Troyes que se creó en 2016. Cuenta con 1.350 militares incluyendo a 150 reservistas[3] y en su estructura se incluye a un Escuadrón de Mando y Logística, otro de Reconocimiento e Intervención, una Compañía Mixta de Artillería e Ingenieros, dos de Infantería con blindados 8x8 VCBI, un Escuadrón de Reserva y 3 de Carros de Combate Leclerc.
Esas capacidades están permitiendo valorar como la Caballería puede evolucionar para obtener unidades capaces de generar 2 subgrupos tácticos interarmas, que, en el devenir de su día a día, tienen una activa participación como fuerza de oposición en el Centro de Adiestramiento (CENTAC), a la vez que mantienen su capacidad de despliegue exterior para aquellas misiones que se les asignen. El empleo combinado de medios de cadenas Leclerc y de ruedas VCBI, operando conjuntamente en unidades blindadas mecanizadas, ha demostrado su valor en acciones de combate de ruptura ante un adversario convencional en operaciones de alta intensidad.
En ese tipo de actuaciones tendrán una influencia operativa positiva los nuevos grupos blindados de apoyo de combate GAEB (Groupement d’Aide a l’Engagement Blindé) organizados con 2 secciones SAED (Section d’Aide a l’Engagement Débarqué), que aprovechan la movilidad y potencia de fuego de sus 8x8, un pelotón de Leclerc, otro de Reconocimiento e Intervención procedente del GCB (Groupement Comando Blindé), una Sección de Zapadores, un Destacamento de Artillería, un Grupo de Comunicaciones y un Elemento Logístico, que llaman tren de combate.
Operacionalmente hablando, la GAEB se unirá a un subgrupo de contacto e información SGRC (Sous Groupement de Reseignement de Contact), equipado con blindados ligeros y puestos de tiro de misiles contracarro, para moverse en avanzada en acciones de descubierta de potenciales objetivos y de búsqueda e identificación de puntos de ruptura de las defensas del adversario. La aparición del GCB, con tropas designadas como comandos en unidades de Caballería, es una adaptación de otros núcleos similares ya existentes, y ahora en proceso de refuerzo, en unidades de montaña o de paracaidistas.
En las primeras se mantienen organizados los GCM (Groupement Commando Montagne), que operan conjuntamente con los batallones de Cazadores Alpinos de Nueva Generación (BCA-NG), en los que se apuesta por su adaptación a operaciones de frío intenso y al combate interarmas con los bicabina oruga bindados VHM (Véhicule Haute Mobilité) adaptados como portamorteros pesados de 120 mm. que les serán especialmente útiles en el combate descentralizado.
En las segundas, especialmente adaptadas con numerosos blindados a las acciones aeroterrestres con asaltos aéreos y habituadas a los lanzamientos en paracaídas desde aviones de transporte, encontramos los GCP (Groupement Comando Parachutiste) con personal altamente especializado en inserciones manuales para reconocimientos o golpes de mano. Se ha evolucionado a un concepto operativo similar, con pequeños núcleos de élite, en la 6ème Brigade Légère Blindée (6e BLD) y la 9ème Brigade d’Infanterie de Marine (9e BIMa), que, por su vocación anfibia, aportan la capacidad de intervenir en tierra partiendo de la mar y se benefician de grupos de buceadores de combate en sus unidades de Zapadores.
Se ha mejorado sustancialmente el equipo de protección individual francés, con la llegada de los fusiles de asalto HK416A5 con visores Aimpoint “CompM5”, del armamento personal de los soldados (foto Octavio Díez Cámara).
Regimiento de Infantería 2030
Es importante todo lo relacionado con los designados como Regimiento de Infantería 2030, organizaciones en las que se aplican tanto la visión estratégica del CEMAT conocida en 2020, como el conflicto de Ucrania, que trae de nuevo a Europa un tipo de combates que no se habían dado desde la II Guerra Mundial. Su transformación para conflictos de alta intensidad, que afecta sobre todo a los 20 regimientos desplegados en territorio europeo -tienen otros en diversos lugares del mundo cubriendo necesidades expedicionarias en espacios bajo su tutela-, apuesta en varias líneas de actuación: serán capaces de generarse determinados apoyos de fuego sustentados por secciones de apoyo de mortero de 120 mm. SAM (Section d’Appui Mortier), que, equipadas con piezas remolcadas con blindados 4x4 Serval, reforzarán la capacidad de acciones indirectas en los grupos tácticos interarmas regimentales y complementarán a los de Mortero de 81 mm. de la Sección de Apoyo de las compañías.
Podrán obtener mayor capacidad combativa con las secciones de apoyo directo SAD (Section d’Appui Direct), que conjugarán tanto ametralladoras, como misiles contracarro Akeron MP de medio alcance y los NLAW de corto, que llegarían a partir de 2025 como resultado del Programa ACCP, en el que trabajan Saab y Thales[4]. Aprovecharán las capacidades de organizaciones nuevas, como la sección de inteligencia y guerra electrónica SRGE (Section de Renseignement et de Guerre Électronique) y de la SAED para manejar UAV propios, operar municiones teleoperadas MTO (Munitions Téléopérée), captar información y negar al adversario las comunicaciones…, cambios que, dentro de lo que será la Infantería 2040, contemplan un mayor uso de UAV/MTO y de plataformas robóticas.
Curioso en la estructura del Ejército de Tierra francés es la del 132e Régiment d’Infanterie Cynotechnique (RIC), que aglutina medio millar de equipos formados por un guía y un perro adiestrado en especialidades de localización y neutralización de personas ADNH (Aide à la Détection et Neutralisastion Humaine) o en la búsqueda y neutralización de explosivos ARDE (Aide à la Recherche et à la Détection d’Explosifs), binomios que ya operan con blindados específicamente adaptados a su rol combativo, que les permitirá trabajar con unidades de ayuda al enfrentamiento, como las SAED y los GCM o GCP.
Si la orgánica reseñada es vital en la transformación que se busca con SCORPION y Titan, también lo es otra conceptual aplicada en entornos como el de potencia de fuego, sistemas automatizados terrestres, guerra electrónica y otros. La transformación inherente al desafío operativo actual se sustenta en versatilidad, poder militar, capacidades de respuesta o fuerzas morales que actuarán en una era de combate colaborativo, potenciado por la información para dominar el campo de batalla.
Como apunte final diremos que para 2027 se plantea que exista ya capacidad para desplegar una división de 19.000 hombres y 7.000 vehículos en sólo treinta días, 6 veces menos que los seis meses que se requerirían hoy. Van a incidir a motivar más a los 15.000 jóvenes que se reclutan cada año para el Armée de Terre, ofreciéndoles la posibilidad de integrarse en un Ejército que se emplea realmente y brindándoles incentivos y prestaciones durante sus años de servicio y después de abandonarlo. (Octavio Díez Cámara)
[1] Algunos 8x8 costarán entre 6 y 8 veces más.
[2] En la web del Ministerio de Defensa de Francia sigue apostándose por esa renovación.
[3] Es interesante el concepto aplicado por los franceses de mantener compañías formadas por reservistas en la orgánica regimental.
[4] Se trataría de un sistema de misil con un alcance efectivo de unos 800 m. y un coste unitario inferior a los 100.000 euros.
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