El Ministerio de Defensa ha decidido licitar la construcción del tercer Buque de Acción Marítima (BAM) de la segunda serie en lugar de encargárselo a Navantia directamente. Al menos así lo ha dado a conocer el diario “La Voz de Cádiz” remitiéndose a la información suministrada por el comité de empresa de la planta de San Fernando.
Estos se quejan de tener que competir con otros astilleros en una obra que entienden se les debería asignar directamente para paliar la falta de carga de trabajo, buscando la causa en los cambios en los sistemas de contratación actuales del Ministerio si bien, como veremos, las causas podrían ser eminentemente técnicas.
Precisamente estos días en los que la preocupación por el submarino argentino ARA “San Juan” llenaba los titulares, la Armada Española arrojaba algo de luz sobre el programa de adquisición del BAM de Intervención Subacuática o BAM-IS, destinado a apoyar a partir de 2022 los nuevos submarinos S-80, situación de la que nos hicimos eco en defensa.com. Este buque está en la fase de “determinación de la alternativa de obtención”, lo que significa que está pendiente elegir el proyecto más adecuado y el astillero que lo llevará a cabo.
Como recordamos entonces y como analizamos en 2015, el diseño que parece imponerse para este nuevo buque lo alejaría de la familia BAM de Navantia, por sus especificaciones técnicas frente a la configuración “BAM Oceánico”, compartiendo características con otra variante aún no nata como es la hidrográfica u oceanográfica.
Hay que recordar también que la empresa madrileña de ingeniería naval Seaplace firmó con la Armada en julio del año pasado un contrato de apoyo técnico para el estudio de obtención de un Buque de Intervención Subacuática. El diseño de esta empresa es precisamente el que lo presenta con grandes diferencias respecto a los BAM ya conocidos ya que su diseño recuerda más a los buques civiles del sector offshore empleados en este tipo de tareas, sobre todo a los denominados “diving & ROV support ship” (por Remote Operated Vehicle). Estos suelen contar a proa con una superestructura que da sustento a la cubierta de vuelo, dejando la popa despejada para los sistemas especializados, incluyendo grúas y contenedores para equipos e incluyendo el necesario sistema de posicionamiento dinámico (DSP) basado en las hélices transversales en el casco que permiten al buque mantener su posición con independencia del estado de la mar gracias a la cobertura satélite.
Más aún, si nos remitimos a 2006, la revista “Ingeniería Naval” incluía en su número de octubre un interesante artículo titulado “el Buque de Acción Marítima (BAM). Una solución innovadora y con proyección de futuro adaptada a las necesidades de la Armada” a cargo de J. Manrique Braojos y F. Bernal González-Villegas de la Armada y J. R. Chacón Alonso y F. del Castillo de Comas por parte de Navantia. Este incluía las características del incipiente programa BAM de Navantia, incluyendo las variantes ahora mencionadas. En este artículo se detallaban algunas de las particularidades de esta versión, como una diferente planta propulsora o la ausencia de cubierta de vuelo, además de los necesarios equipos especializados.
Según se afirmaba entonces, el BAM-IS debería poder operar con estado de mar 5-6 durante períodos prolongados, tendría unas dimensiones y una maniobrabilidad adecuada para operar en espacios restringidos, una velocidad máxima de 19 nudos (inferior a la del BAM Oceánico), debería poder operar a baja velocidad y contaría con sistema DSP. Dispondría de espacio para personal de buceo y rescate, no se incluyó cubierta de vuelo ni hangar, aunque sí zona VERTREP, espacio para compresores de buceo, cámaras hiperbáricas, contenedores de material para apoyo a buceadores, cubierta de trabajo para manejo de equipos de buceo y rescate y hangar para vehículo submarino. Contaría con una dotación básica de entre 35 y 40 personas más 26 más entre buzos y personal médico.
Dependiendo de si el diseño del buque es de procedencia “civil” o se homogeneiza con los BAM “militares”, el buque contaría o no con algunos componentes estrictamente “militares” como el Sistema Integrado de Control de Plataforma (SICP), el Sistema de Combate de Buques de la Armada (SCOMBA) diseñados por Navantia, o el sistema de propulsión CODOE (Combined Diésel Or Electric) que podrían complicar el diseño y encarecer el precio final.
Por tanto, en estos momentos no sabemos si la actual plataforma de los BAM de Navantia puede adaptarse a las necesidades de la misión encomendada de rescate, por ejemplo añadiendo el sistema de posicionamiento dinámico, la cubierta de vuelo a proa (como recoge el diseño de Seaplace) o incluso si con el desplazamiento de los actuales BAMs (2.670 toneladas en el oceánico y estimado de 2.690 para el BAM-IS) hay capacidad suficiente para el buque que la Armada necesita.
La cuestión del desplazamiento y el tamaño no es baladí puesto que el buque necesita estabilidad de plataforma para operar con mala mar, debe tener una capacidad de actuación de hasta 600 metros de profundidad, que es la de colapso de los actuales submarinos, lo que implica poder operar con un mini submarino de aproximadamente 20 metros que permita evacuar al menos a la mitad de la dotación en cada viaje. Por último, una cubierta de vuelo suficientemente grande permitirá operar con helicópteros de tamaño medio como los SH-60 de la Armada para poder realizar evacuaciones médicas de urgencia a tierra.
Por citar un ejemplo, el HSwMS Belos (A214) de la Marina sueca, un buque de procedencia civil adaptado, tiene un desplazamiento superior a las 6.000 toneladas. Astilleros civiles como Gondán o Freire han demostrado en fechas recientes su capacidad para construir buques complejos como hidrográficos u oceanográficos para Marinas internacionales e institutos de investigación, también buques de apoyo a instalaciones petrolíferas o similares. Por ejemplo Gondán diseñó los C470 y C471, buques del tipo Service Operation Vessel (SOV), optimizados para operar en el Mar del Norte por encargo de un armador noruego, un tipo de buque que con las oportunas modificaciones sería apto para las misiones encomendadas al BAM-IS. Freire ha construido por ejemplo el buque de investigación Volstad Surveyor para otro armador noruego o el buque offshore Polar King con el que precisamente el diseño de Seaplace guarda gran parecido. (José Mª Navarro García)
Fotografías:
·Propuesta de Seaplace (Armada Española)
·El BAM IS que ilustraba el artículo de la RGM de 2015 (Revista General de Marina)
·Las conocidas versiones del BAM planteadas (colectivo Lontra)
·Diseño preliminar del BAM-IS (Ingeniería Naval)
·El buque Polar King con el que guarda parecido la propuesta de Seaplace (Freire)