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Sábado, 23 de noviembre de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

La capacidad anfibia de la Armada habrá de renovarse a mediados o finales de los años cuarenta

Los sólo quince años del L61 en activo hacen que esté en un estado óptimo y que sea ya el momento de avanzar hacia un navío similar que le complemente. (Octavio Díez Cámara)
Los sólo quince años del L61 en activo hacen que esté en un estado óptimo y que sea ya el momento de avanzar hacia un navío similar que le complemente. (Octavio Díez Cámara)

La situación actual de los buques anfibios que, encuadrados en el Grupo Anfibio y de Proyección de la Flota (GRUPFLOT), tiene hoy la Armada española en activo estarían llamados a permanecer en servicio, una vez se hayan acometido las necesarias modernizaciones, hasta mediados de los años cuarenta o, incluso, algo más.

Esa es la conclusión que se puede extraer de las conversaciones que hemos tenido recientemente con el contralmirante Antonio González-Tánago de la Lastra, que desde hace muy poco es el Comandante del GRUPFLOT, y con el capitán de navío Santiago Martínez Mata, que ostenta el Mando del buque anfibio multipropósito L-61 “Juan Carlos I”. Durante la reciente estancia de este buque en Barcelona tuvo lugar una rueda de prensa a la que asistimos.

“Como Comandante del buque, mi responsabilidad es alistar el barco siguiendo las instrucciones del almirante, el Comandante del Grupo Anfibio y de Proyección como, llegado el caso, responsable de su empleo. A bordo se integra, bajo mi Mando, la dotación de unos 300 efectivos, pero también la Unidad Aérea Embarcada, pilotos y personal de mantenimiento de aeronaves y helicópteros, y también la Unidad de las lanchas de desembarco”, explicó el capitán de navío Martínez Mata.

El contralmirante Antonio González-Tánago y el capitán de navío Santiago Martínez. (Octavio Díez Cámara) 

Sobre el estado del buque anfibio “Juan Carlos I” y ante el programado cambio de propulsión, nos interesamos por si se va a aprovechar el proceso para modernizar el buque, mejorar su defensa de punto y antidrones, o algún otro área. “Efectivamente, el buque tiene previsto entrar en un periodo de mantenimiento a partir del segundo semestre del año que viene. El principal objeto del periodo de mantenimiento es acometer una modificación en el sistema de propulsión, pero, obviamente, aprovecharemos ese tiempo para modernizar, reparar… Para adaptar el barco a las circunstancias  pasado el primer cuarto del siglo XXI. Los buques de guerra tienen una vida muy extensa, duran muchos años pero el secreto para que sea así y sigan siendo relevantes en el entorno operativo que se vayan encontrando es ir actualizándolos permanentemente. Este buque se va actualizando permanentemente, pero aprovechamos los periodos de mantenimiento para un impulso mayor”, nos explicó el capitán de navío Martínez Mata.

González-Tánago, recientemente ascendido a contralmirante de la Armada, destacó por su parte: “como Comandante del Grupo Anfibio y de Proyección de la Flota tengo el Mando sobre el “Juan Carlos I”, las dos LPD clase “Galicia”, el “Galicia” y el “Castilla”, y sobre las doce lanchas de desembarco LCM-1E que hay en el dique de este barco, esa es mi responsabilidad”.

La Armada tiene dos buques, el  L-51 “Galicia”  y el L-52 “Castilla” que, en principio, tienen que entrar pronto en un proceso de modernización. Sobre en qué va a consistir ese proceso, plazos y lo que se pretende, nos explicó que esperan que el proceso de modernización se inicie en 2026: “La idea es modernizar toda la parte de tecnología, los equipos electrónicos, tanto de plataforma como de sensores, que se han ido operando con tecnología de los años 2000 y reemplazarlos por equipos actuales. Contamos que el hito acabe en 2028”.

Los dos buques del tipo Galicia van a entrar en los próximos años en un proceso de modernización (Octavio Díez Cámara) 

Respecto a cuál será el primero en entrar en el proceso,  dependerá de cuando se inicie el programa y del ciclo operativo en el que se encuentren las unidades. “Nosotros trabajamos con unas fases de los barcos en las que se hacen unos mantenimientos programados al que sigue un adiestramiento y una fase de operaciones. Dependiendo cuando se apruebe el programa se decidirá cuál es el primero. La verdad es que los buques anfibios, en general, suelen durar bastantes años. Si la vida útil de las fragatas suele ser de unos 35 años, los barcos anfibios de nuestro entorno que yo conozco, que son los americanos, han durado 45 o 50 años.”

Por las respuestas de ambos, y dado que el L-61 “Juan Carlos I” está en muy buen estado, muy bien cuidado y mantenido, y que los L-51 “Galicia” y L-52 “Castilla” se van a modernizar, puede concluirse que podrán permanecer en activo hasta mediados o finales de los años cuarenta.

Complementariamente, sería necesario incorporar otras naves, sería claramente necesario para reforzar la actual capacidad anfibia y de proyección expedicionaria, que son ámbitos de carácter estratégico especialmente relevantes para España. (Octavio Díez Cámara)

 


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