Combatir en zonas montañosas, moverse por áreas con fuertes desniveles, operar con esquís o raquetas para desplazarse por la nieve, montar pasos semipermanentes para vadear puntos de difícil acceso, desplazarse a pie con cargas pesadas…, son algunos de los condicionantes que caracterizan la formación y el adiestramiento de los combatientes encuadrados en los 2 regimientos de Cazadores que conforman las capacidades del Mando de Tropas de Montaña (MTM) del Ejército de Tierra.
Dentro de ese colectivo se incluye un pequeño núcleo que va más allá en lo que es su capacitación operativa y preparación profesional. Son los componentes de la Compañía de Esquiadores Escaladores (CEE) 1/64, un núcleo compacto y altamente especializado, con el que hemos compartido varias prácticas y adiestramientos para conocer más lo que les caracteriza y poder realizar este reportaje, que presenta lo más reciente de un grupo de élite especialmente preparado para operar y combatir en zonas de alta montaña, climas extremadamente fríos y en áreas agrestes donde las operaciones discretas de colectivos de pequeña entidad sean necesarias.
Los que forman parte de la CEE son militares curtidos a través de un intenso adiestramiento, que se engloba dentro de su Plan Anual de Preparación, que requiere que pasen muchas jornadas fuera de su sede en Jaca realizando todo tipo de prácticas, ejercicios o despliegues para mejorar sus muchas capacidades y habilidades combativas.
En los últimos meses, una decena de ellos han sido enviados a Chile para participar en los ejercicios Rayenco, que se han desarrollado en la zona andina de Biobío y contaron con la participación de unidades locales, como el Destacamento de Montaña nº17 Los Ángeles. Asimismo, dentro de la capacitación que les caracteriza y operando desde las instalaciones de la Escuela Militar de Alta Montaña que los franceses tienen en la zona de los Alpes, próxima a Chamonix, realizaron temas de progresión en alta montaña y por aristas de elevada exigencia técnica, así como prácticas de movimientos por áreas de glaciares o de escalada en zonas de hielo de gran inclinación.
Son militares que conocen especialmente bien las técnicas de progresión por nieve y hielo, que les permiten moverse sin restricciones por zonas de alta montaña (foto Octavio Díez Cámara).
Núcleo compacto
El Mando de Tropas de Montaña, encuadrado en la División San Marcial de Burgos desde 2021, incluye en su orgánica a un Cuartel General localizado en Pamplona (Navarra), al Regimiento de Infantería de Cazadores de Montaña (RICZM) América nº 66 de Berrioplano (Navarra) y al RICZM Galicia nº 64, que se reparte en varias instalaciones de Jaca (Huesca), aunque carece de unidades de apoyo al combate y de apoyo logístico al combate. El Galicia nº 64[1], al mando de un coronel, incluye al Batallón de Cazadores de Montaña Pirineos I/64, con 5 compañías -3 de Cazadores, Mando y Apoyo y Servicios-, que aglutinan medio millar de efectivos.
De ese Regimiento tiene dependencia administrativa la CEE 1/64, esta última ocupando un espacio propio dentro de la actual Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales (EMMOE) y orientada preferiblemente a la realización de cometidos, en beneficio tanto del MTM como de la San Marcial.
Con un capitán liderando al equipo, su orgánica se ha ido transformando, pasando desde una más clásica que, mantuvo durante muchas décadas, basada en 3 secciones de especialistas, que en su mayoría ostentaban la especialidad de guía[2], a una más actualizada que, impulsada con la publicación del Concepto de Empleo de la CEE y, con la transformación orgánica de 2023, responde en buena medida a cierta transformación en sus cometidos. Los últimos cambios les han hecho más capaces, han permitido consolidar su estructura y mejorar sus capacidades de especialización y también la logística propia, que les permite una mayor autonomía plena en determinadas condiciones.
La Compañía de Esquiadores Escaladores I/64, que tiene en sus plantillas unos 60 efectivos caracterizados por un nivel de preparación para combatir en montaña superlativo, para lo que son las misiones que tienen asignadas, ha variado la estructura y hoy lo que se tiene organizado es una Plana Mayor con algunos vehículos logísticos ligeros, los llamados EOM (Equipo Operativo de Montaña) y una Sección de Apoyo. Esta última tiene sistemas de comunicaciones e información CIS (Communication and Information System), los ETP (Equipo de Tiradores de Precisión) y una serie de transportes tácticos propios, que comprenden vehículos ligeros 4x4 Aníbal y VAMTAC ST5, motos de nieve y los llamados TOM (Transportes Oruga de Montaña) que son bicabinas oruga blindados Bv-206S.
Sus Equipo Operativo de Montaña, de los que tiene 3 actualmente, son estructuras flexibles, que se constituyen en función de la misión a realizar. Los podríamos asimilar a lo que son patrullas, tienen una entidad variable de entre 10 y 15 efectivos, están liderados por un teniente y varios suboficiales que suman la mitad del conjunto y la otra mitad son militares de tropa de alta especialización, característica esta última que suele definir también a cada uno de los integrantes con capacitaciones y formación, que suman en beneficio del conjunto. Se tiende a que todo su personal sea diplomado en Montaña y sobre la base de los EOM generarán patrullas de reconocimiento o de combate, con las que desarrollar las misiones que se les asignen.
Estas últimas, generalmente acciones militares tácticas en profundidad programadas desde el Cuartel General del Mando de Tropas de Montaña (, implicarán en buena medida la realización de actividades de montaña especialmente demandantes, para las que sólo unos pocos están especialmente preparados, al requerir un nivel de preparación y exigencia por encima de la capacitación normal de los combatientes adscritos a los 2 RICZM del Ejército español. En la actualidad focalizan sus despliegues a acciones de reconocimiento y observación, que usualmente se desarrollarán en territorio propio o en la profundidad de la zona de despliegue de una gran unidad, actividad que les permitirá obtener información valiosa, que será transformada en inteligencia por los órganos pertinentes. Sus movimientos serán tácticos y los realizarán generalmente a pie o en vehículos ligeros, que les permitan desplazamientos de unas decenas o de varios cientos de km.
También pueden llevar a cabo acciones ofensivas sobre objetivos limitados, actuar como FAOES abriendo pasos con ocasión de misiones de apoyo a los equipos de Montaña del Mando de Operaciones Especiales (MOE) o trabajar con el personal JTAC (Joint Tactical Air Controller) del Destacamento de Enlace y Cooperación de Fuegos (DECO) del Regimiento América. Aportan personal de respuesta inmediata para el Grupo Táctico de Montaña (GTM), que se mantiene alertado y, en ocasiones, como sucedió en la última edición del ejercicio Infierno Blanco, que les llevó a desplegarse en el valle de Cinqueta, constituyen un Subgrupo Táctico de Esquiadores Escaladores.
Sus equipos de tiradores de precisión disponen ya de los rifles Accuracy AXM del .338 “Lapua Magnum”, que emplean desde trípodes, que les ayudan a estabilizar mejor su posición y a ser más certeros (foto Octavio Díez Cámara).
Medios muy técnicos
La tipología de las anteriores y el entorno especialmente hostil en el que suelen trabajar exige que tengan asignado un material que combina equipamiento tanto convencional como específico. Visten con ropa más evolucionada y técnica que otro personal del MTM, porque sus desplazamientos los harán en entornos y en condiciones especialmente hostiles, a notable altura, con intenso frío o con nieve y hielo.
Les caracteriza una boina verde con un emblema propio y a su disposición tienen prendas Carinthia MIG 3.0 para temperaturas extremadamente frías, botas técnicas, bastones telescópicos, calcetines Thermolite, palas de nieve, guantes y manoplas, descensores, forros polares, gafas de ventisca, antideslizantes para esquís, escalas metálicas, sondas de alud, trineos camilla, estacas de nieve y clavijas y un largo etc. de material necesario para las zonas donde suelen moverse.
Disponen de un equipamiento específico que comprende diversos tipos de trajes de enmascaramiento, para que pasen más desapercibidos en áreas boscosas o terrenos nevados, mochilas de grandes dimensiones para llevar 30/40 kg. de víveres y material para despliegues autónomos de varias jornadas -máximo 96 h.- y es usual verles llevando puestos arneses de rappel o transportando cuerdas estáticas y dinámicas.
Se les ha provisto de raquetas, crampones o esquís para poderse desplazar de forma autónoma y efectiva por áreas con nieve o hielo y en sus comunicaciones se benefician de formación y medios, como las potentes radios multibanda Harris RF-5800H-MP y RF-7800H-MP Falcon III 7800 -éste más ligero y compacto-, que les capacitan para enlaces a largas distancias con equipos de alta frecuencia HF (High Frequency) y muy alta frecuencia VHF (Very High Frequency), lo que les da mayor capacidad para misiones en profundidad en terrenos montañosos y complementan a medios de transmisiones, como los teléfonos satélite o las radios PR4G V3 con capacidad de envío de vídeo.
Su personal ocupará generalmente posiciones ocultas desde, con la máxima discreción, realizar sus vigilancias y observaciones sin ser detectados para tomar buena cuenta de todo tipo de detalles y después abandonar el lugar sin que nadie perciba que han estado allí desplegados. Para ello operan con diferente material, para obtener imágenes o datos de aquellos puntos, zonas o despliegues adversarios que son su interés, que comprende, además de medios como ordenadores portátiles rugerizados o redes miméticas o antitérmicas, los visores de puntería de sus rifles, con modelos como el Schmidt & Bender PMII de 5-25x56 mm., sistemas tan específicos como los telescopios Leupold Mark 4 de 12-40x60, cámaras térmicas de Elbit de la familia Coral, telémetros de Vectronix para saber distancias con la máxima precisión, potentes cámaras de fotos digitales con zoom de 2.000 mm. para tomas de muy alta calidad, micro UAV Black Hornet 2, que incluyen plataformas con módulo óptico y con cámara térmica, y otro material complementario al reseñado.
Armamento
Todo su personal suele llevar como armamento un fusil de asalto Heckler & Koch (HK) G36KV de tipo semicompacto y recamarado al 5,56x45 mm. y, en una funda de pernera, una pistola USP del 9x19 mm. del mismo fabricante germano. En algunos de los G36, donde también pueden montar fijados al guardamanos los lanzagranadas monotiro AG36 de 40 mm., emplean visores holográficos y módulos ópticos de 3x y en otros los nuevos visores compactos Tango 6 1-6x24mm de Sig Sauer. Como armas de apoyo colectivo disponen de ametralladoras ligeras HK MG4 de 5,56x45 mm., ametralladoras medias MG42 de 7,62x51, que suelen aposentar en bípodes, morteros ligeros ECIA Comando de 60 mm. con los que realizar fuegos directos viendo el objetivo para así efectuar cualquier corrección que sea pertinente, y lanzacohetes que incluyen tanto los desechables Instalaza C90 como los reutilizables C100.
En todo caso, les caracteriza cumplimentar sus misiones con poca potencia de combate para beneficiar su movilidad. Manejan rifles de precisión, como los clásicos Accuracy AW de 7,62x51 mm. y Barrett M95SP de 12,70x99 (.50 Browning), que ahora complementan con el nuevo Accuracy AXM de 8,6x70 mm. (.338 Lapua Magnum). Por cierto, a las ópticas de precisión de los mismos añaden ya módulos térmicos compactos, como el UTC (Universal Thermal Clip-on) 12 o potentes visores intensificadores, como los AN/PVS-27 que se sitúan en tándem delante de las ópticas de puntería diurnas.
Los militares de la Cia. EE 1/64 conocen técnicas topográficas y de ocultación que permiten aprovechar el entorno montañoso, de forma que se convierta más en un aliado que un adversario (foto Octavio Díez Cámara).
Capacitación exigente
Todos esos sistemas y equipos no servirían de nada sin contar con un personal que sobresale por su formación general y específica y que está especialmente adaptado para trabajar en condiciones de alta montaña o especialmente frías. En la actualidad la plantilla, en la que se tiene a que toda esté formada sólo por diplomados en Montaña, se ha venido obteniendo de personal voluntario del Galicia nº 64 y de entre los candidatos se preselecciona a los más aptos y capaces que siguen una formación más técnica e intensa, que les capacita para sus acciones de combate, proceso en el que se parte ya de una formación genérica como cazadores y se progresa para incidir más en un fortalecimiento físico y en que conozcan aspectos concretos sobre el combate cuerpo a cuerpo, el uso de medios de transmisiones o la topografía.
En su capacitación, que es especialmente exigente, intensa, progresiva y continuada y requiere de ellos que pasen más de 100 días al año alejados de su sede, encontramos actividades como las que les llevan al Campo Militar de Tiro (CMT) de Las Batiellas, cercano a Jaca, para aprovechar sus cada vez mejores instalaciones formativas en las que se capacitan en temas de combate urbano CQB (Close Quarter Battle) o en progresiones verticales, o al Centro Nacional de Adiestramiento (CENAD) de San Gregorio (Zaragoza), para realizar ejercicios como los Alfa de Combate de Fuego Real (ACOMFR), que son de especial intensidad y les permiten disparar tanto con armas personales como con las de uso colectivo, o prácticas de combate subterráneo en El Abejar.
Toma especial énfasis en lo que les define lo que es la Instrucción Técnica de Montaña Estival (ITME) y la Instrucción Técnica de Montaña Invernal (ITMI). La primera, que suele cubrir los meses de verano, les lleva a diferentes zonas del Pirineo Aragonés para actividades que mejoren su nivel técnico colectivo, realizar ejercicios de adiestramiento de combate en entornos estivales, llevar a cabo marchas de endurecimiento en el marco de jornadas de instrucción continuada, en las que también hacen escalada de largos y crestas en puntos como Peña Foratata o Baños de Panticosa, practicar los enlaces de comunicaciones a larga distancia aprovechando las capacidades de sus potentes equipos radio de alta frecuencia, programar ejercicios tácticos con misiones de combate que simulan actuaciones en la profundidad del territorio enemigo…, o ejercitarse en la escalada en las palestras de Los Meses, Col de Ladrones, la Sagüeta, Rapún o el Tobazo.
En el marco de la ITMI, caracterizada por unas condiciones de frío notablemente superiores y por un entorno de trabajo que puede ser aún más difícil y complejo, programan actividades como las que les llevan a trabajar con helicópteros de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra para insertar a su personal a puntos de acceso concretos y extraerlo en condiciones meteorológicas que pueden ser no especialmente favorables, realizar despliegues relacionados con la obtención de información, preparar patrullas que planeen y lleven a cabo ataques a objetivos aislados o supuestos en los que eliminan objetivos de oportunidad; y realizar temas en los que buscarán aprovechar la ventaja táctica del medio montañoso para cumplir sus misiones, incluso en condiciones de nieve, ventisca o visibilidad escasa, que en su caso se convertirán en buenos aliados para operar de forma discreta y diligente.
A lo señalado añadimos los adiestramientos de su día a día. que aprovechan en sus actividades formativas diferentes instalaciones del Acuartelamiento San Bernardo, donde tienen su sede. Son habituales sus prácticas de escalada en el rocódromo, usan las pistas de aplicación para algunos de sus ejercicios, se adiestran en temas de entrada y salida de helicópteros usando los fuselajes de los aparatos UH-1H disponibles y hasta realizan despliegues verticales de fast rope con gruesas maromas en una instalación fija que les permite ese tipo de ejercitaciones y otras más.
Relevante, en lo que son las capacidades de su personal es que sus mandos, tanto oficiales como suboficiales, son diplomados en Montaña en la EMMOE y se han preparado especialmente durante muchos meses para liderar la actividad de pequeños contingentes de militares en las condiciones más adversas de la montaña, cualificación profesional que les convierte en excelentes instructores de sus subordinados y les capacita para asumir planeamientos complejos o supervisar determinadas prácticas de especial dificultad técnica.
Es una cualificación profesional que obtienen realizando el Curso de Montaña, que se suele iniciar a principios de septiembre y se extiende durante unos diez exigentes meses, hasta julio del año siguiente para realizar 3 fases de 2 módulos (estival e invernal): la básica es para conocer el material, adaptarse a la vida y movimiento en montaña y practicar técnicas de escalada y esquí; las específica en las que se centran en capacitaciones para alta montaña (socorros de urgencia o bromatología) o en aplicar sus conocimientos para aprovechar el medio en beneficio de sus misiones; y una de aplicación en las que analizan, planean o ejecutan despliegues tácticos de varios días en pequeños grupos y en escenarios de itinerarios de gran dificultad, que pueden exigirles superar paredes verticales, pendientes pronunciadas o progresar por nieve o hielo.
Por su parte la tropa, que hasta hace unos pocos años se sustentaba sobre todo en aquellos cualificados como esquiadores/escaladores y guías, está asumiendo una transición progresiva que lleva, en grupos pequeños, a pasar también por la EMMOE para participar en las diferentes ediciones del Curso Básico de Montaña para personal de Tropa del Ejército de Tierra, del que, hasta la fecha, se han finalizado 4 ediciones.
A la última se presentaron, tras un riguroso proceso de selección previa que requiere acreditar una capacitación elemental de instrucción en montaña, 30 aspirantes y 29 de ellos -incluyendo 2 mujeres- recibieron en mayo de 2024 el diploma que acredita que han superado una preparación que, realizada en 14 semanas, entre febrero y mayo, les habilita en conocimientos y destrezas técnicas avanzadas para vivir, moverse y combatir, tanto en montaña como en climas de frío extremo, Básicamente, se les imparten 3 asignaturas, que incluyen teoría y práctica: vida y movimiento en montaña invernal y estival, técnicas de esquí y escalada, y socorros de urgencia.
Complementariamente, y dentro de sus necesidades, se opta por especializar a sus suboficiales como pilotos de aeronaves no tripuladas, o UAV (Unmanned Aerial Vehicle), en la capacitación médica propia del personal TC3 (Tactical Combat Casualty Care) o como tiradores de precisión adaptados, dentro de equipos pesados y ligeros de 2 o 3 efectivos, para trabajar en condiciones, como las de bajas temperaturas o el tiro inclinado, propias de la alta montaña, que les lleva a participar en ejercicios específicos en el extranjero, que incluyen los que regularmente realizan con los Alpini italianos.
Además, señalamos que todo el personal de los EOM insiste en prácticas de procedimientos especiales, que les llevan a ejercitarse con helicópteros como los CH-47 Chinook y NH90 de las FAMET para realizar inserciones diurnas y nocturnas, despliegues aire-superficie usando maromas de rappel o cuerdas de fast rope, o extracciones en vertical con la técnica del spie rig. Les caracteriza el realizar formaciones específicas en técnicas de supervivencia, evasión, resistencia y escape SERE (Survival Evasion Resistance and Escape) o el conocer y experimentar los métodos propios de movimientos en hielo o en condiciones de frío extremo, que les han conducido a países como Eslovenia o Noruega para practicas reales en ese tipo de escenarios.
Los medios técnicos ópticos y optrónicos los desplegarán en lugares ocultos, desde las que vigilarán sus objetivos, posición que se ha dejado ver a la cámara para observar lo que hay dentro de ella (foto Octavio Díez Cámara).
Dilatado historial
Para llegar a la actual disposición operativa, se ha seguido un proceso evolutivo sostenido a lo largo de más de seis décadas. Los primeros esbozos de lo que hoy son se remontan a la decisión de, tras la publicación de la Instrucción General nº 160-115 de diciembre de 1959 del Estado Mayor Central del entonces Ministerio del Ejército, crear una Compañía de Esquiadores Escaladores Paracaidistas en las divisiones de montaña Urgel nº 42 y Navarra nº 62, entonces existentes. La Orden Circular de enero de 1962 propició la creación de una de ellas en el seno de la Navarra, organización que a lo largo de los años fue evolucionando y que acabó disuelta en 1995.
Paralelamente, y ésta directamente relacionada con la estructura a la que dedicamos estas páginas, se creó en 1961 como unidad orgánica divisionaria la Compañía de Esquiadores Paracaidistas de la Urgel nº 42, con guarnición en la leridana población de Bellver de Cerdaña y contando entre sus primeros soldados a personal civil perteneciente a los reemplazos de 1959 y 1960, que realizaron prácticas de escalada en la Sierra de Gurp y de esquí en Viella. A un acuartelamiento de esta última localidad se trasladaron, para cumplir la Orden nº 342 del Gobierno Militar de Lérida, en enero de 1964. La reestructuración del Ejército de 1965 hizo que su nombre pasase a ser el de Compañía de Esquiadores Escaladores y que quedasen encuadrados dentro del Núcleo de Tropas Divisionario de la ya Urgel nº 4.
Durante varias décadas su actividad fue intensa, con todo tipo de ejercicios, intervenciones para ayudar a la población civil y hasta maniobras con cazadores alpinos franceses. En enero de 1987, tras aprobarse la Instrucción General de 1986, pasaron a denominarse Compañía de Esquiadores Escaladores nº 41, nombre que mantuvieron hasta publicarse la Resolución 562/07546/96 de Adaptaciones Orgánicas de 1996. Se les designó como Compañía de Esquiadores-Escaladores 1 y se les incluyó en la Brigada de Cazadores de Montaña (BRCZM) Aragón I, permaneciendo en el Acuartelamiento Gaspar de Portolá de Viella hasta diciembre de 2000, cuando se decidió su traslado al Acuartelamiento San Bernardo, en Jaca, donde aún siguen.
En el casi cuarto de siglo que ha pasado desde ese cambio de ubicación han asumido un proceso de crecimiento técnico y de transformación operativa. En julio de 2005 se les encuadró en el Batallón de Cuartel General de la BRCZM (Brigada de Cazadores de Montaña) I y en los años sucesivos, siendo ya el máximo exponente de su especialidad en alta montaña, participaron en misiones internacionales, que les llevaron a Bosnia-Herzegovina, Kósovo, Afganistán, Líbano, Mali o Senegal, participando en ejercicios internacionales en Francia, Italia, Noruega o, recientemente, Chile. (Octavio Díez Cámara)
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