Con el punto de inflexión que en Defensa marca el nuevo ciclo inversor en España y en un marco global de introducción de nuevas tecnologías en el sector, hemos conversado con Manuel Escalante del papel tractor que a nivel nacional Indra está llamada a desempeñar, de su posicionamiento internacional y de su rol en los grandes programas de defensa europeos.
Indra se consolida con el apoyo del Gobierno como el necesario campeón nacional de defensa que necesita España, en la línea de los gigantes del sector que lideran otros grandes países europeos, ¿cuál es la hoja de ruta de Indra en ese planeamiento y en qué punto cree se está actualmente?
Como estamos viendo en los últimos tiempos, el entorno estratégico y geopolítico evoluciona hacia un contexto marcado por el protagonismo de grandes operadores en el sector de la defensa, debido a la confluencia de varios factores de diferente naturaleza.
Uno de ellos, vinculado a la firme dinámica de cooperación que se ha lanzado y se está consolidando en Europa, pretende optimizar las inversiones en defensa alineando a las empresas del sector, tanto grandes como pequeñas; contexto en el que las grandes compañías están tomando un papel de liderazgo y asumiendo la responsabilidad de actuar como punta de lanza y como tractores de sus respectivos sectores industriales nacionales, y que está desencadenando a su vez claros movimientos de consolidación y creación de grandes operadores nacionales con capacidad de competir con fuerza en el nuevo contexto europeo.
Otro de esos factores está vinculado a la rápida evolución de las necesidades operativas que se están manifestando en los conflictos actuales, evolución que se sustentará en muchos casos en la incorporación de tecnologías de nueva generación con un elevado efecto disruptivo en términos de capacidades, como es el caso de la inteligencia artificial, la cuántica o los sistemas no tripulados, por citar algunos ejemplos.
Esta necesidad de evolución y desarrollo de nuevos sistemas requiere de una capacidad financiera muy relevante que haga posible las inversiones requeridas, a la que en general tienen mejor acceso las compañías de mayor tamaño. Por otra parte, y aunque pueda parecer una contradicción con lo anterior, también es el momento de las empresas de menor tamaño en el sector de la defensa; empresas más ágiles en términos de innovación, startups capaces de introducir una gran disrupción y aceleración tecnológica en todos los sectores en los que han ido floreciendo.
Esa ola transformadora también ha llegado al sector de la defensa y ha llegado con mucha fuerza, por lo que podemos anticipar una fuerte aceleración de los procesos de innovación y prever una introducción rápida de nuevas tecnologías en el ámbito de la defensa propiciados por una rápida proliferación de nuevas compañías de carácter innovador.
Indra es el coordinador español del programa europeo NGWS/FCAS.
En el actual ciclo inversor en defensa, que marca un punto de inflexión respecto a los últimos lustros, ¿qué papel desempeña y está llamado a desempeñar Indra?
A diferencia de otros ciclos inversores previos, que han tenido una incidencia limitada en el tiempo, este nuevo escenario presupuestario, de aumento gradual y sostenido de la inversión en defensa hasta llegar al 2 por ciento del PIB en 2029, provocará una verdadera transformación del sector, en el que Indra, como empresa con vocación de liderazgo, deberá asumir un papel tractor que redunde en un mayor beneficio para el Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas, así como para el tejido industrial nacional, en términos de soberanía tecnológica y mayor retorno de las inversiones.
Como no podría ser de otra manera, la actividad que nuestra compañía quiere desarrollar en los próximos años está totalmente alineada con la nueva Estrategia Industrial de Defensa que establece los objetivos del Ministerio para este nuevo ciclo.
En nuestra opinión, Indra puede jugar un papel muy relevante y hacer una aportación de valor en los 3 ejes estratégicos del plan: Capacidades, Base Tecnológica e Industrial de la Defensa (BTID) e I+D+i. Las capacidades estratégicas identificadas por el Ministerio en el plan, Mando y Control, CIS, Conectividad-Nube de combate, Ciberdefensa, Espacio, UAS/C-UAS y Simulación, están en el ADN de Indra, por lo que nuestra aspiración es tener una participación relevante en los próximos programas que el Ministerio tiene previsto poner en marcha.
Por otra parte, la colaboración entre empresas va a ser clave en este nuevo contexto, y, en este sentido, Indra acumula una amplia experiencia de participación en grandes consorcios, tanto nacionales como europeos, que estamos convencidos de que puede ser muy beneficiosa para el ecosistema nacional.
Adicionalmente, creo que la aportación de Indra como empresa tractora del tejido industrial nacional puede ser muy relevante, no sólo contribuyendo a proporcionar a las empresas de menor tamaño la estabilidad y recurrencia en el negocio que necesitan para su crecimiento y consolidación, sino también facilitando el acceso de estas empresas a una base de clientes más amplia, a través de los programas de cooperación europeos en los que Indra participa regularmente.
Pienso que nuestro papel de coordinador nacional del programa FCAS (Future Combat Air System) está siendo una buena muestra de cómo se puede ejercer un liderazgo constructivo en un entorno de gran complejidad, buscando el mayor beneficio para las empresas nacionales, sea cual sea su tamaño y, por tanto, el máximo retorno para España en términos de desarrollo de capacidades tecnológicas y autonomía estratégica.
¿Cómo puede Indra favorecer una mayor presencia de España en los programas de Cooperación Estructurada Permanente (PESCO) de la Unión Europea?
La Cooperación Estructurada Permanente establece un marco amplio para la colaboración entre estados miembros de la Unión Europea, que incluye no sólo el desarrollo conjunto de sistemas de defensa, sino también la operación conjunta de recursos compartidos, la implantación de estructuras organizativas comunes, o el simple intercambio de conocimiento, experiencias y procedimientos operativos.
La participación de empresas tecnológicas en las iniciativas PESCO se suele materializar a través de los programas financiados por el Fondo Europeo de Defensa (EDF), en el que Indra está jugando un papel muy relevante desde las primeras fases del fondo en 2017 y en el que nos hemos consolidado como una de las empresas de referencia en Europa.
Somos una de las tres empresas europeas con mayor participación en los proyectos adjudicados en la última convocatoria del EDF, en el que lideramos algunos de los proyectos clave, como son el Mando y Control Estratégico Europeo o iniciativas de ciberdefensa, lo que nos ha convertido en el socio preferente de las principales empresas europeas del sector.
La capacidad tractora de Indra se está poniendo claramente de manifiesto en estos proyectos del EDF. Hemos facilitado la incorporación de otras empresas y centros tecnológicos españoles en prácticamente la totalidad de los programas en los que participamos, generando un volumen de participación y financiación realmente importante para todas estas entidades.
Y este es un proceso continuo, marcado por la competencia entre los diferentes intereses de las naciones y sus industrias, en el que debemos seguir mejorando la coordinación institucional y privada, impulsando y mejorando de este modo nuestra posición como país y el volumen del fondo que retorna a España.
Radar Lanza 3D de Indra, un caso de éxito.
¿Qué desarrollos surgidos en el programa FCAS podrán derivarse en programas para otras aeronaves o sistemas?
Con el reciente lanzamiento de la Fase 1B del programa NGW/FCAS hemos entrado en una fase intensiva de definición de arquitecturas, maduración tecnológica, demostraciones tecnológicas y definición y validación de conceptos; etapa que, de acuerdo con la planificación, durará toda la década, para dar paso en el año 2030 a la fase de desarrollo final y producción con el objetivo de disponer del primer sistema de serie en el año 2040.
El programa FCAS es un gran programa tractor para el desarrollo de capacidades, que se ha definido con el máximo nivel de ambición tecnológica, y que tiene como objetivo llevar todos los desarrollos y tecnologías al límite del estado del arte. En mi opinión son múltiples los resultados que podrán beneficiar a otros programas y sistemas de sistemas futuros, sin olvidar que muchos de los desarrollos son duales y, como tales, beneficiarán también a otros ámbitos industriales y sectores de actividad.
Por citar algunos ejemplos de los muchos posibles, estamos trabajando en la hiperconectividad de los sistemas y subsistemas, sensores definidos por software, nuevas antenas y aperturas de baja observabilidad, algoritmia basada en inteligencia artificial, nuevos canales de comunicación y comunicaciones cognitivas, orquestadores y servicios cloud, computación distribuida, edge avionics, aviónica modular, nuevos sistemas de interacción hombre-máquina, y muchas más. Sin duda el FCAS es un proyecto tractor con una capacidad de transformación y un impacto desconocidos hasta la fecha en Europa.
¿Qué supone para Indra la renovación de los EVA del Ejército del Aire con radares “Lanza”?
La red de Vigilancia Aérea del Ejército del Aire y del Espacio tiene como espina dorsal en la componente de sensores el radar Lanza 3D desarrollado por Indra según de los estándares OTAN FADR (NATO Class I en su momento) y del cual, desde el año 1993 en que entró en servicio la primera de las 10 unidades operativas en la red, se han evolucionado 6 generaciones del mismo. con un indudable éxito internacional, permitiendo a Indra competir en un mercado altamente demandante y con las principales firmas de defensa en el mundo.
Dichos radares, que operan en la banda L, acumulan más de 80.000 h. de operación al año desde su puesta en servicio en un esquema de operación 24/7 y alcanzando cifras récord de disponibilidad en un escenario tan exigente como el Sistema de Defensa Aérea y Antimisil de OTAN.
Próximos a alcanzar el punto intermedio del ciclo de vida para el que fueron diseñados, el Ejército del Aire ha definido para ellos el necesario Plan de Actualización de Medio Ciclo de Vida para prolongar su operación, cumpliendo o, incluso mejorando, los estándares acumulados tanto funcionales como de disponibilidad e incorporando a los mismos nuevas funcionalidades, que los capaciten para desarrollar sus funciones en los nuevos escenarios de amenaza aérea de última generación.
Coincidente en el tiempo con la planificación de dicha actualización, y en lógica respuesta a la previsible expansión de las comunicaciones 5G terrestres, el Ejército del Aire y del Espacio ha debido abordar una obligatoria primera fase de renovación de la red de sensores de radar, con la sustitución de 4 unidades adquiridas en su momento, adicionales a los 10 Lanza 3D de Indra e integrados también en la red de vigilancia, cuya frecuencia de operación era en la banda S y que dotaban al sistema de diversidad de frecuencia.
La irrupción de las comunicaciones 5G ha derivado en un problema de interoperabilidad por coincidencia con el espectro de operación de dichos radares de banda S con las comunicaciones 5G, que, como decía, ha obligado al Ejército del Aire a abordar una primera fase de renovación con la sustitución de esas 4 unidades. Dicha sustitución se abordó en el año 2021 mediante un programa impulsado por la DGAM para la adquisición de 4 radares Lanza 3D de 5ª Generación en configuración FADR y uno móvil desplegable según el estándar OTAN DADR para la cobertura del proceso de sustitución sin que existan discontinuidades en el servicio.
Como alcance adicional al programa en cuestión, también se incluyó la definición de un nuevo estándar de radar Lanza 3D de 6ª generación, incorporando al mismo la tecnología de Digital Beamforming, que lleva la digitalización hasta el proceso de antena, y que dota el radar resultante de capacidades adicionales muy relevantes como la detección y proceso de misiles balísticos o la flexibilidad suficiente para adaptar su comportamiento a amenazas específicas de última generación como pueden ser las aeronaves no tripuladas.
Coincidente con este programa, y extensivo a las 10 unidades de radares Lanza en servicio en la red, se desarrolla en paralelo otro que, iniciado un año antes, en 2019, tiene como objetivo la renovación de los 10 radares secundarios de identificación amigo/enemigo o IFF, que, operando conjuntamente con los Lanza 3D, forman también parte de la misma red de sensores.
Este programa de modernización paralelo puso el foco, además de en la necesaria actualización a mitad de ciclo de vida de los IFF, en la incorporación de nuevas funciones de interoperabilidad segura que la OTAN impuso a todos sus aliados como requisitos de obligado cumplimiento para las operaciones en coalición, con un horizonte de disponibilidad que, tras sucesivas prórrogas, obligó a iniciar esta fase de modernización de manera anticipada a la mencionada MLU de los radares Lanza 3D.
Como se puede concluir, el desarrollo de la familia de radares Lanza 3D representa una historia de éxito en la colaboración entre el Ejército del Aire y del Espacio e Indra que, además de dotar al primero de unas capacidades de vigilancia del espacio aéreo de altísimas prestaciones, según requisitos OTAN, ha permitido la proyección internacional de la industria española y su posicionamiento en un sector altamente competitivo, donde, actualmente, se cuenta con referencias en los 5 continentes y en la OTAN.
Dicha historia de éxito tiene garantizada su continuidad gracias a este programa de modernización que dará lugar a una nueva generación de radares Lanza 3D, con una versatilidad y funcionalidad sin precedentes.
¿Qué nos puede explicar del sistema de misión del VCR 8x8 “Dragón” para el Ejército de Tierra?
El sistema de misión que Indra incorpora en el VCR 8x8 es un elemento totalmente diferencial en el nuevo contexto de batalla digital, dotando a una plataforma de última generación como ésta de una capacidad superior, facilitando y agilizando el proceso de decisión en base a la información de un entorno cada vez más digitalizado.
El sistema procesa la información recibida en tiempo real como un gran cerebro que se encarga de priorizar, proponer y dar respuesta, con el fin último de garantizar el éxito de la misión. Está construido con una infraestructura electrónica robusta y segura y basada en un estándar abierto (NVGA) que permite fusionar en tiempo real la información de múltiples sensores y actuadores en un único sistema de visualización y control. Con ello se evita la existencia de múltiples sistemas desacoplados en el vehículo, de forma que el sistema se concibe como un elemento único perfectamente integrado y fácilmente evolucionable.
El sistema de misión integra, entre otros, el sistema de comunicaciones, el sistema de armas, el sistema de consciencia situacional, las ayudas a la conducción, el BMS (sistema de gestión de batalla), etc. Y dado su diseño abierto, modular y escalable, permitirá integrar de manera sencilla otros sensores/actuadores que a día de hoy no están disponibles en el vehículo, como los sistemas APS (protección activa) o cualquier otro que pueda llegar en el futuro.
El sistema de misión del VCR 8x8 Dragón proporciona consciencia situacional, cámaras de visión nocturna y diurna, tanto para las ayudas a la conducción del vehículo, como para proporcionar una visión completa alrededor del mismo (360º) de altísima calidad y con realidad aumentada. Garantiza la interoperabilidad con otros medios conectados a la misión, habilitando un funcionamiento multidominio y haciendo posible, por ejemplo, una respuesta coordinada entre varios VCR 8x8, helicópteros y soldados desembarcados.
Actúa facilitando el intercambio de información táctica entre los distintos nodos de la misión. Convierte en realidad en este ámbito el soporte a la decisión basada en el dato y permitirá la incorporación progresiva de técnicas de visión artificial, por ejemplo, en el sistema de consciencia situacional, permitiendo la identificación y análisis de múltiples amenazas y su posible impacto convirtiéndose en una herramienta muy importante para el soporte a la decisión. Y, por último, pero no menos importante, este sistema tiene la capacidad de registrar y procesar toda la información sensórica del vehículo, permitiendo proporcionar capacidades para hacer realidad el tan necesario mantenimiento predictivo.
En definitiva, el sistema de misión del VCR 8x8 transforma el concepto de vehículo de combate tradicional en uno totalmente digitalizado, apto para cualquier escenario convencional y asimétrico. Este desarrollo va a hacer posible que nuestro Ejército de Tierra disponga de un sistema de misión 100 por ciento de desarrollo nacional, lo cual proporciona total soberanía sobre las decisiones futuras de evolución (incorporación de nuevos sistemas, sensores o armas) o de cualquier otro vehículo de combate terrestre.
Y, en la medida en la que este sistema de misión y sus sucesivas versiones pueda estar presente en más familias de vehículos terrestres, se alcanzará un nivel de comunalidad en desarrollos y mantenimiento, totalmente desconocidos hasta la fecha. En mi opinión es un caso de éxito muy relevante, puesto que la autonomía en el ciclo de vida de los sistemas de armas y plataformas solamente es posible si el sistema de misión, el cerebro, está bajo el control y soberanía nacional.
Ese control permitirá que no existan límites en cuanto al crecimiento de sistemas que están llamados a permanecer en servicio muchos años y que necesariamente deberán ver evolucionar sus capacidades para dar una respuesta adecuada a una amenaza cambiante.
El sistema de misión de Indra para el VCR 8x8 hace de él un vehículo de combate totalmente digitalizado.
¿Qué soluciones en barquilla está desarrollando la empresa para las necesidades de guerra electrónica del Ejército del Aire?
Una forma de reducir el esfuerzo necesario para integrar en las plataformas aéreas muchas de las soluciones necesarias para las funciones de reconocimiento, detección, vigilancia, autoprotección e incluso ataque electrónico es el desarrollo de variantes instaladas en pod (encapsulado aeromecánico) o en una barquilla.
Este tipo de instalación facilita la adaptación a los aviones de tipo caza, plataformas no tripuladas o incluso aeronaves en configuración de misión ISR, multirrol o de transporte, ya sean de ala fija o rotatoria. De esta forma, se puede dotar a una aeronave de capacidades que, de otra forma, requerirían de un esfuerzo y unos plazos de integración mucho más significativos, a la par que con pocas unidades se puede dotar de la capacidad para determinadas misiones a un número muy superior de plataformas.
El desarrollo de este tipo de soluciones representa un importante desafío adicional al de los propios equipos que contienen. Es necesario disponer de un dominio total de la tecnología de los mismos, con el fin de poder compactar su tamaño y optimizarlos para garantizar su refrigeración en unas condiciones tremendamente exigentes como las que impone un pod. Al mismo tiempo, es necesario disponer de capacidades de diseño aeromecánico con el fin de determinar la solución idónea en tamaño, peso, interconexiones, refrigeración e interoperabilidad de los pods o barquillas que más tarde permitan su adecuación al máximo número de tipos de aeronaves y su operación en el rango más amplio posible de las envolventes de vuelo de las mismas.
Indra tomó la decisión de establecer una hoja de ruta para disponer de soluciones en pod en el año 2010. Fue una decisión estratégica que, desde entonces, nos ha permitido disponer de distintas variantes de productos en el área de autoprotección, combate electrónico e inteligencia de señales, las cuales ya se encuentran certificadas y operativas en distintas plataformas.
Los ejemplos más relevantes de estos pods son el ALQ-500P (ESM/ECM), que, incluso, dispone de certificación para operar en vuelo supersónico; y el AMES-P (ESM/ELINT), también conocido como Capacidad Operacional de Reconocimiento Electrónico (CORE) y que se encuentra actualmente en desarrollo para el Ejército del Aire y del Espacio. Es posible, por ejemplo, que este tipo de soluciones puedan operar en plataformas como el F-18 y el Eurofighter, pero también en no tripuladas, como el Eurodrone. Tenemos actividades adicionales en marcha para el desarrollo de capacidades avanzadas de ataque electrónico, tanto en programas lanzados por el Ejército del Aire y del Espacio y PLATIN (DGAM) como bajo el EDF.
El programa más relevante en este aspecto es el REACT (Responsive Electronic Attack for Cooperative Tasks), liderado por Indra en un consorcio formado por las empresas más relevantes en el ámbito de la guerra electrónica en Europa. Este programa debería permitir la incorporación de dicha capacidad en plataformas del Ejército del Aire y del Espacio e incluye desarrollos muy innovadores de Indra, como la capacidad de generación de energía dentro del propio pod de forma autónoma eliminando así el suministro desde la aeronave, lo que facilita enormemente su integración y funcionamiento.
¿Dónde cree están los ámbitos específicos en defensa y seguridad en los que Indra potenciará capacidades a futuro?
La situación de creciente tensión geopolítica nos ha devuelto a una situación de percepción del riesgo que teníamos casi olvidada en los últimos años, y cuyas consecuencias se han visto reflejadas con claridad en el Nuevo Concepto Estratégico de la OTAN, validado en la Cumbre de Madrid de 2022. Esto significa que las tecnologías y sistemas tradicionales, adaptados a los conflictos simétricos, recobran su importancia, sin que por ello vayamos a dejar de trabajar en soluciones aplicables a entornos asimétricos, o en el ámbito de las nuevas operaciones en la zona gris.
Nuestras capacidades históricas tradicionales (mando y control, radares, guerra electrónica, sensores electroópticos, aviónica, comunicaciones, simulación, etc.) seguirán protagonizando nuestra actividad. Sin duda alguna, incorporarán nuevas tecnologías, digitalización, IA, nuevos materiales y evolucionarán hacia los nuevos conceptos de operación, como son las nubes de combate y los sistemas autónomos.
Desde el punto de vista tecnológico, nos encontramos en un proceso muy ambicioso de digitalización de nuestros productos, en el que buscamos sacar el máximo rendimiento a la combinación de las tecnologías tradicionales (antenas AESA, nuevos materiales, etc.) con la aplicación de nuevas tecnologías: inteligencia artificial, realidad aumentada, hiperconectividad, análisis de datos, nuevos modelos de interacción hombre-máquina o gemelos digitales.
Estamos convencidos de que los dominios del espacio y el ciberespacio van a evolucionar con gran rapidez en los próximos años y recibirán una atención muy especial por nuestra parte. En el espacio, los sistemas de vigilancia espacial y las nuevas constelaciones de satélites en órbitas bajas (LEO) son nuestros principales focos de interés, mientras que, en el entorno de la ciberdefensa, estamos trabajando para que los desarrollos que hemos liderado en la EDA y que actualmente estamos liderando en el marco del EDF, se materialicen en soluciones operativas en el corto plazo respondiendo a la necesidad del usuario nacional y europeo.
Y no puedo dejar de mencionar el FCAS, que tiene un horizonte temporal más lejano, pero que nos va a permitir desarrollar las tecnologías de sensores, aviónica, comunicaciones, nube de combate y simulación hacia el estado del arte en el que estarán vigentes en las próximas décadas en la mayor parte de los sistemas de defensa europeos.(Eva Cervera)