En el panorama geopolítico actual, donde las tensiones y los conflictos surgen en cualquier momento, la capacidad de defensa de una nación es fundamental para garantizar su seguridad y soberanía. En este sentido, las regiones industriales que se dedican a la producción de armamento y material militar juegan un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio estratégico y la protección de los intereses nacionales.
La visión enfocada en la última Estrategia Industrial de Defensa en España, contiene lentes específicas, dirigidas a visualizar campos que actualmente no están cristalizados. Hemos depositado las herramientas e ideas necesarias en el cuaderno que escribimos en la anterior EID 2015, queriendo actualizarnos ahora, siguiendo las líneas que se han marcado en la actualidad desde la Unión Europea y la OTAN. Ahora, más que nunca, todo el tejido de Defensa debe ser robusto y quizás tengamos que repasar costuras y dar puntadas de hilo fino en algunos ámbitos.
Soberanía y autonomía
Ya es oficial que la red nacional industrial de defensa está formada por regiones y a su vez, éstas están unidas por corredores. La idea y la política de corredores industriales en el ámbito de defensa no es nada nuevo en el universo global de la industria. La cohesión territorial, término introducido como una tercera dimensión en el Tratado de Lisboa, se presentaba como un nucleótido más, para reducir las desigualdades entre las regiones, potenciarlas y extraer para el conjunto, la riqueza y el desarrollo tan necesario.
Aquí en nuestra nación, la Estrategia de Industria de Defensa, presenta en sus principios, esta parte del ADN industrial como el 5º Eje. En la implantación de estas medidas se quiere buscar potenciar la Base Industrial y Tecnológica de Defensa (BITD) nacional incluyendo a las PYMES (pequeñas y medianas empresas), queriendo aumentar las fortalezas industriales ante los competidores internacionales. Yo aquí quiero incluir las micropymes.
Se debe poner el acento y subrayar la importancia vital que tienen otros palos y telares que componen el abanico de Defensa. Así por ejemplo se debe hacer participativos al resto de actores, que, con su espíritu colaborativo, están dispuestos a aportar fibra al músculo: otros ministerios, instituciones, universidades, centros de investigación, asociaciones, ferias y certámenes, presentes ya en los actuales corredores industriales de defensa.
Soy un creyente de la fe colaborativa. Las líneas de la doctrina de la Agencia Europea de Defensa infunden e inspiran la religión de colaborar, ya descritas en sus políticas y planificaciones. Considero que desde el Ministerio de Defensa debería existir un enfoque y planificación para desarrollar las capacidades necesarias de manera cooperativa.
Debe hacerlo poniendo énfasis en las ventajas que supone tener una red amplia de colaboradores, reconociendo su presencia, aunque uno de los pasos es la de superar la fragmentación que existe en todas las capas, erradicar la endogamia y explorar la interoperabilidad entre todos los actores arriba mencionados. Las necesidades son para todos y la defensa de la nación, deber de todos.
No debemos olvidar que las regiones industriales dedicadas a la defensa proporcionan a los países una mayor autonomía y control sobre sus recursos de defensa y seguridad. La capacidad de producir internamente armamento y equipo militar reduce la dependencia de las importaciones y asegura que nuestras Fuerzas Armadas y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como las Entidades de Emergencias, estén debidamente equipadas en todo momento, sin verse afectadas por posibles restricciones comerciales o políticas de otros países, para que una vez la adversidad o la amenaza, se presenten, podamos recurrir a ellos y no depender de terceros.
Ya en otros lugares del mundo, desde hace décadas, los corredores industriales son parte del ADN de defensa. Por tan sólo citar algún ejemplo en el mapa global, señalaré a uno de los 5 países con más inversión militar: India. Su Gobierno lleva años tomando numerosas iniciativas primero bajo el lema y estrategia conocida como “Make In India” y más recientemente Atmanirbhar Bharat Abhiyaan (campaña de la India autosuficiente) con las que busca aumentar la autosuficiencia.
Es conocido el progreso de los dos más significativos corredores industriales Uttar Pradesh y el de Tamil Nadu. No en vano, desde nuestro país, recientemente representantes de una de las asociaciones de empresas de defensa con las que contamos, visitó India.
Vuelvo a recomendar aquí que debemos esforzarnos en enterrar perjuicios y egos en pos de la colaboración y el apoyo, tanto institucional como empresarial, siguiendo modelos y líneas de actuación de otras naciones amigas y aliadas.
En el ámbito institucional, se debe reforzar y aumentar el personal dedicado a la gestión de la industria de defensa e incluso desarrollar nuevas líneas de colaboración público – privadas, con las que consigamos eliminar factores que retrasan inversiones y exportaciones o resten agilidad tanto a los desarrollos I+D+i como a no llegar a cumplir las necesidades de nuestras Fuerzas Armadas o de las de nuestros aliados.
Hay que buscar una línea única de gestión, evitaría las múltiples plantas burocráticas por las que un producto debe pasar, especialmente aquellos que comienzan su andadura por primera vez en Defensa y se encuentran con el recorrido administrativo denso del sector: Doble Uso, JIMMDU, Comercio, Defensa o incluso Ministerio Interior si se trata de munición. No son pocos los casos en los que se sueña con mostrar y ofrecer un desarrollo, que frena la ilusión ante la burocracia, especialmente en PYMES que no poseen recursos ni conocimientos del ámbito y no pueden permitirse forzar su presupuesto o inversión.
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Medios del ET desplegados en Eslovaquia (Ejército de Tierra)
Otros beneficios del apoyo a las regiones y los corredores
Si bien en ocasiones centramos el discurso de los corredores industriales de defensa al ámbito económico en los campos de financiación, inversión y distribución de riqueza, muchos más factores confluyen en las consecuencias beneficiosas de los mismos:
- Innovación y Tecnología Avanzada en el territorio nacional: Las regiones industriales de defensa son motores de innovación y desarrollo tecnológico. La investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías militares no solo fortalecen las capacidades de defensa del país, sino que también impulsan la economía al crear empleos altamente cualificados y fomentar la colaboración entre el sector público y privado.
- Diversificación y Resiliencia: La diversificación de la producción dentro de las regiones industriales de defensa garantiza una mayor resiliencia ante posibles amenazas y crisis. Al tener una gama variada de capacidades y productos, un país puede adaptarse más fácilmente a las necesidades cambiantes del campo de batalla y mitigar los riesgos asociados con la dependencia de un solo proveedor o tecnología.
- Capacidad de Respuesta y Flexibilidad: La proximidad de las instalaciones industriales a las bases militares y a los centros de mando, así a como a puntos cardinales estratégicos, permite una respuesta rápida y eficaz ante emergencias y situaciones de crisis. Esto se traduce en una mayor capacidad de despliegue y en la capacidad de adaptarse rápidamente a las necesidades cambiantes del campo de batalla o zona de conflicto.
- Fomento de la Paz y la Estabilidad: Contrariamente a la percepción común de la sociedad, las regiones industriales de defensa no solo están relacionadas con la guerra y los conflictos, sino que también desempeñan un papel crucial en la promoción de la paz y la estabilidad. Al mantener una capacidad de disuasión creíble, los países pueden evitar conflictos potenciales y proteger sus intereses nacionales sin recurrir necesariamente a la violencia y parte de esta disuasión, viene de las familias y los trabajadores dedicados a la industria de defensa.
Estas familias, dedicadas a la industria de defensa, ven como aumenta la cantidad y calidad de empleo, la actividad económica en la zona y en ellos mismos, progreso de infraestructuras y crecimiento, haciéndose partícipes y responsables de la defensa de la nación, a la vez que repercute en la conciencia y cultura de defensa de toda la sociedad.
Las regiones industriales dedicadas a la defensa, el armamento y el material militar son pilares fundamentales para la seguridad y la estabilidad de un país en el mundo actual. Su importancia radica no solo en su capacidad para proteger a la nación en tiempos de conflicto, sino también en su contribución al desarrollo económico, la innovación tecnológica y la promoción de la paz a nivel internacional.
Creo que es crucial que desde el gobierno y a través del Ministerio de Defensa, se trabaje con el resto de gobiernos autonómicos, con todas las Entidades y Asociaciones que reúnen a la industria de defensa, para que, entre todos, se reconozcan y apoyen el papel vital que desempeñan estas regiones en la protección de los intereses nacionales y la seguridad global. (Luis Martínez Gavilán, Rector de SEDEXPO)
