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Martes, 14 de enero de 2025 Iniciar Sesión Suscríbase

Más allá del F-35: el Ejército del Aire y del Espacio necesita dos flotas de aviones de combate

Uno de los F-35 de la Aeronautica Militare italiana, durante la última edición del TLP.  (foto Julio Maiz Gutiérrez)
Uno de los F-35 de la Aeronautica Militare italiana, durante la última edición del TLP. (foto Julio Maiz Gutiérrez)

El Ejército del Aire y del Espacio necesita contar con dos modelos diferentes aviones de combate, según ha manifestado su máximo responsable, el general del Aire Francisco Braco, en el marco de una jornada prensa. Preguntado por la posibilidad de que la Institución adquiera el avión de combate F-35, el JEMA (Jefe del Estado Mayor del Aire) ha manifestado: "Nosotros siempre hemos tenido dos flotas de aviones”; aclarando que la razón es que “si se detecta un fallo estructural, véase un problema en el tren, un fallo en el asiento eyectable o el software, la primera medida es dejar la flota en tierra, por eso debemos de tener otra flota".

Lejos de apostar directamente por el  avión de combate norteamericano, el general Braco, se ha pregunta: “¿no hay nada más aparte que el F-35?, es que Francia, Corea o Suecia, no están construyendo aviones (de combate)”. Ha hecho, además, referencia a las declaraciones de Elon Musk, que afirmaba recientemente en su red X que “el F-35 no es lo que parece y que lo que se necesitan son aviones no tripulados”.

Desde que el entonces Ejército del Aire entró, de mano de la alianza de España con los Estados Unidos tras los pactos de Madrid de 1953, siempre ha alternado los aviones de combate de dicha procedencia con los franceses, manteniendo siempre dos o más flotas. Así, en los años cincuenta del pasado siglo, se recibió el F-86 Sabre y, aunque en la década siguiente ya se  tramitaban los más modernos cazas F-104G Starfighter y F-4C Phantom II, se negoció la compra del aparato francés Dassault Mirage IIIEE, que posibilitó dicha prudente política, al igual que hacían todas las fuerzas aéreas punteras del mundo.

Ya en los setenta llegarían los también aviones galos Mirage F-1, a los que se sumaría después el McDonnell Douglas (hoy Boeing) EF-18 Hornet, y ya en este siglo, el avión europeo Eurofighter (diseñado y fabricado por Alemania, España, Italia y Reino Unido).

El JEMA durante su toma de posesión en el Cuartel General del Aire. (foto Julio Maíz Gutiérrez)

Actualmente se operan con los dos últimos citados modelos, pero el problema es que el EF-18 aguantará hasta 2035 como mucho, por lo que se reemplazarán parcialmente por más Eurofighter, vendrán 45 (20+25) de las manos de los programas Halcón I y II respectivamente, como también ha detallado el JEMA.

La otra gran apuesta del Ejército del Aire y del Espacio en el siglo XXI para tener dos flotas, el futuro NGWS/FCAS (Future Combat Air System/ New Generation Weapon System) no llegará, como muy pronto, hasta entrada la década de los cuarenta del presente siglo, por lo que durante años sólo se contaría con los Eurofighter.

Así, la apuesta del JEMA de solicitar una segunda flota es más que necesaria, y obviamente eso no se articula en el corto plazo, por lo que sin duda la División de Planes de la Institución tendría muy avanzado el estudio de las diferentes opciones. Aunque, siguiendo los preceptos de interoperabilidad con nuestros aliados de la OTAN, que también ha destacado el general Braco en varios momentos de su interesante exposición, la principal opción sería el F-35.

Actualmente el aparato de Lockheed Martin, a pesar de las críticas de Elon Musk, es objeto de deseo de todas las Fuerzas Aéreas, siendo utilizado o encargado en firme ya por un total de 11 naciones de la OTAN,  la última en formalizar su adquisición Rumania, a las que, a tenor por las declaraciones de sus máximos responsables, se podrían sumar: Grecia, República Checa y Portugal, Turquía fue expulsada, a su pesar, del programa.


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