El Ejército de Tierra tiene previsto adquirir dos nuevos tipos de chaleco, uno antifragmentos y otro de tipo “policial”, especialmente diseñados para el personal femenino. En la actualidad, existe en dotación un único modelo de chaleco antifragmentos, que es el que usan tanto hombres como mujeres —al igual que sucede en todos los países de nuestro entorno—, y no existe un chaleco específico para militares que desarrollen funciones policiales.
El chaleco antifragmentos ha sido configurado buscando tanto una mayor comodidad como un mejor reparto de los pesos. También se ha tenido en cuenta la compatibilidad con las placas balísticas existentes en el mercado. En cuanto a las propiedades antifragmentación, se sitúan en valores de V50 (velocidad en la que un fragmento estandarizado de 1,1 g. tiene una probabilidad del 50% de atravesar el blindaje) superiores a 600 m/s. Además, este chaleco cuenta con la función de “suelta rápida”, que permite desprenderse del chaleco en caso de emergencia (líquidos inflamados, caídas al agua, salida de espacios confinados, etc.) con tan solo tirar de una correa.
Por su parte, el chaleco de tipo “policial” cuenta con una protección principal correspondiente a los calibres 9mm. y 357 a velocidades en el entorno de 400 m/s, junto a una protección contra arma blanca.
Prototipos en prueba
Los prototipos de los nuevos chalecos han sido desarrollados por la empresa FECSA y ahora deben ser probados por el Ejército. Las pruebas de ergonomía serán realizadas en unidades de Infantería Ligera y Mecanizada/Acorazada (en el caso de los chalecos antifragmentos) y en unidades de Policía Militar (los de tipo “policial”). En cuanto a las pruebas de protección balística y antifragmentos, se realizarán en los laboratorios del Instituto Tecnológico “La Marañosa”, ubicado en San Martín de la Vega (Madrid).
Si superan favorablemente las pruebas, el Ejército pondrá en marcha el procedimiento para adquirir estos nuevos materiales, que estarán disponibles en distintas tallas. El chaleco “policial”, al basarse en modelos ya existentes —fundamentalmente, en el que utiliza la Guardia Civil—, podría recibirse a finales de este año, mientras que el antifragmentos, cuya tramitación es más compleja, llegaría a las unidades a lo largo de 2020.
Fuente y fotografía: Ejército de Tierra español.