El Ejército de Tierra tiene en marcha un nuevo programa de adquisición de cámaras de conducción para los vehículos de combate de infantería y caballería Pizarro que sin embargo se ha paralizado dos veces por problemas en los pliegos.
En concreto la Subdirección General de Adquisiciones de Armamento y Material (DGAM) anunció la licitación por primera vez el pasado 10 de septiembre, sin embargo se anularon los pliegos el 12 de septiembre. Estos se rectificaron y se volvió a anunciar la licitación el pasado 11 de enero, aunque el 14 fueron de nuevo anulados por lo que la licitación se encuentra paralizada.
Aún sigue apareciendo en la Plataforma de Contratación del Estado la fecha del 11 de febrero como límite para la presentación de ofertas, siendo el precio, con un porcentaje del 75 %, el criterio principal de valoración de las ofertas. Como consta en la información disponible en la Plataforma, por esta licitación se han interesado las empresas SDLE, ITE, COHEMO y Escribano Mechanical & Engineering.
El contrato contempla el suministro y montaje de cámaras de ayuda a la conducción para los Pizarro con un presupuesto base de 4,6 millones de euros, alcanzando los 5,6 millones el valor estimado por las habituales modificaciones y prórrogas. Se adquirirán 142 conjuntos de cámaras, además de repuestos, herramientas, documentación y cursos, para completar la flota de Pizarros con esta tecnología.
Recordemos que en 2019 analizamos los planes del Ejército de Tierra de equipar a los vehículos de combate de infantería y caballería Pizarro de la Fase 2 con cámaras de conducción. Se habilitó un presupuesto de 3,7 millones de euros para equipar 83 vehículos con estos equipos, suministrados finalmente por Escribano Mechanical & Engineering según se le adjudicó en 2020.
El Ejército de Tierra quiere que los Pizarros cuenten con sistemas que aseguren la misma movilidad que los carros de combate Leopardo 2E a los que acompañan y que cuentan con estos medios en origen. El elemento principal es una cámara térmica no refrigerada que opera en onda infrarroja de banda larga (LWIR) que va montada en el exterior de la barcaza de cada vehículo fijada con tornillería a una placa soldada a la carrocería o bien unida a los soportes del blindaje reactivo.
Esta muestra las imágenes en una pantalla a disposición del conductor, que superpone gráficos y textos mediante un procesador gráfico aparte. La cámara detecta un vehículo en buenas condiciones a 400 metros, una persona a 200 metros y los reconoce a 170 y 70 metros respectivamente y debe permitir identificarlos a 90 y 30 metros respectivamente. Se complementó el sensor delantero con una cámara adicional orientada hacia atrás, encima de la puerta, para ver la salida y entrada del personal y facilitar la conducción marcha atrás. (José Mª Navarro García)